Capitulo 6 "¿QUE?"

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–Uhm...ah..gracias.– balbucee.  ¿Por qué Estaba nerviosa? Sólo era Cameron.

Él sonrió y me guiñó el ojo. El resto del camino consistió en miradas de reojo por parte de Cam, mientras yo veía directamente la carretera.

Era extraña la situación, o mejor dicho, la noche. Sentía que miles de cosas pasaban a la vez sin darme un pequeño tiempo para respirar. David se había encargado de alegrarme la noche, no sé por qué, pero su llamada me había subido el animo y gracias a él había decidido que sí iba a disfrutar y en verdad lo estaba logrando, al fin lograba algo.

Tenía miedo de que el tiempo pasara y yo me quedara allí observando, porque no tenía las fuerzas para entender lo que sucedía, yo me sentía extraña, pero estaba Bien. Entendía que tenía que seguir adelante, pero ¿Qué pasaba si me lastimaban? No quería volver a sentir una vez más aquella opresión en mi pecho cuando me enteré que David se iba, ni mucho menos aquel ahogo y dolor intenso que sentí cuando ya se había ido de mi campo de visión.

Sabía que él podría venir para acá cuando quisiera, pero primero tenían que pasar unos años, así decía el contrato que su papá había firmado. Era extraño, lo sé. De hecho había intentado averiguar el por qué de aquella clausula, pero jamás conseguí respuestas.

El resto del camino estuvo ambientado con los gritos de mis amigos que cantaban como locos la canción que sonaba.

–Llegamos.– dijo Cam soltando mi mano.

Si, nunca la soltó, todo el camino estuvimos agarrados de la mano. No sabía por qué Cam estaba actuando así. Aunque él siempre era cariñoso conmigo, aveces la situación podía tornarse incómoda.

Bajó, rodeó el carro y me abrió la puerta. Luego que me ofreciera la mano para bajar, bajé y abrí la puerta a los demás y éstos bajaron riéndose de quién sabe qué.

Aunque me causó risa su forma de reírse. Traté de parecer seria ante la situación.

–¿De qué nos reímos?– pregunté.

–Oh nada.– alcanzó a decir Tom.

–Claro...– dije en susurro.– A ver borrachitos bajen del auto.– hablé otra vez, más fuerte para que escucharan.

Ange y Jack bajaron casi cayendo al suelo. Por suerte Rick y Tom los sujetaron mientras caminábamos hacia la puerta de entrada.

Cam sacó las llaves para abrir y luego entramos todos. Pasamos a la enorme sala para descansar un poco, pero como yo no tenía ni una pizca de sueño, ni me recosté, solo quería hacer algo entretenido.

–¿Quién se baña conmigo en la piscina?– de la cocina salió Cam levantando su mano.

–¡Yo!– se despegó el celular de la oreja.

–¿Qué hacías en la cocina? ¿Comías y no me diste?– acusé entrecerrando los ojos.

–Tranquila pequeña, solo estaba hablando por teléfono.– dijo levantando las manos de forma inocente.

–Más te vale.

En verdad tenía hambre, y aunque estaba acostumbrada a llegar a su casa como si de la mía se tratase, hoy me sentía distinta y sentía que abusaría de la confianza que Cam me ofrecía al abrir la lacena en busca de algo para comer. Y aunque ya lo había pensado miles de veces y definitivamente estaba loca, igual decidí dejar mi hambre para más tarde.

–Los chicos vendrán pronto.– dijo Cam sacándome de mis absurdos pensamientos sin sentido, a lo que yo fruncí el ceño confundida.– Max y Dylan.

¿De las Ilusiones se Vive?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora