—Siete de la mañana, ocho de junio —susurró Yuna abriendo las cortinas de su habitación con un rostro centrado—. En serio espero que todo salga bien...
Había adelantado mucho trabajo para tener ese día libre, pero aún le quedaba un montón de reportes que terminar y revisar.
—Tengo hasta las una treinta de la tarde para finalizar todo.
Restregó sus ojos aún somnolientos dejándose llevar un poco por el momento. Dos segundos fueron suficientes, estaba determinada a lograrlo e incluso a acabar antes.
«Aunque siempre existe el plan B» pensó despreocupada.
Era el cumpleaños de Juuzou y Shinohara lo sabía muy bien, había llevado a comer al albino en la mañana mientras su hija permanecía ocupada, no obstante, un desayuno de celebración era un hábito que creó en el menor al pasar los años. Suzuya no entendía muy bien porqué hacer este gesto tan atento desde que se conocieron, pese a ello no le daba muchas vueltas al tema y solo se dedicaba a disfrutar lo que le hacía feliz.
— ¡Muchas gracias señor Shinohara! —exclamó tras ver la copa llena de helado—. ¡Buen provecho!
El hombre miraba bastante enternecido al adolescente, quien comía sin parar elevando más sus alegres comisuras.
—De nada Juuzou, hoy puedes pedir lo que sea —dijo sonriendo.
Él también comenzó a comer, pero en su caso, lo hizo pensando en Yuna. Con ese entrecejo tenso, la vió muy concentrada antes de salir de casa, aunque también tenía una mueca de frustración.
Mientras tanto...
Yuna estaba en Anteiku tomando un café ya que esperaba que trajeran su alimento fresco. Se notaba bastante enojada, no paraba de mover su pierna impaciente y tampoco de golpear la barra con los dedos. Touka la miraba hostil desde la mesa en donde estaba tomando un pedido, desconfiaba demasiado de ella, además no le agradaba en absoluto.
—Si esa tonta chica no fuera una salvaje —suspiró con desagrado—... No sé cómo el gerente puede creer que ella esté siguiendo el acuerdo —agregó en un murmuro.
—Tranquila Touka, Yoshimura no cree en ella, la tiene vigilada —susurró Yomo en su oído—. Él sabe lo que hace.
—Da igual si la observan hasta en el maldito inodoro, ella no debería estar aquí y ya.
— ¡Oye negligente camarera! —gritó Yuna desde la barra— ¿Cuándo traerás mi otra taza de café eh?
—Tsk, maldita perra —pensó.
Cuando Touka le llevó el café, Yuna sonrió desafiante.
—Aquí está tu maldito café.
—Ya era hora, qué horrible servicio.
—Solo trágatelo y vete.
—Esa no es manera de hablarle a los clientes —miró la taza unos segundos y rodeó los ojos—. Está frío.
—Ni siquiera lo has probado.
— ¿Estás insinuando que soy una mentirosa? Porque que yo sepa, el cliente siempre tiene la razón, camarera.
Touka le iba a insultar, pero el gerente apareció justo en medio, interrumpiendo sus acciones. Tenía un paquete del tamaño de una mochila en sus manos el cual entregó a Yuna. Ella rió satisfecha, dejó el café intacto y se levantó.
—Oye viejo, yo que tu comienzo a buscar a gente más amable para ser camarero, no sabes el mal rato que me hizo pasar este crío.
Cerró la puerta de la tienda de un golpe y suspiró.
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Contraste: Iguales pero diferentes. (Juuzou Suzuya Fanfinc)
FanficEN CORRECCIÓN. Yuna Ivanovich es una ghoul que vive entre humanos y que en el pasado causó muchos problemas en Tokio. Tras crecer, forma parte de dos organizaciones totalmente distintas, una de ghouls, y otra de humanos, acarreando con una serie de...