La sangre hervía dentro de todo mi organismo y mi corazón había dado un vuelco de furia. Estaba desconcertada, con todo, y con Dylan, no lograba comprender qué hacía ella aquí, en su casa. No lograba procesar el hecho de que la ex novia de Dylan estuviera justo en frente de mí.
Joder, ¿Dónde carajos estaba Dylan? ¿Por qué ella me abrió la puerta?
Esas y miles de preguntas más rondaban por mi cabeza produciendo un gran dolor en ella. Estaba y continuaba desconcertada mientras observaba su inocente sonrisa plasmada en su rostro.
¿Acaso no se cansaba de sonreír?
-Annabel un gusto. Yo soy Alex, la novia de Dylan.- de seguro mi sonrisa fue la más hipócrita que había puesto en toda mi vida.
-Ah claro, él me lo ha mencionado.- Su radiante sonrisa la cual trasmitía felicidad, cambió a una... ¿Decepcionada?- Pasa, él está en su habitación.
Avancé hasta las escaleras para así comenzar a subir los escalones con la incómoda presencia de Annabel detrás de mí.
Al cruzar por el pasillo y localizar la habitación de Dylan, voltee para así fijar mi vista en los azules ojos de la chica, ella igualmente me observó y torció la boca en una tensa sonrisa.
Volví a voltearme para continuar con mi camino hasta la habitación de Dylan, la cual se encontraba con la puerta entre abierta.
-Él se encuentra en la ducha, por eso fui yo la responsable de abrir.- Pasó un mechón de cabello el cual se encontraba en su cara, para así posarlo detrás de su oreja. Yo solo me limité a asentir.
-¿Y sus padres...?- Cuestioné mientras entraba a la fría habitación.
-Salieron hace algunos minutos, antes de que llegaras.
-Ah, y tú eres su ex novia. ¿Qué haces aquí?- cuestioné fríamente, más de lo quería sonar. Ella abrió levemente los ojos ante mi comentario, intimidada.- Lo siento, no quería sonar tan cruel.- pegué mi mano contra mi frente.- Pero puedes responder eso ¿No?
-Italia comenzaba a aburrirme, y las vacaciones allá ya han comenzado.- Pasó por mi lado y se sentó en una de las esquinas de la cama.- Quería venir a visitar, hace unas semanas estoy aquí.
Al escuchar aquello, sentía como mi corazón se oprimía un poco más. No solo la presencia de ella me incomodaba, sino también el hecho de que se encontrara tan relajada en casa de Dylan, y que sus padres los dejaran solos.
¿Acaso se habían estado viendo días atrás?
-Claro...- mis voz sonó apenas audible.
Escasos minutos después, la puerta del baño se abrió dejando ver a un Dylan mojado y con una toalla al rededor de su cintura.
Al verme, frunció el ceño tenuemente ante mi presencia. Claramente él no esperaba ver lo que ante sus ojos tenía.
-¿Qué haces aquí?- Cuestionó con el nerviosismo apoderándose de su sistema y junto a ello, a sus palabras.- Pensé que estarías donde Ange.
-Hola para ti también.- Me acerqué a él y planté un casto beso en la comisura de sus labios.- Estaba, pero no resultó tan bien como esperaba, así que vine a buscarte.- Sonreí ante su mirada desconcertada detrás de mi.- Pero me encontré con algo mejor, ¿No crees?
Él rió.
-Espero que se lleven bien.- Se separó de mí y fue en busca de ropa para así cambiarse dentro del baño.
Mientras tanto, Annabel continuaba en silencio. Mientras yo la observaba de reojo y pensaba en la manera de sacar algún tema de conversación.
-Bueno... ¿Y que tal Italia? ¿Hay muchos italianos sexys?- Ella rió ante mi pregunta y pude observar como sus mejillas se teñían de un rojo carmesí.
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¿De las Ilusiones se Vive?
Teen FictionLas ilusiones forman parte de nosotros, pero, ¿Se viven o se Aprenden a vivir?. Siempre me preguntaba qué sería de mi, a dónde sería capaz de llegar. Qué me esperaba en aquel cercano futuro, que aveces lo veía tan lejano. Siempre soñaba con estar co...