Cuando tenía cinco años... solía escuchar comentarios agradables sobre como terminaría siendo una mujer excelente, con un futuro prometedor. Decían que al ser tan inteligente podría llegar a ser lo que yo quisiera... y lo creí. Cuando cumplí diez años... mis padres se llenaban de orgullo con sus amistades presumiendo las habilidades de su pequeña hija. Y todos decían que gracias a mi inteligencia y mi carácter podría ser lo que yo quisiera... no habría imposibles para una persona como yo.... y me lo creí. Cuando cumplí trece años... descubrí a mi madre besando al mejor amigo de mi padre... ella llevaba puesto una pequeña bata con tela transparente dejando ver su cuerpo desnudo... y aquel tipo tenía una toalla enrollada en su cintura que apenas lograba cubrir su hombría.
"Hija... no es lo que parece..." Menciono mi madre con su rostro horrorizado...
Me llevo hasta el comedor en donde ambos me explicaron una historia sobre como se habían dado las cosas... entre mi estado de shock logre escuchar la palabra "Accidente" y luego un "No volverá a pasar" y yo les creí. Cuando cumplí quince años... supe que mi padre pagaba por sexo... y se acostaba con chicas que fácilmente podrían ser mis hermanas... cuando lo descubrí saliendo de un hotel del brazo de una chica morena y labios color carmín, su rostro empalideció y se acerco hasta mí tomándome de los brazos para que no corriera a ninguna dirección...
"Hija... esto tiene una explicación" Aun cuando entendía exactamente lo que mi padre había estado haciendo con aquella chica morena que fácil podría estar cerca de los 18 años... yo escuche su absurda explicación... y tengo que admitir que aun cuando no le creí... yo también dije mi primera mentira.
"Te creo..."
Cuando cumplí los dieciséis mis padres dejaron de compartir la misma habitación... y comenzaron a actuar fríos entre ellos, pasaban menos tiempo en casa, apenas y se hablaban. Aun así... frente a otras personas ellos actuaban como el matrimonio perfecto, sonreían, se abrazaban mutuamente y compartían anécdotas que estaba segura que no las habían vivido juntos. Pero "Todos les creían" Lentamente pase a ser una simple sombra en aquella casa que tenía más habitaciones y paredes que personas para habitarlas, mis padres apenas y pasaban tiempo en casa y eso significaba que la mayor parte del tiempo yo estaba sola. -El futuro prometedor de Azmarie- cada vez parecía más nubloso, una especie de ilusión que una realidad. Mis padres ya no presumían mis calificaciones con sus amistades, debido a que ya no había algo que fuese digno de presumir. Las personas comenzaron a dudar sobre si en realidad repetiría los pasos de mi talentosa madre o de mi ambicioso padre... pase de estar en la cima a simplemente dejarme caer en picada. Nada parecía suficiente, todo era aburrido y nubloso, la escuela era como un simple lugar en el cual me refugia para no estar atrapada en las frías paredes de mi casa, mis amigos era el relleno de mis días, en menos de lo que quise darme cuenta me encontraba atrapada en una especie de monotonía.
No fue sino hasta que conocí a "Camila" una chica rubia con el cabello lacio que se movía gracioso de izquierda y derecha con cada paso que daba. Sus ojos verdes que miraban con cierta dosis de astucia, su sonrisa de monalisa, y con ese carácter de pretenciosa que en ocasiones podía crisparte los nervios o hacerte reír. Era lo que mis padres podían llamar como: "Una mala influencia" y quizás lo era. Camila era una chica mayor que yo, por lo tanto cuando hablaba con ella, la mayor parte del tiempo no entendía mucho lo que decía.
Un día aburrida de las clases y sin querer regresar a casa, sabiendo perfectamente que mi madre estaría encerrada en su cuarto con su nuevo amante y mi padre en una "Reunión" de último momento, Camila me llamo para que fuera al lugar en donde trabajaba. Sabía que ella era mesera en un club, pero nunca me había invitado, ni siquiera me decía el nombre de dicho lugar.
"Te espero... "Anónimo"...." Decía su mensaje seguido de la dirección.
Y así fue como aquella noche de octubre termine en un club. Tenía un letrero luminoso en donde tenía escrito el nombre del lugar, excepto por la letra "o" de -Anónimo- que había dejado de brillar, más bien parpadeaba por el falso contacto.
-HAS LLEGADO-Exclamo Camila con alegría.
Mis ojos se quedaron de platos, fácilmente podrían rodar sobre la cera húmeda que estaba bajo mis pies. La chica que estaba frente a mí... no lucía como Camila, llevaba una peluca color azul que resaltaba sobre su piel blanca y hombros pecosos, tenía sus hermosos ojos cargados de sombras negras y los labios pintados de carmín. Llevaba lo que parecía ser un trabaje de cuero negro, una falda amplia y una especie de corset.
-¿C-Camil...?-Ni bien termine de formular mi pregunta, pues ella llevo sus manos hasta mis labios para cubrirlos, me lanzo una mirada que fácil podía aniquilarme.
-¿Estás loca?-Pregunto en un susurro- No digas mi nombre aquí
>¿Por qué?< Pensé para mis adentros.
Aun así Camila creyendo que con su comentario había sido suficiente, libero mis labios para luego enderezar su postura, llevando su mano izquierda a su cintura y dibujando una sonrisa seductora sobre sus labios cargados de labial.
-BIENVENIDA A "ANÓNIMO" ¿QUE NOMBRE TE GUSTARÍA QUE TUVIERA?-Pregunto con un tono de voz realmente energético.
-¿Qué nombre?-Alcance a preguntar...
>¿Que clase de pregunta es esa? ¿No suena como una prostituta?< y así es como termine en Anónimos...
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*UN AÑO DESPUÉS*
-Bienvenido a "Anónimos" ¿Que nombre le gustaría que tuviera?-Pregunto a un sujeto que se encuentra dentro de su vehículo con los ojos rojos.
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мιℓ ησмвяєѕ αzмαяιє
Teen Fiction-Bienvenido a "Anónimo" ¿Que nombre desearía que tuviera? Tan fácil como respirar.... tan complicado como vivir.