Capitulo 3 "Supongo....Es lo mejor".

136 15 0
                                    


Kate y David en multimedia.

1 mes después...

Ya había pasado un mes desde que David se había ido, durante esos días no había hecho nada interesante, más que ver películas con mis amigas, comer helado de chocolate y dormir.

También, como David me prometió, me llamaba todos los días y eso me hacía sentir mejor.

De pronto, escuché unos golpes en la puerta de mi habitación.

–Pase.– dije alargando la palabra y dejándola en el aire.

Me encontraba observando las líneas del techo de madera de mi habitación, eso me "Ayudaba" como distracción para no pensar en David, aunque siendo sincera, no me ayudaba ni un poco en éste preciso momento.

–Alex...¿Cómo te sientes?– oí la voz de mi mejor amiga Kate.

–Bien, supongo.– dije en susurro aún observando el techo. No podía mentir más, me sentía horrible, pero había acostumbrado a tratar de parecer fuerte frente a los demás, o por lo menos intentarlo.

–¿Películas y Helado?– dijo mi tan especial amiga sonriendo lo mejor que podía para tratar de animarme.

–¡De chocolate por favor!

–Como te guste.– besó mi mejilla mientras pasaba por su lado.

Bajamos a la cocina y abrí mi refrigerador, y sí, ahí se encontraba el tan deseable helado de chocolate el cual se había convertido en mi fiel compañero por días y noches enteras desde que David había partido. 

Finalmente nos decidimos por la tan famosa película Diario de una pasión. Me encantaba esa película. Luego de un rato de alistar los sofás, trajimos toda la comida que nos habíamos encargado de preparar y la colocamos al lado del sofá, junto unas mantas por el frío.

                                                              (...)

Ya había transcurrido gran parte de la película, y a decir verdad, no había podido evitar soltar nuevamente lágrimas.

David estaba presente en cada uno de mis pensamientos, cualquiera cosa que hiciese u observara me recordaba a él sin poder evitarlo. 

Él se fue lejos y eso era todo, no había vuelta atrás. Y sabía que no podía esperar que superara su partida con tan solo haber pasado unas cuantas semanas, pero el dolor en mi pecho aveces era tan insoportable que de una puta vez me gustaría no sentir nada, ser un piedra. Y es inevitable no molestarme conmigo misma, por ser tan débil. Pero díganme ¿Cómo no estar así después de que alguien tan importante para ti te haya dejado? Él era mi salvavidas, mi paracaídas y aquella razón por la cual querías seguir adelante. Él me había sacado de todas mis porquerías, y ahora que se había ido tenía miedo de recaer otra vez, porque siempre lo hacía.

Sentía mis ojos hinchados y mis sollozos aumentaban con frecuencia mientras mi amiga me abrazaba tratando de calmarme. Un abrazo que tanto necesitaba.

–Shhh, tranquila.– susurraba Kate mientras acariciaba mi cabello.

–Quiero dormir.– dije mientras me levantaba del sillón y me dirigía a las escaleras que conducían al primer piso, inmediatamente Kate me siguió.– Gracias por estar siempre para mí Kate. Te quiero.– Añadí mientras hacía un torpe intento de subir las escaleras con la mirada nublada.

Ya estando en mi habitación, me lancé en mi cama dejándole un espacio a mi amiga para que se pudiese acostar.

Éstas últimas semanas dormir para mí se había convertido en una pesadilla. Las noches eran mi momento para pensar, y cada pensamiento incluía a David.

¿De las Ilusiones se Vive?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora