En las buenas te quiero y en las malas también. {Gemeliers}

CAPÍTULO 5

Hasta que mis músculos respondieron al movimiento, mis ojos ya no me pesaban y oia perfectamente.

Pero no quería abrir los ojos.

Me daba miedo pasar otra vez por todo esto.

Aunque estar así es una gilipollez, esto de estar así es una autentica gilipollez.

Mi largo "sueño" me hizo recapacitar bastante.

Solo hago sufrir y molestar más a los que están a mi alrededor; Lucía y Dani.

Olvidaría a Jesús, o almenos, lo intentaría.

Me decidí a abrir los ojos.

Vi una escena bastante rara.

Por un lado los médicos tomándome el pulso, pinchándome...

Por el otro lado vi a Dani y a Lucía abrazados en un sillón.

Por el otro mi padre y mis abuelos mirando al suelo con las manos cogidas.

- Hola. -Dije con la poca fuerza que me quedaba.

A todos se les abrieron los ojos como platos. Se acercaron a mi corriendo y me dieron un montón de besos.

- Me habías preocupado hija. -Me dijo mi padre.

- Menos mal que estás bien, Aina. -Dijo mi abuela con los ojos cristalinos.

- Si te hubiera pasado algo... -Comentó mi abuelo.

Mis padres y mis abuelos se fueron después de hablar conmigo, dejandonos a mi hermana y a Dani solos.

- Hola cara tortuga. -Me dijo Dani.

- Hola cara mono. -Le contesté.

- No sabes lo preocupada que me tenías mongola. -Dijo mi hermana con lágrimas en los ojos.

- Lo siento muchísimo de verdad. -Giré la cabeza al lado contrario.- He pensado bien. No vale la pena pasar por esto por un simple cabrón.

Giré la cara y veía a mi hermana sonriendo y a Dani con cara de alivio.

- Nunca más hagas estas tonterias. Prometemelo o te pego. -Me dijo Dani.

- Te lo prometo bruto. -Le contesté.- ¿Cuánto llevo aquí?

- 17 días.

- ¿A qué día estamos?

- A 8 de Julio.

Así nos pasamos toda la noche. Hasta que tuvieron que irse.

Dentro de una semana me daban el alta.

Esta vez me iba "feliz".

Aunque no hubiera estado mal dejar de respirar...

Pero eso nunca hay que desearlo.