Capítulo 11.

187 16 14
                                    

Emily.

Me encontraba en el Gran Comedor. Estaba llena de tareas para las clases pero estaba mucha más metida en el tema de Fluffy y qué escondía la trampilla. Por un lado, habíamos averiguado que Hagrid sabía algo pero de momento no sabíamos nada. ¿Qué podía significar todo eso? Habíamos llegado a la conclusión de que una vez que Snape había soltado al troll, él quería lo que había debajo. ¿Pero, qué era?

Jugué con mi comida. No tenía hambre, era algo raro en mí. Miraba de reojo la mesa de Slytherin, no sé si se lo debía de contar a Eleanor. Quizá sí, ella al igual que Hermione, tenía una mente brillante.

-¿Os quedaréis en Navidad? -preguntó Ron masticando lo que parecía ser algo de chocolate.

-Seguramente. Mis padres trabajan -informé finalmente bebiendo mi taza de chocolate caliente.

La Navidad se aproximaba y yo ya había encargado todos los regalos que iba a dar ese día mediante correo ya que hasta tercer año no podíamos salir de excursión. Iba a regalar a Harry, Hermione, Ron, Fred y George, Eleanor y mis padres. Mi paga semanal se perdía entre todas las compras.

-Yo también. Mis padres van a visitar a Charlie a Rumania -afirmó el pelirrojo.

-Nadie te ha preguntado -sonreí con burla y él sólo me lanzó una servilleta.

-¿Habéis averiguado algo? -inquirió Hermione mientras pasaba la página del libro de tomo azulado que estaba leyendo.

-No -farfulló Harry con desánimo-, ¿vosotros?

Negué con la cabeza volviendo la vista hacia mi plato.

-¿Qué os parece si se lo cuento a Eleanor? -me limpié con una servilleta cercana las comisuras de la boca- Ella podría averiguar algo, ¿no creéis?

-¿Estás segura de que no le contará nada a Malfoy?

-Claro que no, Ronald. Confío en mi hermana -afirmé con una sonrisa orgullosa.

Después de tener una hora de Transformaciones y después de Encantamientos, tuve hora libre cosa que aproveché para buscar a mi hermana. Me costó algunos minutos pero pude encontrarla en la biblioteca al lado de su mejor amiga. Reían. Mucho. Al lado de un Slytherin. Tratando de no romperme por dentro caminé hacia ella:

-¡Oh, tú eres Emily! -chilló la chica, ganando una mirada de reprobación por parte de la bibliotecaria- Es un verdadero placer, soy Adele.

-Hola -esbocé una sonrisa y dirigí mi mirada al Slytherin.

-Theo, Theo Nott -se encogió de hombros. Vaya, él tampoco parecía tan Malfoy. Le envíe una grata sonrisa.

-¿Podemos hablar, Eleanor? -cuestioné, ella levantó la mirada de su libro y asintió. Me cogió la mano y me llevó a otro lado.

Enseguida comencé a contarle todos los detalles exceptuando el hecho de cómo me había encontrado a Fluffy, pues se enfadaría al saber que había subido al tercer piso y suspiré de alivio al ver que ella no me preguntaba cómo lo había conocido.

-¿Qué quieres que resuelva yo, entonces? -alzó una ceja, meneando la cabeza.

-No sé. Podrías ayudarnos -pedí con una pequeña sonrisa.

-Supongo. Si encuentro algo, te lo diré -aceptó, se dio media vuelta y paró a los dos pasos-. Por cierto, Emily...

Parpadeé.

-¿Sí?

-No vuelvas a molestarme, por favor. Estaba estudiando -siguió caminando hasta dejarse caer en la silla y sonreír con sus amigos.

Me mordí el labio y di media vuelta corriendo fuera de la biblioteca. Necesitaba estar sola. Tapé mi rostro con mis dos manos pecosas y subí hacia la torre de Gryffindor, una vez allí hacia los dormitorios.

Me tumbé boca arriba, cerrando los ojos y respirando hondo. No sé por qué me pasaba esto, ya debería de estar acostumbrada al rechazo de mi hermana. Sabía que éramos diferentes pero me dolía que ella no supiera todo lo que sufría aunque no era nada importante, creo.

-¿Emily? -oí una voz a mi lado y reconocí el aroma de Hermione- ¿Qué haces aquí?

-Me apetecía descansar, ¿has hecho la redacción de Pociones? -me levanté y me apoyé en la almohada.

-Justamente íbamos hacia la biblioteca todos juntos. ¿Vienes?

Asentí. Tenía que cambiar de aires. Cogí mi mochila de color verde, mi favorito ya que era el color de la esperanza, y corrimos juntas hacia las escaleras.

Llegamos a la biblioteca quince minutos después. No porque estuviera lejos sino porque al inteligente de Ron se le había ocurrido comer diez ranas de chocolate de golpe y casi no podía caminar.

Al entrar, pude ver que Eleanor seguía allí pero no presté atención y nos sentamos en una mesa lejana de ellos ya que Hermione reconoció mi mirada entristecida.

Llevabamos un rato escribiendo. Por mi parte, había terminado y estaba ayudando a Ron cuando alguien tocó mi hombro con suavidad. Al darme la vuelta, descubrí a Eleanor.

-¿Puedes prestarme tu tintero? Se me ha...

-No -respondió alguien en mi lugar.

Ron miraba furioso a Eleanor. Cuando alcancé el tintero negó con la cabeza y lo arrancó de mis manos:

-No vuelvas a molestarla, por favor. Estaba estudiando -me sorprendí al notar que había repetido las mismas palabras que había dicho Eleanor. Posiblemente estaba presente.

Mi hermana me miró. Pude notar una pizca de odio pero dio media vuelta y se encaminó derecha hacia su mochila para marcharse poco después.

-Gracias -murmuré mientras volvía la vista hacia mi amigo.

-No es nada -se encogió de hombros y comenzó a escribir.

¡Aquí estamos de nuevo!

Espero que os haya gustado ya que me ha costado una tarde entera sin estudiar. Necesito a una Hermione en mi vida(?). Soy demasiado Weasley, física y mentalmente, lol.

Bueno, ¡hasta la próxima dónde será la Navidad y el Espejo de Oesed, posiblemente! :3

Hasta pronto,

Leyre.

Las hermanas E «Hogwarts».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora