Mary y Leo en multimedia.
Ya habían pasado dos semanas desde que fuimos todos al parque de diversiones. Era viernes y el lunes empezaría en la universidad, todos estudiaremos ahí. Yo estudiaría Psicología, desde pequeña me había encantado, siempre había soñado con ser una gran psicóloga ya que en mi adolescencia siempre me interesó estudiar la conducta de las personas y poder ayudarlos.
Mi hermana llegaría esta noche de Venezuela. En realidad no era hermana, era prima–hermana pero las dos nos criamos juntas desde niñas y siempre nos presentamos y nos consideramos hermanas. Ella está en segundo año de la universidad, por lo tanto es un año mayor que yo. Mary se venía a vivir aquí con mi tía– su mamá.
Estaba acostada en mi cama mirando hacia el techo, como si fuera la cosa más maravillosa y entretenida del planeta tierra.
Estos días no había salido, solo me quedaba en casa a ver películas con mis amigas, o simplemente salía a caminar al parque.
Estaba pensando en que todavía no tenía los dieciocho años y no queria romper la promesa. Faltaba un mes para cumplirlos y necesitaba hablar con Cam sobre eso. Le diría que en estos momentos no quería tener una relación.
¿Y si piensa que lo utilicé?
Eso no pasaría, ya que me aseguraría de contarle los motivos, y si no lo acepta pues que se joda, eso era más importante que otra cosa. Además solo han pasado unas semanas.
Todavía mis padres no me decían de qué se trataba aquel "Asunto importante" Ni una sola palabra habían dicho sobre ese tal asunto. Debía ser importante, ya que llevaban mucho tiempo haciéndolo o saliendo repentinamente.
–Vistete, en 15 minutos salimos al aeropuerto.– leí el mensaje proveniente de mi mamá.
–Ok.
¿Está en casa y no pudo cruzar un pasillo y decirme? Después dicen que yo soy la floja.
Me levanté y me fijé en la hora de mi celular y ya eran las siete y media, Mary llegaría a las ocho. Me desvestí, pero no sin antes poner música, como de costumbre. Cuando ya estaba solo en bragas y sujetador, fui a mi armario y tomé una sudadera celeste y un pantalón ajustado con mis converse negras. Me maquillé sólo un poco y me puse un lindo collar. Tomé mi bolso y mi celular.Salí de mi habitación, crucé un pasillo y luego bajé las escaleras una por una.
Ya estando en planta baja me dirigí a paso lento hacia la cocina, allí estaban mis padres, debía decirles que ya habría que irnos porque se haría tarde, y en verdad ya era tarde.
Estaba parada en el umbral que daba a la cocina, pero cuando escuché de lo que hablaban me escondí para que no me vieran.
–Pues que suerte que no ha preguntado más.– dijo mi madre
–Tranquila cariño, el lunes le damos la sorpresa, solo tres días no más.– ahora habló mi padre.
Despegué mi oreja de la fría pared, y me dirigí sigilosamente hacia la sala.
Tendría que esperar hasta que se dignasen en acordarse que vamos tarde, no quería interrumpirlos.
¿Es una sorpresa para mí? Ya lo suponía pero, ¿Qué hice yo tan bueno para que me dieran una sorpresa? Claro, tampoco es que hice cosas malas, o al menos con su consentimiento, pero la duda me estaba matando.
–¡Ya Vamos!– gritó mi madre minutos después saliendo de la cocina.
–¡Yo estoy aquí!– anuncié mi presencia levantando mi brazo.
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¿De las Ilusiones se Vive?
Teen FictionLas ilusiones forman parte de nosotros, pero, ¿Se viven o se Aprenden a vivir?. Siempre me preguntaba qué sería de mi, a dónde sería capaz de llegar. Qué me esperaba en aquel cercano futuro, que aveces lo veía tan lejano. Siempre soñaba con estar co...