C.8) Cambios.

2.8K 205 47
                                    

Me desperté temprano ya que debía ir a clases normales, bostecé con mucha pereza restregando mis puños por mis ojos. Detesto ir a la escuela. Abrí la cortina lentamente para ver cómo estaba el día, al fin se veían nubes en el cielo, estaba agobiada de los días con mucho sol. Suspiré cansada y me puse de pié en un instante para golpear mi rostro con mis manos

—Bien —balbuceé—, hoy harás un día productivo para ti y para la sociedad.

Me duché y me vestí para ir a clases, salí de casa muy temprano, tanto que me sentía algo extraña. Usualmente salía cuando el sol ya había ascendido, pero ahora ni siquiera habían salido sus primeros rayos. Cada estación de tren que pasaba más me desanimaba, no tenía idea de qué estaba pensando.

— ¿Y si mejor simplemente no voy? —susurré con un sentimiento de holgazán mirando el nombre de la parada siguiente.

Me bajé allí sin importar el faltar a la escuela, después de todo, daba igual, yo iba a ser una investigadora ghoul y no necesitaba saber logaritmos o funciones para eso. Caminé por casi dos horas, manteniendome sonriente, y es que a pesar de que estuviera rodeada de las casas más pobres, transitando uno de los lugares con más delincuencia y violencia de Tokio, todo se volvía más alegre cuando no pensaba en las clases. Llegué al fin a la tienda lúgubre que tanto deseaba visitar. Vendían aretes, perforaban, tatuaban, y a veces traficaban inhibidor RC. Saludé al encargado de la caja, que por cierto ya nos conocíamos.

— ¿Quieres ver a Uta? —preguntó despreocupado.

—Sería genial —respondí alegre.

Me preguntó si mis nuevos aretes habían cicatrizado bien junto con mis tatuajes en mi brazo, en ese entonces fui muy impulsiva al hacerlos, pero no había nada de qué alarmarse.

—Uta está ocupado, pero puedes estar con él.

—Está bien —sonreí—. Permiso.

Entré con Uta, quien estaba sentado dibujando una máscara de un dios egipcio, seguramente era para uno de sus clientes. Suspiré y lancé mis cosas a un rincón, él me echó un vistazo rápido mientras continuaba concentrado.

—Hola Yuna, ¿ocurrió lo de siempre?

—Sí —musité con una voz ronca—, ya sabes, es aburrido ir a escuchar palabras que no te interesan durante nueve horas por día.

—Yo jamás podría soportarlo —dijo levantando una ceja—. Tienes que amarme por dejarte hacer la hora aquí hasta las una —rió—. Y dime pequeña, ¿qué tal tus expansiones y tatuajes? ¿Te gustaron?

—Sí, bastante. Después de haber comido se sanaron instantáneamente, en verdad es una ventaja ser un ghoul respecto a modificaciones corporales.

—Ya lo creo, los humanos que atiende Kaze dice que son bastante exagerados respecto al cuidado de éstos. Desinfectar el área con alcohol antes de perforar, y luego días limpiando con suero o cosas como esas —suspiró—. ¿Tus padres no te han dicho nada por los tatuajes?

—Aún no lo notan, pero cuando lo hagan me regañarán o castigarán de por vida —respondí desganada.

—¿Por qué te desanimas al pensar en eso? De todas formas no les harás caso, así que deja de sufrir por nada.

—Lo sé, pero es molesto que insistan en algo cuando saben que me da igual y que no los escucharé...

—Deberías irte luego de la casa de tus padres, tienes diecisiete, arrendando un departamento pequeño en donde haya un baño y cama, estás lista. No tienes que preocuparte por la comida, ya que Anteiku te está manteniendo.

Contraste: Iguales pero diferentes. (Juuzou Suzuya Fanfinc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora