Las hermanas E «Hogwarts».

Capítulo 13.

Emily.

Me levanté cansada y miré de reojo el reloj que había a mi lado, en la mesilla de mi compañera. Hermione me había explicado con pelos y señales cómo actuaba y cómo funcionaba un reloj muggle. Eran tan extraños, a veces me hacían reír cuando los miraba fijamente. Eran las ocho y media. Últimamente me despertaba temprano porque estaba acostumbrada a las clases pero me fastidiaba mucho el despertarme tan pronto cuando eran vacaciones.

Mirando a mi alrededor descubrí que estaba sola. Gryffindor se había vaciado casi por completo a excepción de un par de chicas y chicos de años un poco más elevados que yo, lo que hacía que no tuviera compañía femenina.

Ni siquiera me vestí. Rápidamente, me puse un par de calcetines, cogí mis regalos y salí disparada hacia las escaleras de los dormitorios de los chicos. Me habían dicho que en las escaleras de chicas había un encantamiento para que los chicos no pudieran subir pero para los chicos no, lo que me hacia reír mucho.

Llamé a la puerta pero no me entretuve en saber si estaban despiertos o no. Simplemente, entré cantando un villancico mientras tiraba mis regalos por el suelo y saltaba sobre las camas de Harry y Ron:

-¡Feliz Navidad! ¡Feliz Navidad! ¡Vamos, despertad! ¡Es Navidad! -gritaba mientras soltaba carcajadas.

Ron se movió y acabó tirándome de la cama cosa que no me importó. Fui hacia los regalos y comencé a abrirlos mientras ellos se despertaban y me susurraban unas felices Navidades.

Tenía ocho regalos, estaba muy feliz. El primero fue de Eleanor, un ejemplar difícil de conseguir de los Chudley Cannons.

Querida Emily:
¡Hola! ¡Feliz Navidad!

Espero que te guste tu regalo. Nos vemos en el Gran Comedor.

Te quiere,
Eleanor.

Me daba igual si quería o no, le daría un enorme abrazo cuando nos encontraramos en el Gran Comedor.

-¿Qué es eso? ¿Los Chudley Cannons? -Ron gimió con admiración mientras observaba mi libro nuevo.

Lo mostré con orgullo:
-Exacto y es mío.

Seguí abriendo con alegría mientras dejaba el libro a un lado (con cuidado de que Ron no lo tocara). El segundo era un libro de quidditch de Hermione y el tercero, un vale por una compra de Zonko's gratis, posiblemente de Fred y George. Harry me regaló tres cajas de grageas de todos los sabores y una pequeña libreta muggle, era muy divertido pues hablaba de magia y no tenía nada qué ver. Mis abuelos un vestido de lana de color verde, tejido seguramente por mi abuela. Mis padres una carta (¡explicaba que tenía una escoba para el próximo año en casa!):

Querida Emily:
¿Cómo estás pasando las vacaciones? Lamentamos no poder haberte acogido en casa pero teníamos mucho trabajo, parece que necesitan muchos aurores. Pero eso no importa ahora.

Siempre recibimos tus cartas, cada mes. Tal y como prometiste, siempre nos hacen sonreír.

No podrás ver tu regalo hasta que llegues a casa, por supuesto con buenas notas. ¿Estás estudiando bien, verdad? Es una escoba nueva. La Nimbus 2001. No preguntes cómo la hemos conseguido, nos ha costado muchísimo porque ni siquiera ha salido en venta.

Te queremos,
mamá y papá.

El penúltimo me impresionó mucho. Era una caja llena de ranas de chocolate con una pequeña tarjeta de felicitación. Me volví hacia Ron con una gran sonrisa al descubrir su nombre al final de la tarjeta.

Me lancé hacia él, abrazándolo:

-¡Gracias, me encanta!

-De nada, de nada -contestó con indiferencia pero puedo jurar por las barbas de Merlín que se había sonrojado tal y como lo había hecho yo.

El último regalo estaba envuelto cuidadosamente y era blando. Desgarré el papel y pude ver un jersey de color beige con una letra E dorada en el centro.

-Ah, mamá también te ha enviado uno. Todos los años, mi madre teje unos jerseys para cada miembro de la familia. Supongo que también te considera parte de nosotros -opinó, mirando el jersey.

-Me encanta -murmuré mientras me lo ponía.

Mágicamente, la tela de adhirió a mí cuerpo para ajustarse al tamaño de la persona.

Minutos después, cuando ya me había vestido con mi gorro de lana azul y mi bufanda, salí hacia el Gran Comedor, acompañada de mis dos amigos.

Cuando entramos, pude ver a lo lejos a mi hermana también bastante abrigada a causa del frío que hacía. No pude evitar correr hacia ella y abrazarla con una gran sonrisa, me encanta lo que había hecho por mí, era algo que no pasaba a menudo, Eleanor preocupándose por mí y regalándome algo.

-Feliz Navidad, Eleanor -le deseé contenta, mientras pasaba de las normas y me sentaba en la mesa de Slytherin. En las vacaciones, podías sentarte donde querías-, ¿qué tal?

-Bien, muchas gracias por el regalo -mi corazón latió un poco más fuerte cuando me dedicó una sonrisa. ¡A mí! ¡A su hermana! A su estúpida y testaruda hermana pelirroja.

Casi lloré de emoción. Asentí y corrí a sentarme con mis amigos. Le agradecí a Fred y George el vale y me senté con ellos comenzando a desayunar y planeando lo que podíamos hacer éstas vacaciones.

Serían las mejores vacaciones de mi vida.

[...]

-¡Emily! ¡Emily, despierta! ¡Vamos!

Bostecé quitando la sábana de mi cabeza y abriendo los ojos con lentitud.

-¿Qué? ¿Ya es de día? -susurré mientras me incorporaba y frotaba mis ojos.

-¡No, he visto a mis padres! -oí la voz de Harry a través de la penumbra de la habitación y el bostezo inminente de Ron al otro lado de la cama.

-¿Cómo habéis entrado? Si yo recuerdo, está prohibido -les reproché, calzando un par de calcetines blancos.

-Nos hemos caído un par de veces, a decir verdad -confesó Ron frotándose la frente donde había un pequeño moratón.

No dudé en reírme de él y bajar con ellos a que me enseñaran lo que debían de decir. No sin antes, recoger a mi hermana que aunque puso objeciones aceptó. ¡Yo nunca iría sin Eleanor!

¡Nuevo capítulo! ¿Dónde? :D

Bueno, me ha costado un poquito ya que no sabía cómo empezar bien o cómo actuar con Eleanor en referencia a Emily, pero bueno, aquí está todo y espero que os haya gustado y lo hayáis disfrutado.

¿Qué verán Emily y Eleanor en el espejo? ¡En el siguiente capítulo, lo descubriremos! ;)

Leyre.