Jared y yo caminanos por la plaza. Primero pasamos a comprar unas crepas, luego fuimos al cine.
Dentro del cine todo oscuro. Pocas personas había a nuestro alrededor. Jared tomó mi mano y la beso. Fue excitante sentir ese hormigueo en las manos.
Tomó un pop corn de la canasta, lo acercó a mi boca y me dijo que la abriese. Lo hice y al hacerlo no metió el pop corn. Me beso. Sus labios posaban sobre los mios, sus manos tocaban mi rostro, lo tomé por el cuello y lo acerqué más a mi. Me encantaba tenerlo cerca, poder oler su aroma masculino y su loción Hugo.
Tomó mi mano y me obligó a salir de la sala. En el pasillo me lanzó contra la pared, puso sus manos a ambos lados de mi cabeza y me volvió a besar. Sus labios tenía un saber único y delicioso. Entre nosotros un pequeño espacio de milímetros nos separaba uno del otro.
-No pensé que me fueses a gustar tanto y tan repentinamente.- dijo Jared separándose a centímetro de mi.
-Lo mismo iba a decir yo.
-¿Quieres irte de aquí?
-Si. Claro que si.
En el aparcamiento, su audi estacionado en un lugar. Llegamos a el, me abrió la puerta y entre con toda confianza. Encendió el motor y se puso en marcha. No sabía a donde me llevaba pero sin duda alguna sentía como la sangre se me calentaba a medida en que Jared aceleraba.
Al cabo de 8 minutos Jared estaba abriendo la puerta de su casa. Yo detrás de el con su chaqueta puesta entre a la casa y me senté en el sofa.
Se sentó a mi lado posando su mano sobre mi pierna. Un calor excitante recorrió todo mi cuerpo empezando por la pierna hasta la cabeza. Acarició mi rostro y me acercó a el besandome el cuello. Cerré los ojos imaginandome a Yena sin querer observando nos. Me separé de el de brinco.
-¿Qué tienes?- me dijo mirandome a los ojos.
-Me siento incómoda estando aquí en la sala. Podrían vernos desde fuera.- me sonroje.
-No te preocupes. Las ventanas estan polarizadas.
-¿Y tus padres?
-Estan de viaje. Además, no les molesta que traiga chicas a la casa.
-Bueno. Pero igual me sentiría más cómoda en tu habitación.
-Es una escusa para entrar a mi habitación ¿verdad?- se levantó del sofá y se quito su camisa azul.- te llevare a la habitación si te quitas la blusa.
-¿Disculpa?
-Si. Yo ya me quite la camisa. Te toca quitarte o la blusa o los jeans.
Gire los ojos, me levanté del sofá y me quite la blusa quedándome con mi sostén negro sexy. Y digo sexy porque era un poco ralo.
-Te ves preciosa. ¿Quieres que te lleve cargada?
-¿No crees que sería muy de pareja?
-No si te quitas los jeans.
-Olvidalo, puedo caminar.
Me dirigió hacia las escaleras, subí. Con una mano me señaló su habitación.-Pasa.
Camine hacia su habitación. Abrí la puerta y al hacerlo me levantó por la cintura y me tiro a la cama cayendo sobre mi. Su rostro ezboso una sonrisa ladeada y me beso. Poco a poco fue metiendo su mano por debajo de la cinturilla de mis jeans. Cerré los ojos y de nuevo vi a Yena, parada en la puerta observando nos con rabia.
-Espera- le dije a Jared separandolo de mi posando mi mano en sus muy ceñidos musculos.
-¿Qué tienes?
-Me siento mal. Yena también te quiere y le prometí no meterme con tigo sin antes hablar con ella.
-¿Sin antes hablar con ella? -pregunto con voz sarcástica.- No es tu madre.
-No pero es mi mejor amiga y se lo prometí.
Jared se levanto liberandome de entre la cama y su cuerpo.-¿Si hablas con ella podras estar con migo?
-Claro que si. Tu sabes que me gustas y nada me haría más feliz que estar con tigo.
-Bueno -me dio un beso cortó.-por lo menos dejame sentir como serían tenerte en mi cama una noche. Sin ropa. No te preocupes...-dijo levantando las palmas de las manos.- no te haré nada pero dejame tenerte en mi cama. Una probadita de como seria tenerte.
Me levante y me quite los jeans. Me acosté en la cama y lo observe esperandolo. Se quitó sus pantalones y se acosto a mi lado cogiendo las sabanas para cubrirnos. Me rodio con sus fuertes brazos y me beso mortiendome el labio. Tuve el impulso de lanzarme sobre el pero me resistí. Una promesa es una promesa además no estaba lista para hacerlo en ese mometo.
ESTÁS LEYENDO
¿Mi Mejor Amiga?
RomanceNo se que paso. Eramos buenas amigas, que digo buenas, eramos las mejores amigas pero eso cambio. Es definitivo que las personas siempre cambian, sea para bien o para mal, siempre cambian. Lo peor es que, al cambiar ella, cambie yo, y ahora logro ve...