-ha...Hans?-cuestiono Elsa en vos baja.
-cuñadita!...me sorprende que reconocieras mi voz, después de...SIETE AÑOS SIN ESCUCHARLA!-dijo Hans alterado en lo último.
-por favor Hans, no les hagas nada, te daré lo que quieras, que quieres, dinero?, te lo daré, pero por favor no las lastimes, hare lo que tú me pidas, dime donde estas y te doy lo que quieras-suplico Elsa llorando aterrada por la seguridad de su hermana y sobrina.
-Hayyy cuñadita, no creo que estés en posición de pedir nada, aquí el que da las órdenes soy yo, y yo voy a decidir lo que quiero y cuando lo quiero, mantente alerta con el teléfono, que te podría llamar en cualquier momento-dijo Hans con una voz seca.
-está bien, está bien, pero no les hagas nada por favor- intento suplicar nuevamente Elsa.
-tratare de controlarme, pero todo depende de cómo se porten, hasta pronto cuñadita, te estaré llamado en breve. Ha y otra cosita, ni se te ocurra hablar de esto con la policía, sino tendrás que asistir a un funeral doble de madre e hija, quedo claro?-dijo Hans con una voz burlona.
-sí, si entendido, nada de policías-dijo Elsa asustada.
-así me gusta-dijo Hans finalmente colgando el teléfono.
Elsa no sabía qué hacer, no sabía cómo reaccionar, ni siquiera podía llamar a la policía, si lo hacía, pondría la vida de sus seres amados en peligro. Lo único que se le ocurrió hacer por el momento fue avisar a Jack y a kristoff. Intento llamarlos varias veces, pero no contestaba ninguno de los dos, seguramente en el campo no había recepción, así que decidió dejarles un mensaje a cada uno, informado de la situación, se imagino que no demorarían mucho en escucharlo y venir inmediatamente. Pero mientras tanto Elsa estaba sola al cuidado de su hija y con su hermana y sobrina secuestradas en manos de un psicópata y no se quería ni imaginar que les estaría haciendo en este momento.
MIENTRAS TANTO CON HANS...
Anna y Kate se encontraban atadas a dos sillas, una al lado de la otra y estaban ambas amordazadas. Estaban en una habitación, bastante arruinada, en una pequeña casa, ubicada en la zona más peligrosa de la ciudad, donde se encontraban todos los pandilleros, drogadictos y ex convictos; seguro que si pidieran ayuda, nadie haría nada por ellas en ese barrió.
Anna estaba aterrada, más que nada, por la seguridad de su hija. La veía llorar en silencio y se le partía el alma, al ver a su hija en tal situación, con tan solo seis añitos, definitivamente ese no era lugar para una niña.
Hans las había traído a ese lugar con ayuda de otros pandilleros, que seguramente lo ayudaron a escapar de la cárcel también, pero gracias a dios, Hans por algún motivo, les había ordenado que se fueran. Anna no sabía si eso era bueno o malo; por un lado siendo Hans solo un hombre, quizá no fuera tan peligroso, como si fueran todos los pandilleros juntos, pero por otro lado todo lo que la mete retorcida de Hans planeaba, no podía ser nada bueno.
Hans estaba parado frente a ellas, mirándolas con una sonrisa perversa y Anna no se quería ni imaginar, que se le estaba pasando por la mente hacer con ellas.
-hola, mi querida esposa, como has estado tantos años?- dijo Hans irónico, sacándole la mordaza a Anna y a Kate, para que pudieran hablar claro.
-Me extraña que no me fueras a visitar a la cárcel...ese mugroso lugar donde tú y tu hermana me encerraron!-grito Hans furioso golpeando a Anna con todas sus fuerzas.
-BASTA, NO LE PEGUES A MI MAMI!-suplico Kate llorando.
-cállate bastarda, yo a tu madre le hago lo que quiero-dijo Hans golpeando a Kate, con la misma intensidad, con la que golpeó a Anna, y Kate cayendo inconsciente inmediatamente.
-BASTA MALDITO, A MI HIJA NO LA TOQUES PORQUE TE MATO!- grito Anna furiosa.
