-Y... Hay que entenderla... -le comentaba Gastón a Eugenia mientras miraban a Lali sentada en su árbol totalmente en otra.
-¿Tan grave fué?
-Oh, no te imaginas -Gas hizo un gesto. -Te lo contaría pero es que... Lali confió en mi para contarme, sería muy desubicado de mi parte, además perdería una amiga y es lo que menos quiero.
El timbré tocó. Euge se acercó a Lali. Odiaba interrumpirla con cosas estúpidas cuando realmente lo que ella necesitaba era un abrazo.
-Lá... -se tocó el hombro. Lali apenas giró su cabeza para mirarla- Tocó el timbre.
-Em... gracias -dijo esta parándose mientras juntaba una que otra cosa que había dejado en el suelo.
Ambas entraron a otra clase más de esas tantas aburridas con el profesor Fernández.
(...)
-Euge, ¿No sabés nada de Peter? -le preguntó a la salida.
-No... Pero te puedo pasar su número y la característica y lo llamás, ¿Sí?
-Bueno, dale.
Le dió un papelito con el número de Peter. Lali se despidió de todos y cruzó hasta la plazita donde estaban los niños, que recién salían del jardín, jugando en las hamacas.
Sacó su celular. Hace mucho no lo usaba. Es más, sólo lo tenía por emergencias y el único teléfono agendado que tenía era el de Gime.
Estuvo media hora -literalmente- peleando con el aparato porque no recibía señal de ningún lado.
-¡Este celular, siempre lo mismo! -Gritó y lo azotó con el suelo. Luego se arrepintió, aunque sea una porquería era lo único que tenía.
Acomodó sus piezas y cuando lo prendió, bingo. Tenía cuatro de cinco rayitas. Apenas vió esto se apresuró antes de que el aparato se volviera loco.
-¿Hola? -Se escuchó una voz entrecortada.
-Peter -sonrió- soy yo, Lali.
-¡Lali! ¿Cómo andas? ¿Qué hacés? ¿Qué onda todo allá? ¿Cómo la estas pasando? -preguntó todo en cinco segundos.
Ella rió.
-Tranquilo, Peter. Todo está bien, yo más que bien. -mintió, aún estaba un poco dolida. -¿Vos? ¿Cuándo volvés?
-Ay, no sabés lo que te extraño -A Lali se le hizo un nudo en la garganta, ¿Extrañarla? -Acá hay una tormenta tremenda, no sabés, se canceló mi vuelo.
-¿Cómo? -el teléfono comenzó a hacer corto-circuito -Entonces, ¿cuando volvés? -volvió a preguntar.
-Lá, no te se escucha muy bien.
-Ya sé, este celular es una porquería... ¿Peter? ¡Peter! -Miró el aparato, había acabado la comunicación a falta de señal. -Oh, necesito un telefono nuevo -gruñó.
Sintió algo muy fuerte, y lindo en el corazón. Se llevó ambas manos a él.
¿Qué es el amor? ¿Por qué lo sentimos? Una vez leí en un libro que el amor es un sentimiento, algo que increíblemente no se puede ocultar. Pero para mí no es exactamente eso. Para mí, amar es como querer a una persona, pero más sobrellevado, cómo quererlo más de la cuenta. Eso es amor. Hay veces que una persona no soporta querer más a otra. O simplemente, tiene miedo a enamorarse. Lo que estaría pasando conmigo ahora. Yo me pregunto, ¿Seré buena amando, o sólo es un capricho? Mi tía me dijo que hasta las personas más fuertes se enamoran. Y con ''fuerte'' me refiero a las duras, a las que nunca se les ocurriría mostrar una pizca de amor. Este sentimiento llega a cualquier edad, y nadie puede zafarse. Sentimos que necesitamos estar frecuentemente al lado de aquella persona que tanto nos gusta. Queremos pasar el resto de nuestras vidas con ella. Si nos gusta, nunca pensaríamos en dañarla, sino en cada día demostrarle un poco más de cariño, aunque esa persona no quiera saber nada con nosotros. En fín, para hacerlo más breve: Amor no es aquello que queremos sentir, sino aquello que sentimos sin querer.
-¿Lali? Oh no, ¡No, no, no! -gritó Peter mientras tiraba su celular al suelo.
-¿Qué pasa? -entró su abuelo.
-Estaba hablando con mi amiga, y se cortó la comunicación -bufó.
-Bueno, ya vas a tener otro tiempo para hablar con ella -rió -AHora bajá que tu abuela te preparo una merienda.
-Gracias.
-Tía, necesito tu ayuda -pidió Lali al entrar en la cabaña.
-Sí mi vida, ¿qué necesitás?
-Consejos necesito, porque no sé que está pasando conmigo ahora -suspiró, tiró su mochila a un costado y se acostó en el sofá cubriendo su cara con un cojín.
-¿Otra vez Peter? -preguntó acercándose a ella.
-Sí, Gime. Me estoy volviendo loca -presionó más el almohadon contra su cara -Tengo miedo de estar enamorada, necesito saber que tiene que hacer uno cuando se enamora, digo, yo no sé nada de eso y...
-Bueno pará -rió Gime -Si no me dejás hablar cómo querés que te explique.
Lali se quitó el cojín de la cabeza y la miró con ojos algo húmedos.
-¿Qué tengo que hacer? No sé nada de esto -susurró.
-Y... Nada, sólo tenés que dejarte llevar -puso una de sus manos en el corazón de Lali. -Tu corazón va a saber qué hacer -con su mano libre la acarició -Te quiero...
-Yo más -sonrió -Me alegro de haber encontrado una tía como vos, nada que ver con mi mamá -agachó su cabeza.
-Mi hermana es pasado, ahora tómame a mí como tu nueva mamá, voy a hacer lo posible para tratar de parecerme a una -rió algo triste y agachó su cabeza.
-No es tu culpa, Gime. Y no tenés que tratar de ser cómo una mamá, porque para mí, ya sos una.
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Ayúdame.
FanfictionNueva ciudad, nuevo colegio, nuevos amigos, nueva vida para Juan Pedro, alias Peter. Recién llegado de Roma con su familia por una nueva oportunidad que le han ofrecido a su padre. Es un chico común y corriente que con el paso del tiempo se encontra...