Capítulo 10:

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- ¿Cómo la habéis encontrado, Ámber? - dijo Owen con una voz fría empujándome detrás de él.

- Quería ver si mis hermanos habían hecho un buen trabajo, borrándole la memoria a Lesley - dijo sonriendo.

Eso tenía que ser. Eran familia, era de esperar, esa sonrisa tan irónica le salía tan bien como a los dos hermanos. Pero quien era y que decía aquella mujer.

Así que había sido ella, la que había bloqueado mis recuerdos. Me estaba poniendo muy furiosa.

- Owen cálmate, si no quieres acabar con una daga en el corazón como su padre - dijo la pelirroja en tono seco.

- Te voy a matar - gruñó Owen para la mujer. Al dar un paso hacia delante, el cuchillo con que cortamos las creps esta mañana Aly y yo de encima de la mesa del salón, salió disparado hacia el hombro izquierdo de Owen.

Alyssa soltó un grito ahogado. Yo estaba tan enfadada con aquella mujer que me quedé paralizada. Cerré los ojos de la frustración.

No sé como, pero de un momento a otro, veía la habitación desde la perspectiva de la mujer pelirroja, Ámber creo que se llamaba, tampoco le había dado demasiada importancia. Empecé a desear que le fallaran los pies, y que se diera de bruces contra el suelo, por hacerle daño a Owen. No sé por que, pero en el fondo me importaba muchísimo este chico. No tengo muchos recuerdos con él, y con Alyssa menos, pero al estar con ellos me sentía querida.

Después de unos segundos, volví a mi cuerpo, viendo a la mujer tumbada en el suelo. Unas gotas de sangre le empezaron a salir de la nariz. Era extraño en mi, pero no tenía remordimientos por hacerle eso. Y menos me iba a dar pena. Pero, ¿cómo había hecho eso?

- ¡Vosotros dos, inútiles! Os dije que le borraráis la memoria y también la magia - chilló furiosa.

- Lo sentimos, Ámber - ambos se agacharon y levantaron con cuidado a la reina del drama. Esta mujer perdía los nervios muy rápido, parecía estar histérica. En un momento como ese, me dio la risa floja. Que esa tal Ámber pasase de estar erguida con orgullo, su falda y chaqueta bien planchadas, y su pelo rizado bien acomodado, a estar de bruces contra el suelo, con su ropa toda arrugada y con algunas gotitas de sangre, era tan cómica.

- ¿Y tú de qué te ríes, mocosa? - iba a responderle, pero entonces escuché un gemido que provenía del suelo. Oh dios, me había distraído con la reina del drama, y había olvidado a Owen, que estaba tumbado en el suelo. Vi como Alyssa sostenía sus manos por encima del hombro de Owen, y de estas provenía una luz morada, como sus ojos. No sé como, pero deducí que le estaba curando la herida.

- Ven Les, saca el cuchillo de su hombro, si no, la curación no se puede completar - Aly no desvíaba la mirada de ahí, se notaba que necesita toda su atención y fuerza.

Saqué el cuchillo de un sólo movimiento, y entonces, un líquido espeso empezó a salir del hombre de Owen. - Aly, ¿qué le pasa?

- Parece que el veneno que puse en el cuchillo antes de que Ámber se lo lanzara, esta haciendo un buen trabajo. A ver si se muere ya este chico, que no hace más que retrasar el tiempo para que te encuentres con tu querido padre - soltó el otro de los hermanos que no había hablado hasta ahora. Pero claro, esa sonrisa irónica que no falte. Pero, ¿veneno? ¿De verdad era eso necesario? Y llevarme junto a mi padre, ¿se refería a matarme? Lo tenía bastante crudo si pensaba que podría matar a mi padre, hacerle daño a Owen, y acto seguido salir ileso. Que iluso. Desée matar a aquel tipo, si Owen muere por su estúpido veneno se las vería conmigo.

