CAPÍTULO 12. ÉL, ADAM

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Cuando salimos del restaurante, sopla bastante el viento y le ofrezco mi chaqueta, pero la rechaza con la mano. Creo que se ha tomado bastante mal lo que le he dicho y se ha enfadado. No sé cómo ayudarla a llevar todo esto que le acabo de decir. 

- Adam, ¿Me puedes explicar porqué necesitas que yo te ayude? - Es la primera vez que habla después de que le haya dicho que me he hecho amigo suyo porque necesito que me ayude. La parte más difícil todavía no le he explicado, necesita tiempo para asumir toda la información que le acabo de dar. 

- Judith, creo que todavía no estás preparada para saber lo que conlleva ayudarme.- Prefiero decir "ayudar" que hacerla servir.- Quiero que primero pienses si estás dispuesta a ayudarme o no. Es una decisión difícil, pues no sabes en que me has de ayudar, pero necesito que me des una respuesta antes de decirte el que.- La miro a la cara y los ojos le brillan. No quiero hacerle daño, pero eran órdenes estrictas explicarle al menos la razón por la que soy amigo suyo. 

- Adam, ¿sabes qué hora es? - Dice cambiando de tema. Yo miro el reloj y veo que son las diez menos cinco, no quiero hacerla llegar tarde. Le cojo de la mano, pero ella la aparta al sentir mi contacto y se prepara para correr. Yo la retengo cogiéndola por el brazo. 

-Judith, me sabe muy mal de verdad. Creo que eres una persona genial y no mereces todo esto, pero tienes que saber muchas cosas de tu pasado y si yo no te lo digo te lo harán saber de formas peores que llevándote a un restaurant.- Le acaricio el brazo , pero ella me dedica una mirada gélida. No sé que hará ni cómo actuará cuando le cuente todo. 

- Llegaremos tarde, Adam.- Se gira y comienza a caminar. La sigo unos pasos detrás de él, hasta que me canso y le cojo la mano. Esta vez no la aparta y yo le doy un apretón, pero no reacciona. Pasamos de nuevo por delante del cine y me doy cuenta que estamos a punto de llegar a la plaza Cal Font. Cuando ya estamos, me fijo que por ser sólo las diez de la noche no hay mucha gente. Hay una pareja que se dirige hacia las escaleras mecánicas de la mano, un anciano que pasea con su perro, un grupo de chicas que nos miran y dos chicos que me están mirando. Me fijo bien y veo que son el Cas y Dean. ¿Qué hacen aquí? Qué nos persiguen? Judith avanza hacia el grupo de chicas donde entre ellas hay un chico. Nico. Cuando estamos a punto de llegar me suelta la mano. Una chica morena de piel la abraza y Judith le devuelve el saludo. Detras una chica morena con los ojos marrones y muy grandes me mira y me sonrie. Tiene un diente torcido, pero su sonrisa es bonito igualmente. A su lado me mira otra con el pelo rizado y largo. El primero en hablar se Nico:

 - Hombre, buenas noche Adam. ¿Qué te trae por aquí? - Dice con una sonrisa forzada. Hoy no va de blanco, a cambiado de rutina al igual que yo. Lleva una camiseta azul, corta y ajustada que le marca todos los músculos de los brazos. Esto me hace sentir menos poderoso que él ya que yo estoy fuerte pero no tanto musculado. Los pantalones son negros y lleva puestos (eso sí) unos zapatos blancos. Sus cabellos están despeinados y le dan un aire más informal, y los ojos le brillan de una forma especial, seguro que está en conexión directa con el padre. 

- Hola Nico.-Digo gèlidament. 

- Perdonad las presentaciones. Adam esta es Laura.- Me dice Judith para romper el hielo. Me señala la chica que me ha somnreido.- Ella es Luz.- ¿Luz? Pero si tiene la piel oscura !? Igualmente de cara es muy mona.- Esta es Sara y ella Queralt.- No me había fijado en la más alta de todas. Lleva el cabello recogido en una pinza y tiene la cara muy redondita. Las cuatro son muy delgadas y parecen muy simpáticas, pero definitivamente Judith es la más bonita. 

- Judith, no sabíamos que aparte de llevar a un angelito, llevarías a un bombó.- Dice la Luz y me guiña el ojo. Que rara es esta chica. Judith me mira y se pone roja.

 - ¿Qué tal si vamos tirando? - Digo yo con una sonrisa para no hacerle pasar más mal a Judith. 

- Si claro.- Dice Laura. Se mira el reloj.- Pero todavía son las diez y cuarto. Podríamos hacer algo mientras esperamos a que sean las once menos cuarto. 

La Luz da un par de ideas y todo el mundo está de acuerdo. Nos sentamos en círculo y saca el móvil.

Angeles, demonios y yo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora