Diecinueve:
Estabamos todos sentados en una gran mesa, Richard al lado de Tomas, Mimi y Wanda hablaban sin parar, Alan estaba a mi lado, note que cada cierto tiempo, me miraba de soslayo. Sentía como mis mejillas se enrojesian cuando me observaba y sonreía. Coley me sacó de mi paraiso de Alan. Lo observe con el ceño fruncido, más vale que valga la pena, estaba perfecta ilucionandome con besar a Alan.
-¿Qué pasa?
-Tengo que hablar contigo-observo a todos mis amigos-, a solas.
Me levante de la mesa, observe a mi hermano, parecia nervioso. Detras de el observe una cabellera rubia, ojos azules y un traje de playa muy hermoso, ¡Astrid! Sonrei al ver que mi hermano la volteaba a ver y jugaba con sus manos, evidentemente nervioso.
-Atrid quiere que la lleve a casa... a solas.
Me mordi el labio para evitar romper en risa, la chica quiere estar con Coley y el se lo complica por ser tan timido.
-¿Cuál es el problema?
-Soy un asco, no se como hacer esto, ella ya debe de saber y yo parezco un niño que lleva la letra V grabada en la cara.
-Solo, se tu mismo y tranquilizate, tal vez ella te enseñe- se me escapo una risita.
-No es gracioso, y si me rechaza por parecer un niño.
-Coley, eres un niño.
-Mad, tener 19 años, casi 20 sin experiencia es una verguenza.
-Claro que no, es...lindo, eso significa que tu primera vez sera con la chica que en verdad te gusta y ella parece morirse por ti.
Ambos observamos a Astrid, ella cruzo mirada con mi hermano y le sonrio de una forma nerviosa e inocente. Me agradaba, me gustaba que higiera feliz a mi hermano y tambien lo hiciera temblar.
-Mira-le dije tomandolo de los hombros-ve con ella, llevala a casa, pon velas aromaticas, música tierna y compra protección.
-¡Mad!
-¿Qué? No queras terminar siendo papá, o si.
Me observo, tenia las mejillas de un suave color rosa, tenia miedo, estaba nervioso, pero igualmente parecia enamorado de esa chica.
-Has lo que te dije, llevala a casa, y demuestrale que eres digno de su amor.
Asintio. Se dio vuelta, dirigiendose a Astrid. Unos brazos me tomaron por la cintura, observe sobre mi hombro a Alan. Estaba sonriendo, mirando a mi hermano irse con Astrid.
-Me pregunto si en tu primera vez tambien te veras como él.
Me di vuelta, entrelace mis dedos detras de su cuello.
-Por lo menos sabre que no sere la unica con su primera vez.
-Mad, no quiero que engañes a tu novio...
-Ya no estoy con él, desde lo que paso hoy lo unico que siento por él es asco.
-Aun no me has dicho que hizo.
-Y confia en que te lo dire, cuando este lista. No fue algo bonito.
Alan me sonrio de la misma forma sexy que me encanta, que me derrite y me hace caer a sus brazos. Beso delicadamente mi mejilla, rosando mis labios, me dieron ganas de besarlo pero si no me beso es por algo, esta esperando el momento para volverme a besar como lo hace. Y sabre esperar el momento.
Coley:
Llegamos a casa, estaba completanente a obscuras, Yena y su novio raro salieron, Jared no me interesa, mi hermana esta con Alan y mi padre fue a ver a una vieja amiga de la escuela. Dice que siempre estuvo enamorado de ella pero creia que ella merecía más de lo que él le podía dar, por eso nunca le dijo lo que sentía por ella. Astrid tomo mi mano, estaba fria y pequeña, las unicas manos femeninas que habia tomado eran las de mis hermanas y sus manos eran casi del tamaño de las mias. Bese su mano, me sonrio, su sonrisa parecia brillar cada vez más, sentía quererla cada vez más, la amaba.
Entramos a la casa, sin que ella lo notara compre una cajita de 20 protectores, no vendian por menos.
-Te amo-le susurre en el oido, note que se poso rojita, era hermosa.
-Y yo a ti.
La lleve a mi habitación, no mas entramos sentí que me sofocaba, estaba muerto de miedo. Amaba a esa mujer y no quería perderla por nada del mundo. La tome de la cintura, extrañamente sus labios me daban una extraña sensación de seguridad. Note que su labio inferior temblo, la observe a los ojos, se miraba nerviosa. Seré yo, o... Oh por Dios. Astrid es...Me tape la boca con una mano, sorprendido, no me lo creí.
- ¿Estas bien?-me pregunta con la voz temblorosa.
-¿Es tu primera vez?-note que sus mejillas cambiaron un color rosa pálido, se miraba hermosa y la luz de la luna hacia que sus facciones se miraran mucho mas bellas que nada en el mundo.
-Para ser te sincera, sí, y estoy algo nerviosa.
Me sorprendió, cómo una chica tan hermosa como ella puede estar igual que yo y querrá borrar la letra V conmigo.
-Estamos iguales-sonrió, me abrazo y me beso delicadamente. Sus labios tenía un dulce sabor a chocolate-. Y te prometo que eso no impedirá que pasemos una grandiosa noche.-la bese de nuevo, su labio ya no temblaba. La fui acostando en la cama poco a poco, su cabello rubio se vio como una laguna dorada en medio de un paisaje oscuro de mi habitación.
Cuando estaba a punto de acostarme sobre ella, la puerta de mi habitación se abrió, escuche una carcajada escandalosa y al hombre que ayudo a mi madre a traerme al mundo. Cuando su mirada topo conmigo sobre Astrid, tapo su boca y pronuncio un pequeño "Oh". Entro a mi habitación, balanceándose de un lado a otro, evidentemente ebrio. Me pego en el trasero, soltando una gran carcajada.
-Ese es mi hijo-dijo sentándose en una silla al lado del escritorio-, demostrándole a su hermosa novia que es un hombre y no una mariposita-volvió a reír exageradamente-. Sigan en lo que estaban, yo no molestare, solo te corregiré cuando hagas algo mal.
Me senté en la cama, Astrid se sentó al lado mio, sus mejillas estaban de un tono rojo fuerte. Mi padre se inclino y luego se levanto de la silla.
-Lo siento, creo que interrumpí algo importante, creo que mejor me iré. Feliz noche. Usa protección.
Astrid se quedo sentada en la orilla de la cama, con las mejillas aun rojas. ¿Cómo no se me ocurrio cerrar con llave? Me acoste en la cama y me tape el rostro con una almohada. Eso fue muy vergonzoso
ESTÁS LEYENDO
¿Mi Mejor Amiga?
RomanceNo se que paso. Eramos buenas amigas, que digo buenas, eramos las mejores amigas pero eso cambio. Es definitivo que las personas siempre cambian, sea para bien o para mal, siempre cambian. Lo peor es que, al cambiar ella, cambie yo, y ahora logro ve...