Capítulo 25. Viejos tiempos.

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(BONNIE EN LA FOTO)

·Hola papá!

-¿Qué tal cariño?

·Bien, llegué hace un par de horas.

-¿Me vas a contar ya el motivo?

·El enamorarse...

-¿Quién es ese gilipollas? Para matarle.

·No es nadie... déjalo. Sólo quiero olvidar.

Suspiró mi padre. Seguro que ahora estaría con el ceño fruncido. Cambié de tema rápido, ya que no quería seguir con lo mismo.

·¿Vendrás cuando mamá se case?

-Claro... si tu madre quiere que vaya.

·Pues claro que querrá, sois amigos al fin y al cabo, los amigos hacen eso. Preguntaré si insistes, pero sé que la respuesta será un SÍ.

-Sí, hazlo.

·MAMÁ!!! Grité.

-Hija, me vas a dejar sordo, no grites! Me decía mi padre por el teléfono.

Cosa que hizo que rodará los ojos.

*¿Qué pasó Jenna? Dijo mi madre bajando las escaleras.

·¿Papá puede ir a tu boda?

*Clark es bienvenido.

·¿Escuchaste papá? Dije volviendo hablar por el teléfono.

-Sí, ya lo oí. Pues cuando sea el día me verán allí.

·Perfecto, ven guapo y tráete algún acompañante. Hablé seductoramente.

Clark se rió.

-Hija, tengo que volver al trabajo, pero llámame mañana.

·Lo haré. Ciao.

-Adiós cariño.

La llamada con mi padre hizo que me desconectara un poco del mundo y de mis pensamientos.

Alcancé mi maquillaje y me maquillé sutilmente. Un poco de rímel, delineador, base, colorete y brillo. 

Salí de casa teniendo en mente disfrutar a máximo estos días. Paseé por el parque disfrutando de mis vistas, los niños pequeños jugaban cómo lo hacía yo de pequeña con mis amigos.

Sonreí ante tantos recuerdos.

Me encantaba verles disfrutar tanto. Me encantaban los niños chicos y quisiera por lo menos tener 4. La gente piensa que estoy loca al decirlo.

Al lado del parque estaba mi heladería favorita, la señora Landon, siempre me daba helado gratis, decía que no le debía nada, le cogí mucha confianza y un día me contó que yo le recordaba su hija. Su hija falleció hace 10 años a causa de la leucemia. Me encantaba como me miraba, sabía que echaba mucho de menos a su hija y a mí, no me costaba nada darle cariño.

Se puso muy contenta de verme, decía que cada año que pasaba me veía más hermosa. Después de un buen rato hablando con ella, seguí por mi camino. Ya empezaba hacerse de noche y antes de que las tiendas cerraran, fui a comprarme una Sim card nueva.

Cuando salí de aquella tienda, el cielo ya estaba oscuro eran las 22:00, le mandé un mensaje a mi madre para no preocuparla.

¨Llegaré un poco tarde,  no te preocupes, Jen¨

Los Pubs a estas horas abrían. Recordé el nombre de uno de mis pubs favorito Titanium. Es el Pub al que iba con mis amigos. Me apetecía volver allí.

La tienda hasta el Pub, estaban como a 15 minutos largos andando. Pero no me resultó ni un problema en ir. Tenía ganas de saber si ellos podrían estar allí. 

Al entrar, vi todo igual que siempre y hacía años que no venía este pueblo. Más de tres largos años sin ver a mis amigos.

Había un alboroto muy grande, cientos de personas estaban bailando, alcé la mirada por encima de todos y no veía a ninguno de ellos. Me sentí decepcionada. Hoy era Sábado y era un ritual venir aquí cada sábado.

Salí por donde vine. 

Alguien me tocó el hombro.

-¿Jenna eres tú?

Al girarme vi a una hermosa mulata, mi mejor amiga.

·BONNIE! Salté a sus brazos, sin importarme las miles de personas que nos miraba.

Lloramos como dos crias.

-Joder Jen, ¿Qué haces aquí? Le costaba respirar.

·Vengo para estar algún tiempo aquí.

-Me tienes que contar miles de cosas y yo a tí.

La miré con mi mirada pícara.

·¿Y los demás?

-Están en el reservado, venga vamos para allá.

Me escondí detrás de Bonnie y cuando estábamos cerca, hice lo que todo el mundo hacía, bailar. Les escuchaba hablar mientras que yo estaba de espaldas.

-Ya he vuelto chicos. Dijo Bonnie alegremente.

*¿Dónde te habías metido? 

Ese era Carlos?? Su voz estaba mucho más ronca.

-Pues fui al baño y luego a fumar, adivinen que me encontré...

-¿Encontraste dinero? Habló una chica dulce, al que a los segundos supe que sería Marta. Su voz era tan inconfundible... era como que te quedaras bobada cuando hablaba.

-¿Una cucaracha? Habló Brandon. Lo identifiqué por su pluma al hablar.

-No. Dijo Bon

*Dilo ya, no nos desesperes. 

Ese creo que era Daniel.

-Vale, sal ya.

Ese era la contraseña para que yo saliera. Me dí la vuelta y subí un escalón para llegar donde estaban.

Todos se me quedaron mirando sin creérselo, y otros se taparon la mano con la boca sorprendidos.

·¿Me echaron de menos putos?

Marta, Elena, Bonnie, se me tiraron encima y luego se nos unió Brandon, Carlos y Daniel.

Las chicas estaban llorando, hacían que mis lágrimas tampoco dejaran de salir, los chicos simplemente estaban emocionados, excepto Brandon que lloraba como una loca.

Nos separamos y fui abrazando individualmente. Primero a Marta que seguía sin creérselo, después a Elena que intentaba que su maquillaje no se estropeara. Brandon la loca me abrazaba diciéndome lo mucho que me echaba de menos; Carlos era el más tímido pero nuestros abrazos eran especiales, no hacía falta decirnos nada y por último Daniel que era el más chulo del grupo.

-Te he echado de menos pequeñaja. Dijo Daniel

Cosa que a mi no me hacía gracia que se metiera con mi estatura.

·Yo a ti también grandullón.

Miré a los lados ya que me faltaba uno.

·Oye chicos, ¿dónde está Michael?

Amor con sus dificultades.  (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora