CAPÍTULO 12.

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Día 7.

La semana más larga de mi vida por fin había terminado.

Me levanté super contenta de mi cama, me duché y me puse unos pantalones cortos un poco rotos con una camiseta de tirantas blancas y un camisa roja con cuadros puesta de "chaqueta" y mis zapatos negros de suela alta. Me dejé el pelo suelto para que se secase solo.

Llamaron a la puerta mientras recogía toda mi ropa.

-Hola señorita. -Me dio un beso en la mejilla.

-Hola señorito.

- ¿Lista para irte hoy?

- Claro. Pero Dani, si me ayudas con la ropa creo que nos podremos ir antes, digo yo. -Sonreí.

- Claro. -Rió.

Me ayudó con la maleta y al terminarla él la llevó a donde me esperaba mi hermana.

Yo fui a ver a José.

Piqué la puerta.

- Hola.

- Hola. -Me dio un abrazo.

- Menos mal que ya nos vamos.

- La verdad que si.

De repente entró el médico con los resultados de José y estaban todos en condiciones.

- Aina, por aqui se le va a echar de menos.

- Yo creo que no echaré de menos esto. Perdone doctor, ¿las vendas de las muñecas ya me las puedo quitar?

- Espere que les eche un vistazo. -Me quitó la venda y solo se limitó a mirar mis heridas durante unos segundos.- Están bastante bien, se han cerrado todas las heridas, lo que no se va a quitar son las cicatrices de los cortes.

- Eso es lo que menos me importa. -Sonreí.

- Bueno pues, espero que no los vea más por aquí.

- Descuide. -Dijimos José y yo yo.

El doctor se marchó.

- Mañana si quieres quedamos. -Me dijo José mientras miraba sus pruebas.

- Vale.

- Aunque mañana he quedado con un amigo, pero bueno.

- Ah, pues entonces nada, otro día.

- No, además mi amigo te quiere conocer. -Rió.

- Si insistes... -Reí.

Nos dimos un largo beso, y otra vez, me acordé de Jesús.

Odiaba que pasase eso.

Pero a la vez me gustaba.

Me fui con Dani y mi hermana que me estaban esperando.

-¿Dónde estabas niña? -Dijo mi hermana alterada.

- Preguntandole una cosa al doctor.

-Venga vamos ya a casa hombre.

Cogimos el metro hasta Mairena, cruzaba los dedos para no encontrarme con Jesús.

Al fin llegamos a casa.

Me quité la venda de la muñeca izquierda, pero la de la muñeca derecha estaba pegada y no me la podía quitar.

Fui a la cocina y cogí un cuchillo para deshacerme de la venda.

De repente alguien me quitó el cuchillo de las manos.

- ¿PERO ERES GILIPOLLAS? -Me gritó mi hermana.

- ¿Porqué? Solo me quería cortar la venda.

Mi hermana se quedó callada y me cortó ella la venda.

- Cada vez que te vea con un cuchillo reaccionaré de la misma forma, así que no te asustes.

Al fin mis muñecas estaban "normales".

Llamaron a toda la familia, menos a mi padre, que estaba trabajando.

Mis abuelos mañana se iban a Málaga con mi tía.

Pedimos chino para comer todos juntos.

Así se me pasó mi primer dia de vuelta a casa.

En las buenas te quiero y en las malas también. {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora