I

13.1K 606 4
                                    

Avery

Mirando fijamente al espejo, con el rostro mojado después de haberlo lavado, me comencé a preguntar lo mierda de persona que era.
Me acordé de cuando era pequeña y la vida era una farsa, cosa que sigue siendo una mentira desde que tengo memoria, pero jamás lo había pensado.
Mi vida siempre fue una mentira. De cualquier lado que lo mire, siempre será una total farsa.
Si es que alguien se entera de seguro estaría acabada.
La cosa es, cuando era pequeña en esa etapa donde los niños tienen amigos y van a jugar a sus casas, yo estaba pensando  en cómo hacer que mi hermana no me ahogase por las noches con la almohada.
Quizá a más de uno le suene la historia de su hermana malvada deseando que dejáramos de existir, pero de manera figurada.
Nunca fui a jugar a la casa de alguien y mucho menos a un cumpleaños, no porque no quería.
La verdad es que desearía tener esa emoción por una fiesta o no sentir que me pesa la espalda al salir de mi cama.
En realidad los estaba protegiendo de los peligros que puedo traer conmigo y el que en realidad soy.
Miré como caía la última gota de agua. Me miré las manos.
_Esto será un problema, ¿Cómo es que ya me crecieron tanto las uñas?_  Me dije observándolas de todos los ángulos posibles.
Las vidas de las niñas siempre han sido como un cuento de hadas de color rosado. No estoy generalizando nada, me baso en lo que veo en las películas de adolescentes o las telenovelas que son para niños. Bueno la mía especialmente no, tuve y tengo que aprender a controlar lo que soy para no sacarle los ojos a alguna persona que me este molestando. Además de todo lo demás, lo que es entrenamiento un tanto exagerado para un niño o niña menor de 10 años.
_Abby , ¡Apresurare que ya es tarde! Y no pienso justificarte por quinta vez este mes_ Mi madre me gritó desde el auto, miré el reloj del baño y comprobé que eran las 8:20 de la mañana y entro a las 9:00 a clases.
Me di la última mirada al espejo y abrí la puerta del baño. No me agrada la idea de ir a clases y escuchar a gente que habla todo el tiempo, por alguna razón me estresa el simple de hecho de tener que prestarle atención a las personas que me hablan allá.
Unos dirán que soy antisocial o alguna mierda así, pero no me gusta que me sonrían a la cara y luego hablen de mi a las espaldas.
Salí arreglando mi largo cabello castaño para no llegar como un verdadero desastre a clases.
Tomé mi bolso y salí de casa.
_Esta niña cada día mas lenta, por dios_ Dijo mi mamá en cuanto entré al auto.
Iba mirando por la ventana el paisaje con árboles y casas modernas. Se podía decir que vivía cerca de la escuela, pero hoy mi madre aprovechó de traerme.
Me he ido caminado desde que me inscribieron, que me lleven y traigan en auto lo veo como una bendición de todos los dioses juntos.
Se me caía la cara de tanto sueño que tenía, no había dormido poco ni nada, solo había tenido una mala noche.
_Oye, acuérdate de esconder bien esas orejas_ Mi mamá bromeó, esa típica broma de las orejas.
_Ya no se me salen las orejas, no sé a qué viene tanta burla_Me defendí.
_Cuando eras pequeña me acuerdo que si y una vez para el día de disfraces, fuiste solo sacando las orejas_Dijo tratando de hacer tema de conversación riéndose con ternura al recuerdo.
_¿Mi hermana?_Aproveché de preguntar al notar que no estaba molestándome al lado.
_Ya sabes, quiere ser grande y se va sola, con solo 15 años. En las condiciones que estamos_ Dijo agarrando bien el volante.
_Aveces me cuesta creer que eres menor que ella, no le estoy diciendo inmadura a ella, sino que a ti te digo una vieja de 70_
_Tiene dos más, en unas semanas tiene 16, y se sigue portando como una niña de 9_ Dijo.
_Tengo una pregunta, ¿Recuerdas si a ella le cambiaban los ojos a mi edad?_Pregunté algo despistada.
_Hmm, no que yo recuerde. Siempre fue más humana que loba, pero mejor pregúntale a tu padre al respecto, ¿Desde cuando?_ Preguntó y sentí como su ser irradiaba preocupación.
_Desde unos meses_Dije mirando el enorme pino por la ventana, ya falta poco.
_Nunca te los he visto, ¿Te refieres a que toman un brillo?_ Preguntó mirándome por el espejo.
_Solo me pasa cuando me enojo por algo, ¿Por qué te preocupas tanto? ¿Es malo acaso?_
Me miró por unos segundos y luego suspiró mirando el camino.
_¿A qué hora llega?_ Pregunté y ella no contesto.
_Ma-_
_No tengo idea, quizás tarde. Tú lo conoces más que yo_ Me dijo arreglándose el cabello.
Suspiró otra vez y dejó salir una risa.
_Lo único que no me gusta de tu hermana es que cuando se enoja, parece un demonio de Tasmania_ Me dijo cambiando el tema.
_¿No que yo era peor?_
_Nunca dije que era peor que tú, creo que eres como un perro rabioso, esos pequeños que lo único que hacen es mirarte horrible y temblar de ira_ Me dijo riéndose otra vez.
No sabía qué era peor siendo honesta.
_No te enojas mucho, o al menos no lo manifiestas_
''Ya... Te dejo aquí, debo ir a trabajar'' Dijó parando el auto, debo caminar sólo un poco.
"Recuerda que hoy no llegaré. Debo viajar a arreglar unos asuntos" Dijo.
''Ok'' Dije tomando mi bolso y bajando del auto.
''Esconde esos ojos amarillos'' Dijo antes de que cerrara la puerta.
La vi perderse en el tráfico, vi a mi hermana cruzar la calle para llegar a la escuela.
''Por qué nombró lo de los ojos? '' Me pregunté.
Saqué mi celular del bolso para asegurarme.
Vi mi reflejo en la pantalla y veía que mis ojos estaban de un color amarillo, en que minuto me enojé?!
''Ahora cómo entro a clases?'' Pregunté algo alterada.
Piensa, piensa!
Sonó la campana y lo único que se me ocurrió fue mantener la cabeza baja y relajarme.
Mi padre me dijo una vez que para calmar las aguas tenia que respirar.
Respiré hondo... Cerré los ojos y luego los abrí al botar el aire.
Vi mi reflejo en mi celular y vi que ya estaban del tono gris normal.
''Otro truco aprendido'' Dije al caminar hacia la escuela guardando mi celular en mi bolsillo.

La chica de los ojos extraños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora