Pero que se pensaba Owen, no podía creer que dijera eso, ya es que si le veía ni le dirigiría la palabra.
- Mejor me voy a casa - pensé. - Oh, mierda, mis llaves - se me olvidaron en el coche de ese cretino.
- Eh...¿hola, Owen? - le llamé nerviosa.
- Sí, ¿quién es?
- Soy Lesley, quería volver a casa, pero no puedo entrar sin mis llaves.
- Mmm si, ¿y a mí qué?
Dios pero que tonta he sido - Que mis llaves están en tu coche.
- Oh, ven a mi casa a por ellas - y cortó.
Me dispuse a irme hacia su casa, pero...no sabía su dirección, así que le escribí un SMS - "Dime tu dirección, idiota. "
En menos de un minuto llego su respuesta. - "Calle Standerd n°4, y no me llames idiota, cría ."
¿Cría? ¿Y eso ha que venía? Sólo por que tenía 19 años se creía demasiado mayor en mi comparación, y solo nos llevábamos 2 años. Estúpido cretino.
Llegué a esa calle y dios, me sorprendió la casa que tenía ante mí. Era una casa de tres pisos, blanca con algunos diseños negros alrededor de las puertas y ventanas. - Vaya. - solté, y vi a un chico bastante atractivo salir por la puerta. Tuve que recordarme que lo que tenía de atractivo lo tenía de arrogante. Pero creo que se me olvidó cuando apreció frente a mi, me quede embobada en sus labios y él lo noto.
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(Owen)
- Eh, ¿tierra llamado a Lesley?, ¿mirabas algo? - dije divertido.
-Eh...esto, ¿mis llaves? - preguntó algo irritada.
- Sí, aquí tienes y marchate ya, por favor - como odiaba tener que tratarla así, pero tenerla cerca solo empeoraría la situación para ambos.
- Ay ya, me ha quedado claro que no quieres verme. A mi tampoco me agradas, pero necesitaba mis llaves - hizo una pausa bastante larga, y luego añadió - Tranquilo que ya no se me olvidarán en tu coche.
- Estaba claro, por que ya no te subirás nunca - me encantó ver como se le sonrojaba la cara del enfado, que mona.
- ¿Y quién te dijo que a mi me gustaría volver a subirme? - el azul de sus ojos empezó a girar más rápido de lo que había visto nunca antes.
Me acerqué a ella, su nariz y la mía estaban a algunos centímetros - ¿estas segura de ello? Medita la respuesta - al hablar nuestros labios se rozaron, y ella soltó un gemido - Mm, si lo que pensaba - reí, y me aparté, satisfecho, aunque me costó bastante poder despegarme de ella.
- Eres...eres
- ¿Un idiota? - me divertía ma situación, necesitaba un poco de aquel carácter que tanto echaba en falta.
- No, peor. Ni te atrevas a repetir eso.
- ¿El qué? - me volví a acercar a ella, pero esta vez le susurré al oído - no te preocupes, nunca me fijaría en alguien como tú, no tienes nada de especial, ni siquiera curvas.
Vi que algo brillaba en sus ojos, quizá eran lágrimas. Creo que con eso me pasé, pero era necesario para que se marchara ya de mi porche.
- ¿Te acuerdas cuando te dije que eras peor que un idiota? No me equivocaba, eres un completo gilipollas - caminó hacía delante, se giró para mirarme una última vez con desprecio, y al girarse de nuevo, vi como una pequeña lágrima le cayó por la cara. Mierda. No me podía sentir peor, entre en la casa frustrado y cerré la puerta de un golpe.
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Esto ya me sobrepasaba, no podía saber hasta donde llegaría con sus palabras, pero vi que bastante lejos. Estaba claro que nunca tendría nada conmigo, seguro que tenía un buen rebaño de chicas detrás de él, ya me las imaginaba a todas babeando por ese rostro, y esos labios, oh dios, pero es que esos labios eran irresistibles, ¿pero que hacía? Ese chico era lo que más necesitaba alejar de mí, junto a él no podían pasar nada bueno.
Estaba muy, pero que muy enfadada. Me dispuse a ponerme los auriculares, total, tenía que dejar de pensar más en las veinte bonitas formas de estrangular a Owen, o acabaría volviéndome loca.
Pusé mi lista de canciones de K-pop y empezé a caminar. Me quedaban solo unos 10 minutos hasta llegar a casa, ya era bastante tarde, las 21pm, decidí ir más rápido, si no las calles se volverían más oscuras. Pero de pronto, una luz me cegó, y sentí un intenso dolor en las costillas, y un pequeño ruido dentro de mí, caí al suelo y sentí como un liquido caliente comenzó a salir de detrás de mi cabeza.

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Euphorbia.
Teen FictionDebe ser frustrante no recordar mucho de tu pasado. También, que vengan un chico y una chica totalmente desconocidos diciendo que son Hijos de Luna y personas de aquel pasado que juras haber olvidado. Eso, le pasó a Lesley Vraie.