-Kate, mi vida, por favor, despierta, mama esta acá, no voy a dejar que nada te pase, por favor despierta!- le susurro Anna a Kate llorando desconsolada y aterrada, al ver que su hija no reaccionaba.
-ya déjala, no ves que no va a reaccionar, quizá...me pase de fuerza, es que no tuve en cuenta que todavía es una niña-decía Hans riendo. Anna no podía contener su furia, quería matarlo en ese mismo instante, por haberle puesto un dedo encima a su hija, y estaba aterrada por su hija; era una niña muy pequeña para recibir un golpe con esa intensidad, Anna temía por la vida de Kate.
Hans comenzó a acariciar el rostro inconsciente de su hija, que colgaba a un lado de la silla, fijándose si tenía algún rasgo de él.
-quita tus asquerosas manos de encima de mi hija- ordeno Anna con furia.
-ja, no lo pudo creer, es idéntica a la perra de tu hermana, ni siquiera parece mi hija- dijo Hans soltando con asco el rostro de Kate.
-y estoy muy agradecida que no se paresa en nada a ti, ni en la parte física, ni en su personalidad, gracias a dios, es una niña muy buena y dulce igual que mi hermana- espeto Anna orgullosa.
-eso me hace dudar, de si ella realmente es mi hija, no me esperaría otra cosa de una zorra como tú, capaz de meter a su propio marido a la cárcel- dijo Hans con odio.
-yo no soy esa clase de mujer, desgraciadamente, siempre te fui incondicional, cosa que no te merecías, eres un enfermo-
-mucho cuidado en cómo me hablas, porque en un instante puedo acabar con tu vida y la de tu hija, me escuchaste zorra?-susurro fuerte Hans, mientras agarraba con fuerza el mentón de Anna.
-qué diablos planeas hacer con nosotras?- cuestionó Anna.
-mmm, por el momento, me voy a divertir un rato con tigo, luego voy a llamar a la zorra de Elsa para decirle que me traiga el dinero que le voy a pedir, y luego me voy bien lejos, que te parece? Te gusto la idea?- dijo Hans mostrando un cuchillo, similar con el que había apuñalado a su hermana.
-por favor no le hagas nada a Kate, es lo único que te pido-suplico Anna.
-aww, pero que madre mas devota, le importa más la vida de su hija, que su propia vida, pero no te preocupes, mientras siga inconsciente, no planeo hacerle nada, el tema es, si despierta y se pone a chillar otra vez como la malcriada que es, así que mejor reza para que no se despierte-dijo Hans tranquilo, acercándose cada vez más con el cuchillo a Anna.
-así que ahora vamos a jugar un pequeño juego, que te parece? Cada vez que yo me acuerde, de cuando me desobedecías, voy a pasar la brillante hoja de mi cuchillo por tu hermosa piel, así que prepárate, porque para tu desgracia tengo muy buena memoria-dijo finalmente Hans en el oído de Anna, aterrorizándola.
OTRA VEZ CON ELSA...
Ya era más de media noche y Elsa, no podía dormir. Decidió quedarse pegada al teléfono hasta recibir alguna llamada, ya fuera de Jack o kristoff, o del psicópata de Hans.
De repente el teléfono sonó y Elsa con temor atendió.
-ho...hola?-
-cuñadita!, me alegro que hayas atendido rápidamente, ya he decidido que es lo que te voy a pedir: quiero U$S 500.000 y los quiero mañana a media tarde, entendido?-dijo Hans sin emoción.
-que!? U$S 500.000?- sorprendida Elsa por la gran cantidad de dinero.
-si cuñadita, no te hagas la sorprendida, mas te vale que consigas esa cantidad para mañana o tu hermanita y su hijita van a pagar las consecuencias, me oyes?-
-sí, si está bien mañana tendrás esa cantidad-
-mañana una hora antes de que vengas, te voy a llamar para pasarte la dirección, estamos de acuerdo?-
- Y Hans -
- Ok Chau
-espera!, como están mi her...-pero Elsa no pudo terminar la frase, ya que Hans había colgado.