CAPÍTULO 4

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Sinceramente no se donde me encontraba.

Escuchaba muchas voces, pero no las oia claras, parecían como si estuvieran a mucha distancia.

No quería abrir los ojos, no quería ver a nadie.

Lo veía todo negro, pero una luz muy potente hizo que viera algo de claridad.

Mis ojos me pesaban, mis músculos no reaccionaban.

Escuchaba pitidos muy fuerte, pero a una velocidad moderada.

Suponía que estaba en el hospital, o si no, estaba muerta.

Noté un dolor agudo en mi brazo, noté un líquido frío correr por la sangre.

Entonces sí, estaba viva.

Noté a alguien sentarse mi lado, ya que hundió la camilla o donde fuese.

Me tocó la cara con sus cálidas manos.

Olía bastante bien, era un olor muy conocido.

- Despierta cuanto antes. -Me dijo.

Entonces me di cuenta de quien era.

Era él.

Jesús.

Mi corazón empezó a latir muy rápido, tenía ganas de llorar como una niña pequeña.

Los pitidos que escuchaba empezaron a sonar mucho más rápido.

Y volví a ver negro.

'Las 9:30'

Escuché que el megáfono del hospital decía la hora.

No se que pasó, no se cuanto llevo aquí. Solo empecé a esuchar cuando vino él.

No podía creer que él hubiera venido.

Me hizo mucho daño, el suficiente como para que yo esté así.

Yo nunca sufriría por un tío, pero por él si, porque a él lo quería de verdad.

Fue mi primer amor, yo confíaba en él, algo que hice mal.

Cuando íbamos a celebrar nuestro tercer mes juntos solo me felicitó por WhatsApp, ni se molestó en venir a verme.

Pasaron los días y cada vez él pasaba más de mi.

Hasta que un día en el instituto me lo encontré liándose con Jessica en el baño de chicas.

Me fui corriendo rápidamente de allí.

Pasó un mes, yo estaba bien porque era Semana Santa y venía Rosa.

Los tres últimos días de clase nadie se me acercó a mi; hasta que llegó Jesús y Jessica juntos.

Él empezó a meterse conmigo; sí lo que oís.

Empezó a gritarme y toda la clase vino hacia nosotros tres.

Me insultaba con lo que más me dolía. Se metía com mis defectos; él sabía muy bien los defectos que tenía.

Hasta que Jessica se metió con mi madre.

Fui a donde estaba ella y le agarré del pelo; empezando así una pelea.

Jesús nos separó, se me quedó mirando y me dio un guantazo.

Se le podía ver en sus ojos la tristeza que tenía.

Desde ahí me empezaba a cortar. Por él. Porque él fue del primero que me enamoré.

Y juré por mi vida que no me volvería a enamorar más.

Confié en él y el me falló de tal manera que llegué a poner en riesgo mi vida.

Por eso no hablo de él, intento no acordarme de él, de no saber noticias de él.

Dani se preguntaba que porque su hermano fue así conmigo. Dani habló con Jesús, hasta Lucía habló con Jesús. Pero yo me negué a que me contasen nada, así sería mejor para mi.

La máquina empezó a pitar cada vez más fuerte y más rápido.

Hasta que...

En las buenas te quiero y en las malas también. {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora