-¿Podrías seguirme la corriente?, Scarlett quiere estar a solas con Nick aunque nunca lo admitiría- aseguró en mi oído haciéndome sonreír.-¿No se supone que eres el hermano celoso?- inquirí divertida.
- No les voy a dar más de veinte minutos- me dijo entre dientes y yo reí sin poder evitarlo, Scarlett se giró hacia nosotros enarcando una ceja.
-¿Creen que podrían seguir un rato sin nosotros?-preguntó Max con toda la inocencia de un elefante.
Rodeé los ojos junto a Scarlett pero al final ella fue jalada por Nick hacia una tienda de video juegos, esos dos eran un caso. Miré a Max que los siguió con los ojos hasta que desaparecieron dentro de la tienda.
-¿Puedo preguntarte algo?- dijo Max de pronto haciéndome fruncir el seño.
-Puedes- le dije sin decirle si le iba a contestar o no, sonrió mirándome.
-El chico que esperaba en tu casa era tu vecino ¿no? A Scarlett nunca terminó de caerle bien, lo recuerdo- admitió mientras yo medio sonreía.
-Si, ella odiaba que yo lo considerara perfecto, ella tenía razón, no lo era- confesé mientras él fruncía el ceño.
-¿Qué pasó?- preguntó Max.
Miré alrededor y caminé hacia las mesas en el centro de la plaza, tomé una silla en una de las tablas de la esquina. Le solté todo, lo decorosamente posible, sin siquiera mirarlo, era más como dejar todo salir y él... él escuchó hasta el final, a pesar que noté como apretaba su puño en ocasiones.
-________ mi hermana tiene razón él no es perfecto, es un idiota- dijo al terminar de contarle lo que me habia dicho Shawn el viernes por la noche.
Yo bajé la cabeza, era fácil decirlo, pero eso no cambiaba los sentimientos o aclaraba mi mente o me permitía dejarlo todo atrás y seguir.
-Lo siento, sé que eso no solucionada nada, ¿tú lo quieres no?- preguntó mientras yo cerraba los ojos un momento- Te diré un secreto, _________- murmuró segundos después acercándose un poco, inclinándose contra la mesa, esa mirada traviesa me hizo sonreír, Max era tan especial y tan diferente al chico que yo queria que ni siquiera podia olvidar que el color café era el que se hacia que las lombrices en mi estomago temblaran, el café, no el azul. A los hombres tienen que enseñarnos a querer, la mayoría del tiempo somos un asco para eso-me di cuenta que lo decía en serio y eso me hizo fruncir el ceño, quise preguntarle que era lo que él habia hecho mal, pero al final no pude, sólo fui capaz de sentir su mano cuando tomó la mia-. Eres especial _________, no eres como las demas, por eso Scarlett te quiere tanto, porque ella tampoco es falsa o pretenciosa, no te digo que lo excuses porque él sea un hombre y eso le dé derecho a ser idiota, únicamente te pido que recuerdes que puedes tener todo lo que te propongas, todo- terminó mientras su otra mano acariciaba mi mejilla.
-¿Por qué no pude quererte a ti?-pregunté sin poder detenerme y él rió acercándose hasta besar mis labios suavemente.
-Supongo que no funciona asi- admitió mientras de la nada él era empujado lejos. El sonido de la silla al rechinar y de maldiciones entrecortadas mezcladas con otros jadeos convirtió los siguientes segundos en un caos.
Parpadeé confusa antes de ver como Max lograba colocarse encima de otro cuerpo...
-¡Shawn!- oí el grito del Señor Mendes detrás de mi, estaba acompañado de su reciente novia.
Al final él y otro hombre lograron separarlos, estaban más desarreglados que heridos.
-¿Qué te pasa hijo?- preguntó su padre, mirándome fugazmente, tenia la ligera sospecha de que el Señor Mendes hacia esa pregunta solo para decir algo.
Max se alejó del hombre que lo sujetaba y miró de nuevo hacia Shawn antes de acercarse.
-Iré a buscar a mi hermana, antes de que llegue y forme un espectáculo mayor- susurró mientras yo asentía-. Te esperamos en la entrada- terminó Max antes de alejarse.
-Estoy bien- le dijo Shawn a su padre antes de soltarse de su agarre.
Miré al Señor Mendes con una disculpa sin palabras y luego me alejé sabiendo sin dudar que él me seguiría. Caminé hasta llegar a la entrada de los sanitarios, un pasillo largo y tenuemente despejado.
-¿Quién es?- preguntó Shawn recargándose contra la pared frente a mí.
-Podría no contestarte, ¿sabes? No tienes ninguna razón para preguntar.
-Lo sé- admitió al final en voz tan baja que habia sido mi imaginación-. No te he pedido perdón por haberte mentido cuando viniste a mi casa pidiéndome que fuera tu novio- murmuró mientras yo lo miraba abrazándome a mi misma.
-Las palabras no cambian nada-le murmuré y él se acerco lentamente.
-No, no lo hacen, lo que hice nunca podré borrarlo- comentó cerca, haciéndome sentir el aire que salía de su boca al expulsar sus palabras. ¿Cuándo se habia acercado?- Pero te necesito, creo que te necesitaré siempre...-comenzó- Y necesito que me des otra oportunidad- terminó alzando mi barbilla haciendo que lo mirara.
-No seré infeliz nunca más, no quiero- le dije cuadrando los hombros, mirando dentro de sus ojos color café. Sorprendida de lo mucho que creía esas palabras.
Shawn tragó visiblemente y después esbozó una tenue sonrisa, se acercó besándome la mejilla, solo un roce apenas perceptible.
-No lo serás, lo prometo-susurró antes de alejarse sin otra palabra más.