Angeles, demonios y yo (TERMINADA)

CAPÍTULO 2. ELLA, JUDITH

No se cuantos pares de ojos se nos quedan mirando. Claudia empieza a hablar con una niña rubia con los ojos azules. Después se añaden unas cuantas niñas más a la conversación. Camino hacia dentro y los nervios me corroen por dentro. No se que hacer. De repente aparece una cara pecosa frente a mí y me dice - Hola, mi nombre Sandra. Tú te sientas allà.- Y me señala una mesa en la punta de la segunda fila. La clase es bastante amplia y está dividida en cuatro filas. La pared está hecha de ladrillos y al final de la clase hay un armario con estantes llenos de libros. Camino hacia mi lugar y dejo la maleta sobre la mesa. La puerta se abre, me giro para mirar quien es y entra María. Una niña muy alta, con gafas de pasta verde oscuro se acerca hacia ella y comienzan a hablar. Me giro de nuevo adelante y una niña con unos ojos grandes y marrones están delante de mí mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.

- Hola me llamo Laura, si quieres después de las clases te enseño la escuela. Ahora tendrías que sacar todos los libro y prepararte. Las clases comienzan a las nueve y son las nueve y dos.

Saco todos los libros y dejo la maleta en el suelo. Me siento en la silla y espero a que la profesora de la primera hora llegue. Pasan veinte segundos hasta que una mujer rellenita y bajita entre por la puerta. Lleva unas gafas granate y un moño recogido en la nuca. Camina hacia la mesa de la profesora y me señala. En realidad nos señala a las tres: a Claudia, a María ya mí. Me levanto y me coloco bien las gafas. Camino con paso impreciso hasta el centro de la clase y me situo al lado de María. Nos presenta ante la clase, todas las niñas empiezan a decir sus nombre y luego todo el mundo comienzan a hacernos preguntas: ¿Dónde vives? Como se llamaba la escuela que ibas antes? Etc. Después lee la hoja de normas, nos cuenta donde poner cada libro, distribuye los armarios y yo lo voy haciendo todo, pero tengo la cabeza metida en otro lugar. La mirada de aquel chico ... Era tan negra y penetrante ... Cuando llegue a casa le preguntaré a Jacob de que conoce aquel chico. Me he pasado las dos horas siguientes pensando en aquel rostro tan remarcado, en aquellos ojos tan negros y en aquellos labios tan finos. Cuando suena el timbre me levanto inconscientemente y voy a hablar con Laura.- Laura, me enseñas la escuela? -le pregunto.

- Si, un segundo que les digo a las otras que también vengan para que nos vayas conociendo un poco.

- De acuerdo.

Para hacer tiempo y parar de pensar en aquel chico, cojo el bocadillo de la maleta, saco el papel de plata que le rodea y me dirijo a la puerta de la clase. Unas manos me cogen por detrás y yo asustada me giro.

- Perdona- Me dice Laura- No te quería asustar. Esta es la Queralt- Y me señala la niña alta y con gafas que antes hablaba con María. Antes de que la Queralt tenga tiempo de responder con un saludo, Laura sigue hablando- Esta de aquí es la Mayte, es muy tímida.- Me señala a una niña con la piel morena y unos cabellos de color castaño caoba. Mayte me mira y me sonríe.- Esta es Luz, está muy loca.- Me señala la niña de piel oscura, ojos negros y cabellos soplados que subía por la escalera justo cuando entraba por la porta.- Las otras están hablando con Isabel.- Yo la miro encuriosida- Isabel .... Nuestra tutora- Ostras, es verdad no me acordava.- Qué pues, empezamos?

Yo asiento y Laura me guía por los pasillos. Mi mente vuelve a ponerse en la imagen de mi hermano Jacob y aquel chico hablando. Tengo que hacerle una pregunta indirecto a Jacob porque él me diga de que lo conoce ... pero que le digo, no tengo todo el día para pensar, mama me vendrá a buscar para comer y le quiero preguntar mientras comemos. Mierda! No me acordaba que está enfadado conmigo. Tengo que pensar alguna idea porque dejé de estar enfadado y me vuelva a hablar.

- ¿Judith? ¿Judith que me escuchas? ¿Estás ahí? - Laura me está hablando y yo ago que sí con la cabeza- Chica, llevo cinco minutos preguntando si quieres quedar con nosotros este fin de semana, ¿que dices?

-Mmm ... Sí, claro, ya lo preguntaré.

-De acuerdo. Judith, yo y otros estamos castigadas hasta que acabe el patio. Sólo quedan cinco minutos para que acabe así que da una vuelta por la escuela o vas a clase.

- Creo que haré una vuelta por aquí.

Marcho hacia el pasillo que va a clase. Sólo quedan dos horas para pensar que le diré a Jacob cuando llegue a casa. Dejo de comerme la cabeza con esto y me termino el bocadillo. Mientras camino hacia la clase me encuentro a Sandra y me saluda. Yo le vuelvo el saludo y subo corriendo las escaleras para no tener que hablar con ella. Ahora no estoy para entablar una conversación, tengo cosas más importante en las que pensar. Entro en clase y me preparo para Sociales. Cojo el libro y la libreta y me siento en la silla a pensar, no me da tiempo de empezar a pensar, cuando un cabello rizado me pone el pelo en la boca.

- Pe..dg ... o..na- Toco a la niña que tengo al lado para que me quite el pelo de la cara.

- Uy, lo siento- Me dice- Me llamo Amanda, Ya me he presentado antes pero no me escuchabas. - Sus ojos negros se encuentran con los míos y le digo que lo siento. Las clases pasan tan lentamente que parece que hayan pasado siglos hasta que suena el timbre. Todo el mundo se levanta de la silla y yo también lo hago. Cuando me dirijo a la puerta para marchar la gente empieza a gritar mi nombre.

- ¿Qué pasa? -gritó al final.

-Judith, ahora toca lectura. No puedes marchar hasta la una y media.- Me dice Laura. Al ver mi cara de poker añade- Tranquila, yo también quiero salir de clase ya.

Me siento conspirando contra mí misma pensando porque acepté venir a esta escuela. Arghhh, no puedo parar de pensar en él. Me paso la media hora de lectura pensando y pensando en él, pero no se me ocurre nada, no se que hacer ...

- Judith, no querías irte. Ya son la una y cuarenta y hemos terminado a y media, tengo que cerrar la clase, te agradecería que salieras, por favor.-me dice Laura.

-Mmm ... Si ya voy, no he escuchado el timbre.

Bajo las escaleras corriendo, corro por el pasillo, y bajo las escaleras de secretaría de tres en tres (y mira que sólo hay tres), corro por el patio y estoy a punto de salir cuando me topo con alguien y caigo al suelo.

- ¡Vigila por donde vas, que tengo prisa!.- Ahora mismo lo que menos me importa es que alguien se enfade conmigo. Total aún no tengo amigas en la escuela aparte de Laura y su grupito, y como que se quedan a comer me da igual quien sea. Levanto la vista y encuentro unos ojos marrones que me miran. Mierda!