noche 4

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Era sábado por la mañana cuando llamaron a mi puerta muy temprano. Era "Blanca" la ama de llaves, entro después de llamar solo un par de veces. Al encontrarme todavía recostada soltó un pequeño suspiro, no me dijo nada hasta que abrió las cortinas dejando entrar esos rayos de sol que reclamaban atención de mis ojos.

-BUENOS DÍAS-Hablo en voz fuerte Blanca para quitarme con agilidad la sabana que cubría la mitad de mi cuerpo 

>Nunca el cuerpo completo

-YA HAY QUE TOMAR UN BAÑO Y LUEGO EL DESAYUNO-dijo para mover un poco mi hombro, continuo caminando por mi recamara en busca de ropa sucia o algo que limpiar. 

-Dame otro minuto...-Dije entre un bostezo 

-De eso nada...-Dijo una voz femenina con autoridad, me gire y vi a una mujer con un vestido rojo de tirantes con peinado alto y un cigarrillo entre sus dedos.- Hoy tendremos una fiesta muy importante. Te necesito arreglada...

-¿Otra fiesta?-Pregunto con fastidio

-Si-Responde tajante mi madre- No puedes faltar a esta... así que arréglate, tenemos cita en el salón. 

No me deja decirle nada más, ella simplemente sale de mi habitación con su aire autoritario llena de orgullo como si fuese una especie de pavo real; desde que ella comenzó a salir con ese chico joven de unos veinticinco  fue como si entrara en una cámara que lejos de hacerla ver como la mujer adulta de cuarenta años, la hiciera ver en reversa con menos años de los que en realidad ya tiene. 

Como sé que esta noche no tendré opción para saltarme la absurda y aburrida fiesta de mis padres, me pongo de pie para colocarme mis pequeñas pantuflas blancas. La encantadora señora Blanca me obsequia una linda sonrisa mañanera, justo la sonrisa que cualquier persona agradece ver a primera hora. Al bajar encuentro a mi madre sentada en el alargado y exagerado comedor, pero no es precisamente eso lo que termina de llamar mi atención, sino ver el encantador cuadro y tan falso que tengo ante mis ojos... mi madre en un extremo y mi padre en el otro... la distancia que los separa es justamente la que tienen últimamente en su vida. 

>Qué extraño que estén juntos en una misma habitación...<

-Buen...-No termino de saludar cuando mis padres se levantan de la mesa. 

>Me siento Peste<

-Termina con ese rollo-Dice mi madre pasando de mi- Corre, desayuna y vamos a comprar el vestido y a la cita que tenemos en el salón...

Unas tostadas con mermelada y un poco de leche es lo que termino desayunando, ya que mi madre se la pasa ladrando que me apresure para ir de compras. El imponente automóvil negro con vidrios ahumados nos espera en la entrada, el chófer nos abre la puerta sin hacer contacto visual en ningún momento. Durante todo el camino vamos en silencio, dentro de mi cabeza mis pensamientos son acompañados con la música que invade mis tímpanos gracias a los auriculares. 

Llegamos hasta esas pequeñas pero costosas tiendas departamentales en donde todo el personal te trata como si fuese noche buena. Sus sonrisas de barbie y comentarios frívolos. Mi madre avanza con paso firme, yo la sigo torpe desde atrás, algunas de las empleadas pasan de mí golpeando mi hombro hasta pisándome. Todas de inmediato comienzan a ser una especie de lambisconas, pero nadie me presta atención, quizás por que estoy refugiada en una esquina, quizás por qué estoy sumergida en mi propia burbuja o quizás por la ropa que llevo... parezco más bien la chica que sigue a mi madre como una especie de dama de compañía. Hace ya algunos años que dejo de importarme la ropa de marca, termine usando aquello que me quedara bien, fuese de la tienda que fuese. 

-¿QUE HACES AHÍ?-Pregunta con voz firme mi madre mientras me mira por encima del hombro de una de las chicas lambisconas- Acércate necesitas un vestido

-En realidad tengo demasiados vestidos...-Le digo

-NO COMIENCES AZMARIE

-Uf-Suelto entre dientes

-Señorita...-Dice mi madre chasqueando sus dedos como si se tratase de alguna especie de animal- Ayude a mi hija a encontrar un buen vestido... 

-Perfecto...-Se apresura a decir una de ellas, poniéndose enfrente de mí-¿Que te gustar...?

-QUIERO ALGO ENTALLADO, SIN MANGAS, CON ALGUNA ESPECIE DE ESTAMPADO O QUIZÁS COLORES SUAVES, ALGO QUE ACENTUÉ SU FIGURA Y SU COLOR DE PIEL, QUE VALLA PERFECTO CON UN PEINADO ALTO...-Escupió mi madre siendo ella la que llevara las riendas sobre lo que terminaría usando esta noche.

No dije nada, prefería simplemente dejar que ella tomara las decisiones, después de todo si por mi fuera yo terminaría usando uno de los tantos vestidos que se empolvan en mi closet. La chica termino llenándome de vestidos en los probadores, en un segundo me sentía atrapada entre toda esa tela. 

>Esta loca si cree que me los voy a probar todos...<

-¿Todo está bien?-Pregunto desde el otro lado de la puerta la encargada

Me encontraba en ropa interior, me había subido al pequeño banco que tenían dentro del vestidor para poder ver desde arriba todos los vestidos que aquella chica me había pasado. Note uno que llamo mi atención, fue el único que me probé y el único que compre. Era un vestid blanco con mangas de encaje y una especie de corset con la falda suelta, no tenía ningún detalle en especial, pero era justamente mi estilo. 

Después terminamos en el salón, nuevamente mi madre le dijo a la encargada lo que ella quería para mí, aun así... el peinado no iba mucho con el tipo de vestido que al final me había decidido a comprar, así que en secreto le pedí a la señora que me hiciera rizos en la larga melena castaña y que lo recogiera, dejando algunos mechones sueltos sobre mi nuca. Ella obedeció con una sonrisa. 

No hubo diferencia según mi madre, se la paso hablando durante todo el camino sobre como me encantaba llevarla la contra, dijo que sería la menos arreglada de toda la noche y que consideraría en dejarme encerrada con la falsa de que tendría catarro. 

>No es mala idea

-Está noche es importante...-Continua hablando mi madre- Tú padre recibirá unos socios, necesita impresionarlos... si consigue que cierren el trato con él... bueno ya sabes...

-No necesitamos más dinero... cuando mueras no podrás llevarlo...

-Que cosas tan raras dices... no importa esa persona vendrá con su hijo y es importante para tu padre... ¿lo harás por él?

-Supongo que puedo intentarlo...

-NADA DE INTENTOS-Grita- Quiero que lo hagas...


мιℓ ησмвяєѕ αzмαяιєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora