Capitulo Treinta

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CAPITULO FINAL


Lali abrió los ojos. Movió la cabeza para revisar la cama de Peter, pero él no estaba allí. Sintió algo moverse detrás de ella y ahí estaba, con un brazo cubriéndola. ¿Había estado así toda la noche? Pensó. Quitó con suavidad su extremidad para que él no se diera cuenta y se levantó. Lo vió tan dulce dormido. Sonrió. Llevó sus ojos a el perchero de la punta: Ahí se encontraba su vestido de seda blanco, esperando para usarse. No podía fallar en esto. Tenía que salir de esa pesadilla. Lo tomó y se dirigió al baño para prepararse. HOY era el día.

Una vez, hermosísima, salió. Llevaba su cabello suelto con algunos bucles en las puntas más una corona de flores. Unos bellos zapatos blancos, más bien unas chatas, ya que no acostumbraba a usar zapatos con tacos o ''cosas de chetos'' cómo solía llamar ella. Por último el vestido de dama de honor y cubriendo a este un saco de lana color rosa claro.

''Lali, ya sé que hoy es el día. Te espero en la iglesia. Siempre con vos. Te quiero muchísimo. Gime''. 

-Así que ya sabías, ¿eh? -murmuró.

Se acercó nuevamente a Peter que estaba plácidamente dormido en su cama. Dejando su aroma en ella. Volvió a sonreír como una tonta enamorada. Ese chico la había hecho FELIZ.

Pasó su dedo índice sobre su mejilla. Se agachó un poco hasta la altura de la cama y le dejó un suave beso en los labios.

-Lo lamento Peter, tengo que hacerlo -le susurró y una lágrima corrió por su mejilla. Podría ser la última vez que podía presenciar su bello rostro.

-¿Qué tenes que hacer? -preguntó dormido. Lali se paró de golpe y salió corriendo antes de que se diera cuenta.

Peter abrió apenas los ojos y se encontró con su novia vestida completamente de blanco. Se refregó estos, pero ella ya no estaba allí. Pegó un salto de la cama y comenzó a llamar a sus amigos y conocidos de Lali avisándoles. No podía dejarla hacer esto sola.

Corrió lo más rápido que pudo. Llevándose medio mundo. Con medio mundo se refería a unas pocas personas, ya que era sábado y eran las nueve de la mañana.

Llegó a la Iglesia completamente sudado. Allí estaban todos, apoyando en la puerta. La mayoría -todos- sus amigos vivían cerca del lugar. Por lo tanto llegaron más rápido que Peter.

-Entremos -propuso y abrió la puerta. 

Ahí estaba su fiel compañera. Parada frente a un cura. Este decía cosas raras, cómo si estuviese haciendo un exorcismo. Gime se dió vuelta y abrió bien gigante los ojos.

-¡ALTO! -gritó Peter acercándose a Lali junto con todos los chicos.

-¿Qué haces acá, Peter? -preguntó Lali intentando cubrirse, pero era imposible no verla de blanco.

-¿Enserio creías que te dejaría sola, mi amor? -un escalofrío corrió por el pecho de Lali, se sintió la peor persona del mundo, era una egoísta. 

-Somos amigas, Lá. -dijo Euge -Te banco en todas -sonrió.

-Yo también

 -Rochi dió un paso al frente.

-Queremos verte bien -Gastón.

-Aunque tengas que hacer algo para poder lograrlo -decía Nico.

-No estas ni nunca vas a estar sola. Te apoyamos -La voz de Euge sonaba apagada.

Las lágrimas de Lali caían sobre su mejilla. Se acercó tanteando hasta ellos y se dieron un abrazo grupal. Menos Peter.

-Mi amor... -le susurró Lali apartándose -Por favor...

-No tengo nada en contra -le sonrió y apartó unas lágrimas que corrían por la mejilla de Lali -Siempre te voy a amar. Sos todo. Yo... Yo te amo como nunca amé a nadie -se acercó a ella y le dió un laaaaaargo beso en los labios -Hacelo... Mi amor... Hacelo.

Se acercó nuevamente al cura. Este sonreía satisfecho. Continúo con la ceremonia.

-Entonces... Mariana... ¿Aceptás la ceguera a cambio de la eliminación de espíritus malignos? -preguntó al final.

Ella dió media vuelta. Los miró a todos nuevamente. Para ese entonces ya lloraba. Había llorado toda la ceremonia. Estaban todos abrazos en grupo. Esperando el ''sí''. Euge le dió una señal de ''Listos''. Suspiró, era la última ves que los volvería ver. Volvió su mirada al frente.

-Sí... Quiero... -murmuró -Acepto.

El encargado le salpicó a Lali con agua. Se suponía que era agua bendita. Empezó a moverse raro. Veía borroso y sentía que en cualquier momento iba a caer. Peter corrió hacia ella y apoyó sus manos en la cintura para estabilizarla. En un abrir y cerrar de ojos todos los objetos que Lali tenía blanco hasta entonces, se había tornado en un color negro. Euge se tiró a llorar y los chicos trataban de contenerse entre sí, pero era imposible. Era SU AMIGA la que estaba allí, siendo castigada. Una nube negra salió del pecho de Lali y se esfumó por el aire.

Peter miró con asombro y luego miró a su actual novia. Totalmente pálida. 

Un ''¿Estás bien?'' escuchó Lali antes de caer, desmayada.

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