C.17) ¿Qué?

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Con el anochecer llegando a la ciudad de Tokio, se recordaba que cada vez quedaba menos para la tan esperada batalla en el distrito once. Todos en la CCG se encontraban ocupados preparándose para la guerra, algunos entrenando, otros mentalizando sus cabezas, y unos pocos enormemente preocupados. Yuna estaba entre los últimos, no podía evitarlo, y es que su cerebro no hacía más que llenarla de ideas fastidiosas, no paraba de pensar en los ghouls a los cuales se enfrentaría. ¿Serán viejos amigos? ¿Serán enemigos? ¿La reconocerían? Como ghoul libre que solía ser, la gran mayoría de la comunidad no conocía su nombre, solo su máscara y apodo, pero si el olor de ella se les hacía familiar, temía que alguien la llamase por ¨Succubus¨, y no podía darse el lujo de pasar por ello .

La sombra del viejo Mado la seguía, él había sospechado de ella por su propia intuición, pero Chris había llegado a confirmar sus dudas, así como lo hizo también con Takami. Ambos fueron asesinados, fue por esto que Christopher le informó a otros agentes del CCG que mantuvieran los ojos en Yuna. No se sabe a quienes específicamente, es por esto, que ella se mantiene completamente alerta y casi paranoica. Para peor, en el momento en el que Shinohara conversaba con Juuzou en su oficina, ella estaba siendo examinada en los laboratorios de la CCG en el distrito uno, con la excusa de ¨verificar si su salud era estable para ir a pelear¨, siendo que solo una vez al año la revisaban, como a todos los agentes. Incluso a veces decían que no era necesario hacerle el chequeo médico, ya que su cuerpo era igual de resistente y estable que el de Suzuya. Tuvo que inyectarse inhibidor RC para pasar desapercibida, así que se sentía bastante débil e inestable. No iba a comer hasta dentro de tres días más, cuando la batalla terminase, iba a ser libre para poder alimentarse tranquila.

Caminaba cansada por la calle, estaba todo bastante silencioso, los focos iluminaban su pálido rostro que no mostraba ni una sola expresión. Sus ojos parecían perdidos en el aire, fríos, sin sentimientos; extrañaba cuando no debía preocuparse por nada, además se encontraba muy estresada con respecto a su origen, y el conflicto que generaría si confirmaran su naturaleza. A medida que avanzaba, la vista se le nublaba más y más, debía sentarse unos momentos a descansar. Su vista divisó la pequeña plaza que está enfrente de los departamentos en donde vivía, así que respirando el húmedo aire de la noche, se recostó en una banca mirando hacia el cielo que estaba nublado. Cerró los ojos soltando un suspiro lleno de nostalgia, como añoraba el silencio, la paz, y la tranquilidad. Tenía la sensación de que irían a su hogar para examinarlo, para ver si encontraban algunos indicios de kagune, una máscara, o carne humana, de hecho, no lo dudaba. Ella siempre se preocupaba con excesivo cuidado de estos detalles, pero nunca, había escondido el inhibidor RC. Podría ser sospechoso el tener de estos, ya que solo agentes de primer grado podían poseer en sus terrenos este fluído. Abrió sus ojos ya que creyó percibir un pequeño haz de luz, las nubes habían despejado por unos momentos la luna, y se podía ver bastante grande e iluminada.

—Que hermosa —susurró apenas en un desanimado hilo—, ojalá pudiese estar tan apartada de esta tierra, lejos y sola. Sería una linda forma de vivir.

Empezó a contar las estrellas que se podían apreciar, siempre hacía esto cuando se sentía triste o vacía, era su método de distracción. Sin embargo, cada vez que llevaba esta acción a cabo, su mente divagaba con otro tema que llegaba de la nada. Este instante era la excepción, su cabeza estaba en blanco, como si estuviese muerta sin nada que sentir. Claro, eso era lo que quería, desaparecer, morir y dejar todo atrás, no tener más inquietudes, no pasar por más penas. Quería evadir todo lo que debía enfrentar, después de todo, ella era una cobarde más en la sociedad. Comenzó a cerrar los ojos nuevamente, disminuyendo la velocidad de su respiración cada vez más. Sentía sus latidos débiles, pero insistentes, como si su corazón no quisiera dejar de trabajar, como si se negara a dejar la vida. De repente, escuchó un ruido extraño que la distrajo de lo que estaba sintiendo, fue entonces que notó que había dejado de respirar, pero no era porque sus pulmones ya no funcionaban, sino que era porque lo único que inhalaban, era agua. De nuevo el ruido, solo que ahora parecía una voz que no paraba de llamar a alguien. Abrió sus ojos lentamente, la luna se veía borrosa entre nubes y burbujas. La frescura que sentía en sus poros, le provocaba que su piel se erice, era relajante y desesperante, además la vista que tenía era perfecta para desaparecer. Oscuridad, tranquilidad, silencio, debilidad, en estas cuatro cosas, la muchacha se estaba asfixiando. Súbitamente, apareció una silueta que interrumpió el paisaje de Yuna, sintió como una mano se adentró al agua, la tomó del cuello de su vestido, y la jaló hacia la superficie sin cuidado alguno. La ghoul comenzó a toser sin parar, no comprendía nada, sus ojos divisaban todo de manera nublada, y sus oídos parecían tapados. Sentía como alguien la tenía en sus brazos, de alguna manera, percibía que no le paraban de gritar, fue entonces que entre jadeos, volvió en sí.

Contraste: Iguales pero diferentes. (Juuzou Suzuya Fanfinc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora