Capitulo 37. "Siempre, contiene significado. Aveces imposible de alcanzar"

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Ese día estaba aliviada, aliviada de compartir momentos tan insignificantes, pero a su vez tan significantes para mí junto a Dylan.

Ese día había besado a Dylan con tanta necesidad y aflicción mezclada, que era casi imposible descifrar lo que en verdad estaba sintiendo en aquel momento. No me importaba que los profesores me hubiesen visto, no me importaba que luego se lo comentaran a mi padre, "El fotógrafo de la institución", Tampoco importaba que los estudiantes nos viesen, ni mucho menos mis amigos. En ese momento no me importaba absolutamente mi al rededor. Solo estábamos presentes Dylan y yo, y sobre todo, el sentimiento mutuo.

(...)

–Seremos libres al fin.– Comentó Myle saliendo de su clase y uniéndose a nosotros en dirección a la cafetería.

–Aún faltan unas tres horas.– Retracté.

–Gracias por recordarlo, pero igual. A tan solo tres horas comienzan las vacaciones de invierno.– Sonrió.– Ya quiero montarme en ese puto avión para viajar rumbo a Nueva York.– Myle no paraba de mencionar lo ansiosa que se encontraba por pasar sus navidades con su familia de NY, y la entendía, era NUEVA YORK.

–Gracias por restregarnos en cara una vez más, tu dichoso viaje.– Bufó Mary en su dirección, para luego dirigirse a su casillero.

Mientras tanto, Dylan y yo caminábamos tomados de la mano, mientras Max se encontraba adelante con Myle, claramente irritado.

–Oye Max, ¿ Ytú qué harás?– Pregunté situándome junto a él para tener una mejor visión de su abatido rostro.

Me preguntaba el por qué de sus resientes estados. Los últimos días había estado muy callado, hasta se le podía notar lo preocupado que se encontraba por qué sabe qué.

En ciertas ocasiones había intentado hablar con él, cosa que él evitaba en cada uno de mis intentos. Ya comenzaba a frustrarme, sabía que ocultaba algo, pero no tenía ni idea de qué fuese.

Pero, si al caso vamos. Cada uno estaba ocultando algo, incluyéndome. Nadie aún se había enterado del incidente de anoche, y mucho menos de todos los anteriores.

–Creo que lo mismo de siempre.– Torció la boca en una cálida sonrisa.– Las navidades en familia siempre suelen ser agradables. No me arrepiento de una sola.– Sus ojos demostraban aflicción, estos poseían un singular brillo que hace mucho no veía en Max.– Sé que no viajaremos a algún lugar caro. Pero esas navidades, son las que más valen, y más aprecio.– Sus palabras emanaban calidez y admiración. Él amaba a su pequeña pero hermosa familia, y eso era conmovedor. La manera en que podía describir aquello, era agradable.

–Me parece perfecto Max.– Sonreí.– De hecho, yo también pasaré las navidades en familia, siempre hacemos que cada noche valga la pena, que sea única y especial.

–Exactamente.– Asintió ante mis palabras.– Cada una posee algo especial.

–Chicos, iré por los almuerzos. Busquen alguna mesa donde sentarnos.– Nos interrumpió Dylan, mientras nosotros asentimos.

Sin pensarlo dos veces, Max y yo nos dirigimos a la parte externa de la cafetería en busca de nuestra habitual mesa.

Al estar ya sentados, me convencí a mí misma de que sí era buena idea hacer un último intento con Max. Él era mi amigo y me preocupaba, tenía que encontrar la manera de averiguar qué le estaba pasando.

–¿Y qué me cuentas?– Pregunté tratando de ocultar el repentino nerviosismo que se había instalado en mi sistema.

–Alex, no me pasa nada, te aconsejo que dejes de insistir.– bufé en frustración. No podía ser que este chico me conociera tan bien.

¿De las Ilusiones se Vive?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora