-mamiii!-de repente grito Kate entrando a la habitación y tirándose en un fuerte abrazo con su madre.
-mi pequeñaa!, me alegra finalmente tenerte en mis brazos, te quiero tanto princesa...- dijo Anna profundizando aun más el abrazo con su hija mientras se quedaban así por un largo rato.
-a mí también me alegra mucho podre abrazarte mami, enserio te extrañe, no sabes cuánto...-dijo Kate tranquila, con mucho amor en su voz, y derramado algunas lagrimas, al acordarse de todo lo que ha pasado.
-no llores hermosa, ya todo está bien, ese hombre ya no puede hacerte más daño-dijo Anna secando las lagrimas de su hija con una cálida sonrisa, pero aun rota por dentro, sabiendo todo lo que su pequeño ángel debía haber sufrido.
-lo sé mami, pero no puedo evitar llorar al acordarme de cuando él te pego, y todo el daño que te hizo, no sé como sentirme y mucho menos al enterarme de que él...él era mi padre- dijo Kate tomado totalmente por sorpresa a su madre.
-...-
-el, me lo conto; me dijo que era mi padre, que me odiaba y que no me quería en su vida...-dijo Kate con algo de tristeza.
-...k...Kate mi amor yo...-Anna no sabía que decir. "maldito desgraciado, como te atreviste a decirle eso a mi hija, no puedo creer lo que estoy pensando, pero lo único que puedo agradecerte en esta vida es que me hayas dejado a esta niña maravillosa y gracias a dios, es un ángel" pensó Anna recordando con odio a Hans.
-no me importa mami, no me interesa quien haya sido mi padre o lo que opine de mi, mientras yo te tenga en mi vida, no precisó nada más!-finalizo Kate depositando un dulce beso en la mejilla de su madre. Anna no podía ser más feliz al escuchar esas palabras de la boca de su hija. Siempre tuvo miedo de que cuando ella le contara la verdad a Kate, esta la rechazaría y la culparía por no tener un padre a su lado, y lamentaba mucho que Kate se hay enterado de la verdad de esa forma, pero al menos tenia la satisfacción, de que su hija no le guardaba rencor alguno por ocultarle la verdad.
Definitivamente no podía pedir una hija mejor, Kate era una niña maravillosa, dulce, de buen corazón, sin obscuridad alguna en él y por más de que fuera Hans el padre, Kate no había sacado absolutamente nada de él. Si no fuera porque Kate era de una personalidad muy enérgica y juguetona como su madre Anna, se podría decir perfectamente, que está en realidad era hija de Elsa, por su gran parecido físico; ambas eran rubias, con hermosos ojos azul cielo y la piel blanca como la nieve, además últimamente, Kate había estado llevando su cabello en una forma similar al cabello de Elsa; esa había sido idea de Anna, ya que le encantaba ver a su hermana y su hija parecidas; Elsa decía que cuando le creciera lo suficiente el pelo a Alice, se lo pondría en 2 trenzas como su hermana. Elsa y Kate no solo se parecían en lo físico, sin no, al parecer la pequeña también había heredado la inteligencia de Elsa, su corazón bondadoso y desinteresado, y ese afán de proteger a los que ama, como lo demostraba continuamente con Alice. De la misma forma, pasaba algo similar con Alice; si no fuera por su personalidad tranquila y relajada como la de su madre Elsa, se podría decir, sin duda alguna, de que esta era hija de Anna; su cabello era de un color cobrizo, y su pequeñas mejillas a demás de otras partes de su cuerpecito, estaban cubiertas por pequeñas y hermosas pecas, de una manera muy simpática y su sonrisa tenía esa misma chispa que tenia la sonrisa de Anna. Para Elsa era como volver a tener a su pequeña hermana entre sus brazos, eso le causaba mucha nostalgia y alegría a la vez, ver a su hermana plasmada en su hija era muy gracioso, pero a pesar de todo las amaba con la misma intensidad a ambas.
-Kate, amor, discúlpame por no haberte dicho la verdad, tenía miedo...de que quisieras conocerlo y que te hiciera daño... discúlpame se que estuve mal, lo siento tanto...-dijo Anna con un semblante de profundo arrepentimiento y tristeza en su cara.
-no, no te preocupes mami, ya te lo había dicho, yo solo te necesitó a ti en mi vida, a demás, yo nunca pregunte por el de todas formas, creo que nunca quise saber tampoco, tu y la tía Elsa ocuparon todo el espacio necesario en mi corazón, en donde podría haber estado él, por eso nunca necesité saber nada de él, ustedes son toda la familia que necesitó, siempre fue así-dijo Kate mirando a su mama y a su tía, que la miraban sorprendidas.
-lo ves Anna, no tienes de que preocuparte, tu hija te acaba de borrar cualquier duda que pudiste haber tenido, ella solo te necesita a ti, solo te ama a ti, así que deja de preocuparte por Hans, o cualquier otra cosa... -intervino Elsa al ver que su hermana aun seguía preocupada.
-si mami, a mi no me importa nada mas, solo tú, te amo mucho mami-dijo Kate con una enorme sonrisa sin despegar la vista de su madre. Anna no sabía que decir, solo sentía sus lagrimas derramarse por sus mejillas, y lo único que pudo hacer fue abrazar a su hija.
-Kate...Kate, mi vida, yo también te amo mucho, con todo mi corazón, con toda mi alma, eres lo mejor que me paso en la vida...- decía Anna llorando en el pequeño hombro de su hija.
Elsa decidió retirarse y dejarlas solas en tan bello momento de madre e hija ya que se sentía que estaba de mas, pero una pequeña mano la detuvo.
-no te vayas ti Elsa...mi heroína y mi segunda madre, también tiene que estar con migo-dijo Kate mirando a su tía con ternura y total sinceridad. Elsa no sabía que decir, sentía que las lagrimas invadían su rostro, y todo lo que pudo hacer fue tirarse en un gran abrazo con su sobrina y su hermana.
-las amo mucho- finalmente pudo decir Elsa, para luego estrechar mas su abrazo.
-y nosotras a ti-respondieron madre e hija al mismo tiempo.
Parecía que todo había terminado, que ya nada podría interferir en la felicidad de las 2 hermanas, con Hans muerto, no había riesgo alguno de que este regresara por venganza.
Ahora estas 2 ya solo se dedicarían a sus familias y a su felicidad.