Estos días que han pasado, conocí nuevas personas con quienes trabajaré en el distrito veinte. En el escuadrón, mi padre, está encargado de liderarnos, luego viene el jefe de Takizawa, que por cierto no tengo idea de como se llama, así que sólo lo llamo como "oye tú" o "persona" , y vaya que se molesta conmigo por no poder recordar su nombre. Luego viene Amon, que tiene una nueva subordinada llamada Mado Akira, ella es hija del viejo demente que murió en frente mío, también es del mismo nivel que Juuzou y yo. Recuerdo cuando se nos presentó, antes de eso, yo estaba durmiendo en la oficina mientras Juuzou cosía las costuras que mi gata le había destruido, pero como siempre, los gritos de Takizawa en contra de él, me despertaron.
—¡¿Puedes dejar de hacer eso?!
Abrí mis ojos sobresaltada, mis brazos estaban apoyados sobre la mesa al igual que mi cabeza, gruñí adormilada, vaya que odiaba despertar de aquella forma.
—¿Por qué debería? —preguntó Suzuya con indiferencia, sin apartar la mirada de sus hilos.
—¡Se supone que eres un agente del CCG! ¡Compórtate! ¡¿Qué pasaría si los civiles te ven holgazaneando de esa manera?!
—Cállate, ¿quieres? —bufó volteando hacia Takizawa para hablarle en un su tono de voz lleno de fastidio pero juguetón. —¿Por qué no puedo coser esa molesta boca que abres tanto eh, Seidou?
Juuzou se acercó demasiado a el inútil mientras movía sus dedos con una sonrisa perturbadora. Esto hizo que su víctima soltara una expresión de miedo e incomodidad, y ¿quién no reaccionaría así? Inmediatamente Seidou se alejó frunciendo el ceño, estaba más que furioso.
—¡Rayos Juuzou! ¡No me hables así por creerte gran cosa al ser promovido!
Volví a gruñir acomodándose en mis brazos de una forma brusca, para ver si se daba cuenta de que estaba intentando descansar.
«Estos dos cuando están juntos siempre hacen ruido» pensé agotada.
«Una palabra más y explotaré.»
—¡Jamás aceptaré que eres un agente de segundo grado como yo!
De repente, me levanté de un instante a otro, golpeando la mesa con mis manos mientras inhalaba aire para poder gritar. Juuzou me miró y tapó sus oídos, sabía lo que iba a hacer.
—¡Malditas sean las cuerdas vocales que tienen! ¡Cierren su estúpida boca! ¡Intento descansar!
Los dos quedaron sin palabras mientras me observaban sorprendidos, bueno, Juuzou no se veía desconcertado, en verdad no le importaba mucho, ya que él no había hecho nada malo.
—Ugh, en serio —comenté volviendo a sentarme—. Si fuera por mí les cortaría la garganta a ver si pueden seguir cotorreando.
Después de un extraño silencio, suspiré mirando hostilmente a Takizawa, desde que nos promovieron a mi y a Suzuya, siempre reprocha a Juuzou y lo mira con celos.
—Seidou —llamé tranquila con una notoria ira retenida—, yo igual estoy holgazaneando en el trabajo, no vengo con una vestimenta adecuada, y no me dices nada al respecto. Controla esa maldita envidia que le tienes a Juuzou y junta esos labios inútiles, ¿sí?
Pude notar como Suzuya sonreía victorioso mientras volvía a tararear una canción. No sé qué haré cuando venga a trabajar de ahora en adelante.
Era una madrugada húmeda y helada en el distrito veintitrés, el invierno estaba instalado en Tokyo y todos se encontraban bebiendo algo caliente para no enfriarse.
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Contraste: Iguales pero diferentes. (Juuzou Suzuya Fanfinc)
FanfictionEN CORRECCIÓN. Yuna Ivanovich es una ghoul que vive entre humanos y que en el pasado causó muchos problemas en Tokio. Tras crecer, forma parte de dos organizaciones totalmente distintas, una de ghouls, y otra de humanos, acarreando con una serie de...