Recordé el sueño en el que mataban a mi padre con una daga, en el corazón. Recordé todos los años que pasó esa niña de siete años sin su padre. Y de repente, me vi a mi misma deseando sacarle el corazón al segundo hermano. Visualicé una mano entrando en su pecho y agarrando su corazón, cuando pude ver con mis ojos que todo eso estaba sucediendo de verdad. Pero en vez de sacar un corazón, era una piedra preciosa. Ahí fue cuando el hombre cogió una última bocanada de aire, y sus ojos se quedaron en blanco.

Segundos después, su cuerpo cayó hacia atrás, y empezó a hacerse invisible hasta desaparecer, luego la piedra preciosa de mi mano se volvió azul, y se hundió en la tierra. Vale, no me esperaba eso. ¿Estaba muerto? ¿O sólo era un truco?

- ¡¿Pero que has hecho estúpida?! - a Ámber empezaron a caerle lágrimas por la cara. - Oh dios, ¿cómo ha podido matar a Roger? ¡Creí que esta chica no había aprendido a manejar su magia! Y ahora por tu error él esta muerto. - Ámber le hablaba al otro hermano, y este a su vez se había quedado de piedra, no emitía ni un sólo sonido. Ámber cayó al suelo, y empezó a maldecir y a llorar desesperadamente. Ahí fue cuando el único hermano que le quedaba reaccionó, se arrodilló junto a ella, y los dos desaparecieron.

- Bien Les, has hecho que se vayan, luego te explico todo, ahora sólo necesito que me ayudes a levantar a Owen y llevarlo a la cama. Necesita descansar - ayudé a Aly, ella también tenía alguna que otra lágrima en el cara, pero ni comparación de como había estado Ámber hace unos segundos. Al dejar a Owen en la cama pude notar lo frío que estaba.

- Aly, ¿no está muerto verdad?

- No, cielo - intentó sonreír pero no le salió muy bien la jugada. - Si se hubiese quedado unos minutos más con el cuchillo clavado en el hombro sí, pero ya le he curado.

- Es verdad, ¿cómo lo has hecho? ¿Yo como me he metido en el cuerpo de Ámber? ¿Y cómo le he quitado su corazón o piedra preciosa del pecho a ese tal Roger? ¿Es qué no tenemos corazón, tenemos piedras preciosas? - tenía tantas preguntas en esos momentos, y necesitaba respuestas urgentemente.

- Lesley, de verdad que lo siento mucho - susurró Owen, en sueños.

- Vaya, será mejor que nos vayamos nosotras dos a descansar. Luego continuaremos la conversación de esta tarde - me dijo Alyssa.

- Esta bien, Aly. Me voy a la cama, intenta dormir un poco - la abracé y me fui a mi habitación.

Al tumbarme en mi cama no podía dormir, así que decidí poner un poco de orden en mis pensamientos. Vale. Al principio me creía que todo esto era una historia de Alyssa y Owen, pero no. No soy humana, y ellos tampoco. Lo de los ojos es un poco extraño, me intimida saber que otros Hijos de luna pueden ver mis sentimientos, supongo que sólo pueden ver como giran los que saben de la existencia de ellos. Por que yo antes no sabía que eran Los hijos de luna, y mi segundo color no giraba, eso era reconfortante, así la gente humana, no ve como gira el segundo color, sería extraño aunque gracioso, pensarían que se estaban volviendo locos. Solté una risita nerviosa. No sé como podía reírme en aquella situación. Recordé lo que había hecho. No me sentía mal por estrellar la cara de Ámber contra suelo, ella se lo merecía, casi mataba a Owen. Y al principio, tampoco me supo mal matar a Roger, pero en estos momentos si. Había matado a una persona. No sé como viviría con ello. También pensé en como pude controlar el cuerpo de Ámber y como le saqué el corazón a su hermano. Nunca imaginé que llegaría a hacer tantas cosas peligrosas en unas cuantas horas, ya que yo era la primera en contra de la violencia. Que rápido estaban cambiando las cosas. Y con este último pensamiento, me dormí.

Oí que mi teléfono sonaba. Miré la hora en el reloj, las 3 am. A saber quien sería a estas horas, ¿es qué estaban locos? Miré la pantalla de este, era Mike.

Euphorbia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora