CAPÍTULO 23. ELLA, JUDITH

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Me levanto de la cama y abro la puerta. Me giro y veo como Nico todavía mira la cama. Mis padres vienen corriendo desde el final del pasillo y me atraviesan como si nada. Encuentro a Adam en la planta de abajo comiendo. Cuando termina sale afuera donde está Cas.

-Ahora que la chica ya no nos sirve deberás encargarte de desenchufarla de la máquina, antes de que vengan los ángeles y se la lleven. - Le dice Cas.

-No. No lo pienso hacer.- Dice Adam.

-La culpa al tienes tú, Adam.- Le dice Cas - Si le hubieras contado desde un principio nada de esto hubiera pasado.

-Déjame tres días.- Dice Adam.- Si en estos tres días no despierta encontraré la manera de desenchufarla, pero necesito tres días.

-Adam, tres días son suficientes para que los ángeles detecten que no hay movimiento en su cuerpo y se la lleven. Lo que me extraña es porque aún no se la han llevado.

- Tres días.- Le dice el Adam.- Sabes que tú no puedes entrar. El cuerpo de Judith te detectaría y los ángeles serían allí antes de que diera tiempo a hacer nada.

Cas lo mira fijamente y dice:

-De acuerdo.

Cas y Adam se alejan. Yo los sigo. Suben al coche y yo me siento en el capó. Como una persona normal, vaya ...

Llegan a una casa negra, de piedra y aparcan el coche delante. Bajo y cruzo la puerta, me estoy acostumbrando a eso.

Cas entra en una habitación nombrada la sala de remordimiento. Adam le sigue y yo hago lo mismo. Cas se sienta y mira hacia donde soy yo, luego sonríe. ¿Me puede ver, él? Adam se sienta a su lado y yo me quedo de pie.

-Si le hubieras contado el plan todo hubiera salido bien. -Mira de nuevo hacia donde estoy yo y dice.- No era tan difícil decirle que la necesitabas porque era la hija de uno de los ángeles más importantes y que la necesitábamos en nuestro bando, el de los demonios porque así podríamos intercambiarla por poder, por todo el cielo. Podríamos haber ganado todo el cielo.

- ¿Por qué me cuentas lo que ya sé? - Dice Adam.

- Porque ella está aquí, y lo está escuchando todo. Quiero que sepa cómo eres en realidad, una mala persona, y así recapacitarà.- Le dice Cas mirándome.

Adam se levanta y le da un puñetazo en toda la mandíbula.

-Lo siento, Judith, lo siento mucho.- Pero yo ya estoy fuera de la habitación cuando lo dice. Existen de verdad, los ángeles y los demonios, están entre nosotros.


Angeles, demonios y yo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora