Lali pensó. En realidad no tenía razones por haber llamado a Gastón.
-Olvidalo -rió Gas -Ahora contame, ¿Qué onda tu vida?
-¿De verdad querés saber? -preguntó insegura.
-¿Fué muy mala?
Lali se encogió de hombros.
-No lo sé.
-Estoy dispuesto a escucharte -le sonrió -voy a apoyarte en lo que sea.
-B-bueno, aguantá un toque.
Se paró y salió hasta la cocina. Estaba nerviosa, no sabía que hacer. Agarró un vaso de vidrio vacío, lo lleno con agua y en tres simples tragos se lo tomó. Dejó todo en la mesada y volvió a su ''habitación'' donde Gastón la esperaba. Ahora estaba segura y muy confiada en lo que estaba a punto de hacer.
-M-mi m-mamá -murmuró -Ella tiene la culpa de todo -dijo cabizbaja.
-¿Cómo?
-Ella hacía... Hacía conjuros, le hablaba al aire... Estaba loca...
Gastón se acomodó más al colchón mientras escuchaba atentamente las frías palabras de Lali. Sinceramente no entendía un carajo, pero prefirió callarse y seguir escuchando.
-Un día... Decidió invocar demonios... -se le derramó una lágrima.
-Sh... No llores -dijo Gastón mientras pasaba el dedo por una de sus mejillas -No tenés que contarme si no estás segura.
-No, yo estoy segura. Cómo te decía: Invocó a Demonios, que más bien no son eso. Son una especie de almas que no están ni en el cielo, ni en la tierra... Estan como... perdidos -alzó la vista y miró a Gas, él llevaba cierto asombro. Volvió a agachar su vista. -Cuando... Cuando quiso remediar todo ya era tarde, algunas de esas almas habrían logrado entrar en su vida. -hizo una pausa -Ella estaba muy asustada, así que fué a hablar con un cura, experto en exorcismos. Pero éste le dijo que debía haber una persona más... Cómo decirlo... Más débil. Eso -susurró -Así que no tuvo otra idea que crear ella misma un ser para pasarle SUS problemas. -rió irónica -y ahí es dónde salí... Yo...
Él miraba sorprendido, no sabía que hacer. Se llevó ambas manos a la boca.
-No lo puedo creer -se le acercó.
-Aún hay más... -le dijo -Ella me crió con zapatitos de cristal -ironizó -me enseñó a no mentir, a ser fiel... Hasta que un día... -otra vez las rebeldes lágrimas salían -Un día llegué yo del colegio, estaba feliz... Había sacado mi primer diez en ese año escolar... Me dijo que me ponga... Esta ropa -dijo buscando la foto de la niña de blanco. Cuando la encontró se la alcanzó -Yo era una nena indefensa, once años tenía... Pensaba que íbamos a jugar a las princesas, o algo parecido, pero no... -hizo una pausa para poder LIMPIARSE las mejillas mojadas que tanto tenía y que habría guardado por mucho, mucho tiempo -Me llevó, a una iglesia... Sí... Y ahí comenzó toda mi pesadilla -dijo aguantando todo lo que mas podía.
-¿Qué pasó? -preguntó, ya se había adentrado completamente a su historia.
-El cura... Comenzó a hacer una especie de movimientos raros... Yo reía, meneaba mi cuerpo de un lado a otro mientras miraba mi hermoso vestido de seda blanco. Cuando de repente... -no aguantó más. Gastón corrió a abrazarla.
-Sh... Tranquila, Lá -acariciaba su cabello.
-Mi mamá comenzó a moverse raro. De repente yo... yo comencé a marearme, sentía raras voces, como dentro de mí -esto último lo dijo un toque apresurada e hizo un gesto poniendo ambas manos en su corazón -cuando desperté... Estaba sola en una butaca del lugar... No había nadie... Mi vestido blanco mágicamente se había teñido de negro. Comencé a... a sentir voces que venían de la nada... Y ahí es cuando comenzó toda esta pesadilla.
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Ayúdame.
FanfictionNueva ciudad, nuevo colegio, nuevos amigos, nueva vida para Juan Pedro, alias Peter. Recién llegado de Roma con su familia por una nueva oportunidad que le han ofrecido a su padre. Es un chico común y corriente que con el paso del tiempo se encontra...