cinco.

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–Ve directo al punto. –demandó Niall.

–No comas ansias, este proceso les llevará tiempo. Ustedes son mis brazos izquierdos y estoy seguro que no me defraudarán. –sonrió. – Necesito que salden unas cuentas pendientes que tengo con un viejo amigo, por decirlo así.

– ¿De quién estamos hablando?- pregunté.

–Yaser Malik.

– ¿¡Malik!? ¿En verdad? Genial. –dijo Niall y la emoción era reflejada en sus ojos.

Yaser Malik era el dueño de una de las empresas más importantes en todo Londres. Era alguien honorable y respetable a ojo público. Quería estar sorprendido de que alguien como él tuviera problemas con la mafia, pero después de dos años trabajando para Joe Colombo, pocas cosas me sorprendían.

–Así es Niall.-respondió Joe.

-¿Cuál es nuestro plazo?

-Dos semanas, Liam, no más. Si tardan menos saben que es mucho mejor para ambos y su recompensa es mayor.

-Lo tenemos presente.-Niall atacó.

-¿Alguna duda?.-Joe se dirigió a ambos y negamos con la cabeza. -Excelente. Salgan.

Dicho eso Niall y yo nos pusimos de pie para abandonar la oficina y luego salir del edificio. El rubio me acompañó hasta que ambos quedamos a un costado de mi vehículo.

– ¿Iniciamos de una vez? –dijo, rompiendo el silencio.

–No. –respondí. –Necesito descansar un poco o terminaré loco. Empezamos mañana temprano. Te llamaré apenas esté listo, ¿de acuerdo?

–Claro Li.-sonrió. –Te veo mañana, descansa.

–Cuídate Niall.

Él dio la vuelta para montar su coche y yo abrí la puerta del piloto del mío. Una vez que llegara a casa ni Dios podría sacarme de mi cama hasta recuperar fuerzas.



*



–Te puedo jurar que te extrañé. –dijo al verme.

Sonreí. –Yo a ti.

– ¿Qué tanto haces?

–Yo... trabajo. Y luego visité a mamá en el hospital. Lamento si te hice esperar.

– ¿Sabes que no dormir bien te pone más irritable?. –me dijo con una notable preocupación en su tono de voz.

–Sí, ya me habías dicho antes, ¿no recuerdas?

–Yo no soy quien controla eso. –rió.

–Cierto, mi error.

Estaba soñando con ese chico de nuevo y me sentía jodidamente bien. Si me dijeran cada que duermo que voy a soñar con él, yo viviría dormido. Dormir ya es una escapatoria de la realidad, y mi chico lo hacía cien veces mejor de lo que ya era.

Le regalé una sonrisa al mismo tiempo que lo atraje a mi cuerpo sentándolo sobre mi regazo. Él envolvió sus delicados brazos alrededor de mi cuello y así pude admirar más de cerca su rostro y era realmente increíble que por más buscar y buscar su rostro estuviera impecable y no contenía ni un solo defecto. Por primera vez la frase "El que busca, encuentra" era errónea.

Acarició mi mejilla, mirándome de los ojos y yo a él. Nuestros corazones latían al mismo ritmo y con cada parpadeo decíamos cosas que a pesar de ser inaudibles, revelaban miles de cosas que sólo nosotros apreciábamos. Era como si él y yo guardáramos el secreto más grande en nuestras miradas y no quisiéramos que nadie más lo supiera. Con él yo me sentía seguro y sobre todo: feliz.

–Te quiero. –confesé sincero.

–Te quiero. –respondió.

Nervioso, coloqué mi mano en su barbilla y ambos acercamos nuestras bocas el uno al otro para así hacer una sola. El beso fue lento, suave, dulce, lleno del cariño que le había tomado sin ni por lo menos saber su nombre. Tomé sus caderas para poder sentirlo más cerca de mí. Era tan delicado, tan pequeño, quería quedarme así con él por siempre pero lo menos que podía hacer era congelar ese momento y recopilarlo en mi mente hasta mi último día.

–Necesito saber algo. –le dije aun mirándolo a los ojos después que nos separamos del beso.

–Pídeme lo que quieras, Liam.

–Ha pasado tanto tiempo, joder, y-yo... te he tomado un cariño fuerte y sincero pero, no sé nada. No sé si te conocí en otra vida, no sé si eres real, si estás vivo y eso es... horrible hombre, quiero decir, necesito conocerte y afrontar lo que está ocurriendo con mis sentimientos hacia ti.

–No desesperes mi héroe, el tiempo está por agotarse y tú estás cada vez más cerca. Quiero que llegue el día en que me mires y me beses sin ninguna preocupación de por medio, pero ahora hay cosas más importantes y quiero que concentres toda tu atención en ellas, ¿sí? Al final seguiremos juntos.

– ¿Me lo prometes?

–Claro que lo hago. –dijo y besó mi sien.

Escuché unos golpes sobre algo sólido y cada vez parecían más audibles y reales.

–Te veré más tarde, Li.

Dicho eso, desapareció y yo desperté de sopetón. Me puse de pie velozmente para abrir la puerta de entrada ya que de ahí provenían los golpes. Abrí la misma y me encontré con Darlene.

–Hey D. –saludé adormilado.

–Liam, lamento despertarte. –me dijo apenada.

–No hay problema, te agradezco. –reí y ella igual.

–Acabo de regresar del hospital, y parece que más tarde darán a Karen de alta...–ella tenía la intención de seguir pero yo la corté porque, bueno.., tenía un "compromiso".

–Oh no, ¿te importaría hacerte cargo? Esta tarde trabajaré horas extra en el hotel y me sería imposible, perdón.

Sí. Hotel. Esa era la excusa que usaba para justificar todas mis noches de ausencia para llegar a dormir a casa y las salidas temprano. No podía decirle a mi mamá en lo que andaba metido, si se enteraba no moriría de cáncer sino de un ataque al corazón.

–Claro Liam. –sonrió. –En lo que pueda ayudarte, ya sabes, para eso somos los amigos. Sólo necesito un cambio de ropa para ella.

–Pasa y toma lo que necesites. –me quité de la entrada para cederle paso a Darlene dentro de mi casa.

Ella entró y tomo unas cuantas cosas, mientras yo arreglaba las mías, luego salió y se despidió cordialmente. Al estar listo saqué mi móvil del bolsillo para llamar a Niall y comenzar el encargo de Joe.

– ¿Hola? –escuché a través de la bocina.

–Niall, llego por ti en diez.

–Excelente, te espero.

–Hasta pronto.

Colgué la llamada y salí disparado al departamento de Niall.



Un asesino a sueldo. [ziam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora