Capítulo 24. Nueva Etapa 2.0

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(DANIEL EN LA FOTO)

Ahora empezaba mi nueva etapa.

Una etapa que me iba a costar lo suyo, pero estaba más que dispuesta a hacerlo. Nunca estuve de algo cien por cien segura, pero en cambio con ésto, lo estaba. Estaba orgullosa de ello.

Una hora después llegué al pueblo. Casi todo seguía igual. Estaba emocionada de volver a ver a mi madre, a John, a mi familia y a mis viejos amigos.

Me bajé del bus, yendo en dirección a mi casa. Luego ya tendría tiempo de darme algunas vueltas y visitar todo lo demás.

Había personas que me miraban mal, seguro que era por mis ojos... parecía que no hubiese dormido en algunos días.

La calle dónde nacía se encontraba en mi vista, todo parecía cambiado, todo más costoso y lujoso.

Al fin estaba a unos pasos de la puerta que seguía igual que siempre pero ahora de un color negro. Cogí las llaves y abrí la cerradura, para encontrarme ese pasillo que seguía como siempre. Miles de recuerdos me vinieron al cerrar la puerta. Recuerdos malos, amorosos, recuerdos familiares...

Respiré un par de veces para intentar tranquilizarme.

·Hola familia! Grité entusiasmada.

-Hija, eres tú?

Apareció mi madre por la cocina con un bebé en brazos. Miré con la boca desencajada. Mi madre me miró y luego al bebé. 

-No es lo que parece, no es mío, es de la vecina Rachel, ¿te acuerdas de ella?

Suspiré.

-Espera que acueste a la niña.

La metió con cuidado para no despertarla. Me miró y fui corriendo hacia ella.

·Mamá... Le dije desvaneciéndome.

-Yasta cariño, yasta...

Mi madre se sentó en el sofá y yo me tumbé apoyando mi cabeza en sus muslos, mientras que ella me acariciaba la espalda y la cabeza. Esto lo hacíamos siempre, desde pequeña, mi madre me tranquilizaba así.

Después de varios minutos me tranquilicé.

-¿Qué te pasó cariño?

·No tengo ganas de hablar de esto mamá.

Hubo un silencio.

·¿Sabes?, te he echado de menos.

-Yo a ti cielo también.

·He decidido quedarme aquí por un tiempo, ¿Puedo?

-Eso no se pregunta, tú siempre serás bienvenida.

Sonreí.

·¿Dónde está John?

-Está trabajando, no tardará en llegar.

·Voy a ducharme y así me despejo un rato.

-Tienes que comer algo Jenna.

·Luego bajaré.

Cogí la maleta y subí los escalones hasta llegar a la puerta con las iniciales de JH, a la cual había una nota que decía "Diga la contraseña antes de entrar", la contraseña era "No discusiones en este cuarto". Ahora todo resultaba una vergüenza.

Lo hice con 10 años y todos los que pasaba a mi cuarto cumplieran la regla. La habitación seguía como siempre, todo de color azul y rosa. Miré la cama, me venían flashes de todas las veces que terminé llorando en esta cama por discusiones que había entre mis padres.

Lo bueno, es que se separaron y ahora se llevan bien. Me desnudé, observé por la ventana, las vistas no eran iguales que la otra casa, aquí veía dos árboles y el jardín de casa. Cerré los ojos, me dije a mi misma que bastaba ya de llorar por hoy.

Me preparé una bañera calentita con espuma con olor a coco. Ya más relajada, mis sentimientos fluían.

Quería dar un vuelta por este pueblo, pasear por mi colegio antiguo, pasear por el parque al que iba a jugar cada día. Decidí salir de la bañera y arreglarme, definitivamente hoy saldría.

Me vestí con unos jeans remangados por los tobillos, un top blanco y unas zapatillas blancas. Me alisté en unos 10 minutos.

Observé el despertador, eran las 14:00, hora de comer.

Bajé los escalones, y vi a John dirigiéndose a la cocina. Me puse detrás de él y le tapé los ojos con mis manos, pero con complicación ya que no alcanzaba mucho por mi altura.

·¿Quién soy? Dije cambiando mi tono de voz por una más grave

*Mmm... ¿Melissa?

·No! Dije dándole un flojo golpe en el hombro.

*¿Jenna?

Me puse delante de él, lo abracé.

·Hola Johnny.

*Hola pequeña. ¿Has venido ahora?

Asentí.

*¿Estás bien?

·Sí.

*No soy tan ingenuo para creérmelo Jen.

Desvié la mirada.

*¿Asuntos del amor?

Avergonzada le dije en un pequeño susurro apenas audible que sí.

*Ya me contarás... Me guiña el ojo.

¿·Qué tal los preparativos de la boda?

*Estupendamente. Sonrió.

·Quiero saber más. 

*Pregúntaselo a tu madre.

Dí la conversación por acabada. Ayudé a mi madre con los platos y comimos una deliciosa pasta con espinacas.

Los platos de mi madre eran únicos. Al recoger la mesa, me di cuenta que debía llamar a mi padre. Cogí el teléfono de casa ya que mi móvil... Bueno rompí el puñetero Sim, que ahora me arrepiento.
No podría haberle bloqueado y ya?
Maldita tu cabeza Jenna.

Amor con sus dificultades.  (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora