Capitulo 14 "Él no es perfecto. Nada es perfecto".

63 9 0
                                    

Se estaba acercando mucho, mucho.... No dios por favor no permitas que...

¡Un pájaro! ¡Nos interrumpió un pájaro!

–¡Ya voy mamá!– fingí que llamaban y salí huyendo de ahí lo más rápido que podía. ¿Ahora con qué cara lo iba a ver?

Recogí mis cosas de la cabaña y rápidamente tomé rumbo a la casa rogando que no haya visto en cuál casa estaba. 

Entré a casa un poco agitada, subí apresuradamente las escaleras y con la respiración acelerada entré a la habitación en la que dormía con las chicas.

–¿Qué pasa?– Kate frunció el ceño.

–¿Te estaban persiguiendo o qué?– rió Emma.

–Ninguna de las dos...+ entré al cuarto de baño.

Quité mi ropa rápidamente y me recosté un poco en la pared, en la fría pared del baño.

Casi nos besamos.

O mejor dicho, Él casi me besa.

Dios... Si eso hubiera pasado... Mis amigos me odiarían y me matarían. Mis padres, o mejor dicho mi madre me castigaría. Y yo... Pues yo estaría...¿Feliz? sí, lo estaría. Tenía que admitir que si eso hubiera pasado tal vez le seguiría el beso, pero sólo tal vez...Aun no estaba segura de lo que sentía por Dylan, pero sabía que ésto podía ser malo.

Entré a la ducha y me di un largo baño.

Necesitaba pensar.

Minutos después enrollé una toalla alrededor de mi cuerpo y salí del cuarto de baño. Tomé rápidamente mi ropa íntima y la coloqué, luego un short y una sudadera.

Después de estar vestida bajé un poco más calmada a la cocina. Abrí la despensa y saqué los maíces, calenté una olla y preparé unas cotufas. Abrí el refrigerador y saqué un poco de Coca-Cola Y lo serví en un vaso. Luego de tener mi comida lista, fui a la pequeña sala de la casa y encendí el televisor.

Una hora más tarde fui a preparar más comida ya que mi estomago no se conformaba fácilmente. Ésta vez decidí subir a la habitación y salí al balcón. Estando allí, se encontraban dos sillas y me senté en una de ellas.

El "Tonto" y entrometido pájaro se encontraba parado a un lado del balcón.

Era un pelícano, ahora me daba cuenta, solo que cuando lo vi por primera vez no estaba en las mejores condiciones para usar mi cerebro y saber que era un pelícano.

Seguí observando las estrellas mientras comía mis cotufas.

Todavía no podía procesar el hecho de que podía llegar a besar a Dylan.

Eso no era nada normal.

–Yo también quiero cotufas.– Una voz me sacó de mis pensamientos asustándome por completo.

–¡Dios! ¿Acaso eres un tipo de acosador o qué? Me asustas...– quité la mano de mi pecho por instinto.– Baja ya de allí, no quiero que sepan que estás aquí.

–No me iré hasta conseguir mis cotufas.

¿Acaso lo que digo se hace realidad? Es como que todo lo malo que me puede pasar sucede. ¿Cómo supo que estaba aquí?

Dios ¿A quién pusiste en mi camino? –Pensé–

–Joder, ¿No te cansas de amargar mi Vida? Pareciera que te divirtiera.

–En realidad sí.– fingió pensar haciendo un gesto.– Eres hermosa cuando te molestas.

–Vete, por favor.– pedí ignorando aquel comentario.

¿De las Ilusiones se Vive?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora