Puede un corazón ser también valiente
O el alma pura de brillar ha dejado
Apagando su motor, que congelado
Ha escondido dentro al pícaro sonrienteAcaso ha muerto el sol naciente
Quedando el muy torpe despedazado
Ese pobre e indefenso iluso destrozado
Culpable de pecar por inocenteSu amor más ardiente despedido
Por la vil codicia cerebral
Aquella que por no morir ha partidoDura travesía, perecedero mal
El músculo de tanto sangrar ha dormido
En su laurel descansa sin pedestal
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Ensoñaciones del duende de Sevilla©
RandomTe gusta la poesía?, déjate arrebatar los sentimientos por mis profundas invenciones. Prometo no defraudarte ;)