— ¿En serio quieres meter a la hija que adoptamos en esa academia de la CCG?
—Sí...
— ¡¿Qué estás pensando?! —gritó como si estuviera horrorizada—. Ella tuvo una infancia muy dura en un internado, y tu planeas hacerle vivir lo mismo otra vez.
Abrí mis párpados aburrida, era la cuarta mañana que discutían por el mismo tema, despertándome con sus diálogos sin darse cuenta. Sin moverme de la cama, corrí un poco las cortinas para ver qué tal estaba el día.
«Nublado de nuevo» pensé elevando una de mis comisuras. Me animaba en cierta forma que las nubes estuvieran conmigo. Salí de mi habitación con cautela, quería ver desde una mejor perspectiva su pelea, ni idea porqué. Estaban frente a las escalas, sentados en el sofá con unas expresiones alarmadas, destacando a Yuri, mi madre adoptiva.
—Querida, sé que nuestra pequeña la ha tenido difícil, pero estaba sola en ese entonces —hablaba tranquilo—. En el presente, Yuna tiene una hermosa familia que la ama sin importar lo demás —un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero era extraño, de cierta forma me agradaba bastante la sensación amable que le daba a mis músculos—. Yuna jamás volverá a estar sola, yo estaré ahí para acompañarla... Además le haría bien distraerse.
— ¡Claro! ¡Qué mejor pasatiempo que aprender a matar seres vivos! —Yuri se levantó del sillón para ir hacia las escaleras—. Es una niña, no quiero que vea la vida de las criaturas como algo tan insignificante. ¡Los detectives y los ghouls no son muy diferentes!
Al verla subir el primer escalón, corrí a esconderme detrás de un macetero entre este y la pared.
—Es distinto cariño, tu sabes por qué me dedico a esto —contradijo calmado Shinohara deteniendola con su mano—. No negaré que hay agentes que van a matar ghouls por diversión, pero no es mi caso y estoy seguro que tampoco será el de Yuna.
Hubo un silencio bastante tenso a mi parecer. Ellos hablaban de mí como si en verdad me tuvieran integrada en el resto de sus vidas, y eso sinceramente, me confundía un montón. Sin embargo, me agradaba, me hacía feliz el oirlos con tanta determinación sobre mi existencia.
—Dios —suspiró Yuri—. Está bien, si quieres puedes preguntarle, pero dependerá de ella si quiere ir o si elige hacer otro pasatiempo digno de nuestros hijos. Confío en que, pase lo que pase, todo estará bajo control.
Después de esa discusión, vi la pequeña silueta de Aren salir de la habitación de mis padres con una cara somnolienta. Yuri subió por las escaleras y al verlo tomó su mano para devolverse al dormitorio. Supuse que todo había acabado, seguramente pronto mi padre vendría por mí, entonces volví a mi dormitorio para acostarme fingiendo que no había escuchado nada.
Dicho y hecho, Yukinori vino a hablarme del tema sin saber que había despertado por los gritos de mi nueva madre. Me hice la dormida, el hombre entró a mi habitación con cuidado, tomó la silla del escritorio y la colocó al lado de mi cama para sentarse en frente de mí.
—Hija, despierta—murmuró tocando mi cabello—. Oh Yuna... ¿Te tinturas otra vez sin permiso?
—Rayos —susurré, había olvidado por completo el esconderme el mechón—. Sí, me gusta mucho el color turquesa —respondí abriendo los ojos—. ¿Qué ocurre?
—Ah mi niña —suspiró—, tu madre te dará un gran sermón y a mi también por no vigilarte... En fin, iré directo al punto. Tienes una resistencia física impresionante y una velocidad inhumana.
Sentí una presión en mi pecho.
«Tranquila, no han descubierto que eres un ghoul. Oíste todo lo que pensaban estos días. Además no te llevarían a la academia si lo supieran, incluso si es así, podrías escapar fácilmente» pensaba intentando aliviarme.
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Contraste: Iguales pero diferentes. (Juuzou Suzuya Fanfinc)
FanfictionEN CORRECCIÓN. Yuna Ivanovich es una ghoul que vive entre humanos y que en el pasado causó muchos problemas en Tokio. Tras crecer, forma parte de dos organizaciones totalmente distintas, una de ghouls, y otra de humanos, acarreando con una serie de...