Hermanita (Ariana Grande) ♡

21. Primer plan de escapada

3 semanas después

Tenía que intentar hacer lo que me pidió Ari, tenía que mantener la calma y reconocer que ellos me querían... Pero la rabia me consumía a mí misma, no podía creer lo mal que me lo estaban haciendo pasar. Ese mismo día mi madre me pidió perdón, pero con el paso de los dias mi madre se volvía más seria y yo recibía más de un castigo sin sentido o una bofetada. Tampoco hablaba con Will desde lo del beso, él intentaba hablar conmigo pero yo lo evitaba, me sentía realmente incómoda.

Hablé con Ari un par de veces, en las conversaciones a veces decía que quería escaparme, pero ella me convencía de que debía quedarme en casa, que ellos me querían. Mientras que mi madre me decía que yo era la desgracia de la familia, mi padre me ignoraba como si fuera un bicho raro y hablar con Will era incómodo.

Aquella tarde había quedado con Beatrice e íbamos a ir a Toronto de compras, ella decía que así despejaría mi mente. La verdad, aunque ella lo intenatara mucho no podía parar de darle vueltas al asunto.

-¿Has empezado el trabajo de francés? -me preguntó Beatrice-.

-¿Desde cuándo tenemos un trabajo de francés? -le pregunté-.

-Desde el miércoles a las 10:00.

-Mierda, lo había olvidado.

Con todo lo que me estaba pasando últimamente ni si quiera prestaba atención en clase y entonces no recordaba exámenes ni proyectos.

-_____, quizá deberías visitar a un psicólogo, me preocupa verte tan triste -me aconsejó-.

-¿A caso tengo cara de loca? -reaccioné-.

-Los psicólogos no son para gente loca, te ayudarán a resolver tus problemas. Si quieres puedo hablar con mi prima, ella es psicóloga.

-De acuerdo, supongo que te tendré que hacer caso.

Seguí charlando con Beatrice pero tratamos de cambiar de temas. Fuimos a nuestras tiendas favoritas y acabé comprándome un foulard de color rosa claro y una blusa blanca. Después de las compras fuimos con el coche hasta casa de Beatrice.

-¡Ya estoy en casa! ¡Vengo con _____! -gritó Beatrice entrando en la casa-.

-¡Sólo estoy yo! -gritó Nate-.

Nate, desde lo del accidente no había vuelto a hablar con él. Hoy debíamos hablar sí o sí.

-Y bueno, ¿qué tal con Nate? Intento preguntarle pero me evita -me preguntó Beatrice en ese mismo instante-.

-Bueno, no hemos vuelto a hablar desde el accidente. Le llamé un par de veces pero no me contestó -le respondí tristemente-.

-¿En serio? Te juro que me lo cargo...

-Tranquila, yo hablaré con él.

Fui hasta la habitación de Nate y llamé a la puerta. Me abrió y me saludó:

-Hola _____, ¿qué tal?

-¿Por qué no respondes a mis llamadas? -le pregunté enfadada-.

-Lo que pasa es que... Yo... -empezó a dar excusas pero le corté-.

-Solo dime por qué.

-Lo que pasa es que lo de la fiesta no debería haber pasado... No es lo correcto...

-Pero... Dijiste que yo te gustaba...

-Lo siento _____, pero...

-¿Así que yo sólo fui un lío más? Vaya, que elegante por tu parte. Las personas tenemos sentimientos, y yo no me lío con cualquiera. ¡Eres despreciable!