CAPÍTULO 3

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19:33

Esa hora marcaba mi móvil.

Mi móvil estaba totalmente vacío, tenía solo 3 contactos. El de Lucía, el de Dani y el de mi padre.

No tenía ninguna foto y ninguna red social descargada; estaba apartada de todo ese mundo.

Tenía mucha calor así que puse el ventilador del techo.

Me subí a la cama y de repente entró Dani por la puerta.

- ¡Aina, no hagas nada de otro mundo por favor! -Gritó al verme así.

- Solo iba a encender el ventilador. -Dije tan tranquila.

- Me has asustado tonta. No quiero que te pase nada, eres mi mejor amiga. -Me abrazó muy fuerte.

En ese momento me di cuenta de que realmente importaba para la gente.

- ¿Quieres ir a la playa? -Me preguntó después del abrazo.

- Vale, estaría bien.

- ¿Lo dices en serio?

- Sí.

- No me ha costado nada convencerte, por fin vienes con nosotros a algún sitio. -Sonrió.- Voy a prepararme, cuando termines bajas. -Dijo antes de salir.

- Espera Dani. -Le cogí del brazo.

- Dime.

- ¿Te puedo hacer una pregunta seria?

- Cla-claro. -Dijo entrecortando la palabra.

- ¿Te importo?

Dani se quedó callado durante unos segundos.

Pensé que eso era malo. Pero Dani habló.

- Me importas Aina y mucho, pero no solo a mi, si no a tu padre, a tus abuelos, a tus mejores amigos, a Lucía y sobre todo a...

- No. -No le dejé terminar. Mis ojos se llenaron de lágrimas automaticamente.- A él no le importo y nunca le importé.

- ¿Quién dice eso? Jesús te ha querido mucho y lo sigue haciendo.

Me derrumbé al escuchar su nombre.

'Jesús' 'Jesús' 'Jesús'

Ese nombre se repetía una y otra vez en mi cabeza.

Estallé en un llanto muy fuerte, Dani me abrazó para consolarme.

A los minutos me relajé lo suficiente para poder hablar.

- ¿Entonces si me quería y me quiere porque me hizo todo esto? Gracias a él estoy como estoy. Y él ni se preocupa y creo que hace bien, otro al que no le importo.

Me levanté de la cama corriendo pero Dani me cogió del brazo, un agarre muy fuerte, pero por suerte me pude escapar.

Me metí en el baño y cerré la puerta con pestillo, Dani aporreaba la puerta y la intentaba abrir. Gritaba mi nombre varias veces.

Cogí una cuchilla, aquella misma cuchilla que siempre me hacía sentir bien.

Escuché a Lucía gritar y llorar. Me estaban hablando.

- Aina, deja lo que estés haciendo, sal y habla con nosotros. Sabes que lo que haces no vale la pena. -Dijo Dani mientras yo me quitaba todas las pulseras que tenía para ocultar los cortes.

- No puedo más Dani. Os estoy molestando a todas horas, soy un estorbo para todos. Si me muero nadie se preocupará por mi y además podré estar con mi madre. -Grité con todas mis ganas.

Lloraba y lloraba; acerqué la cuchilla a mi muñeca pero Lucía habló.

- Yo sí que me preocuparé Aina. Yo y Dani sabemos perfectamente por lo que estás pasando, te entendemos perfectamente. Pero podemos arreglarlo juntas, hermana con hermana. Lo que estás haciendo nos preocupa y nos duele más que a ti.

Pensé en todas las palabras que me dijo mi hermana.

- Lo siento de verdad. -Grité por último.

Me fui acercando más y más la cuchilla hasta que tocó mi muñeca.

Lo veía todo borroso y lo último que ví fue a Dani abrir la puerta y agachándose junto a mi.

Y dijo unas palabras.

- He sido gilipollas al mencionar a mi hermano, tengo toda la culpa.

- No ha sido tu culpa, ni la de nadie Dani. Lo quería hacer y ya está. -Dije con un hilo de voz.

Fui cerrando los ojos hasta verlo todo oscuro.

En las buenas te quiero y en las malas también. {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora