"¡¿Ella?!"

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N E R U

Ya van dos semanas desde que Len y esa pobre diabla estaban juntos. ¿Qué se creía esa niñata?, ¿qué se quedaría con Len?, obviamente eso no va a pasar, con Len nacimos para estar juntos y ella no me va a arruinar eso, por eso decidí separarlos. Para eso encontré un aliado, un pobre diablo que andaba vagando solo y que, ¡justo!, esta enamorado de la mosquita muerta, y ya teníamos listo nuestro plan, ahora solo falta realizarlo.

L E N

Iba caminando por el pasillo, tratando de llegar a mi casillero para dejar mis libros de la clase que acabo de tener y recoger los de la siguiente, pero para mi mala suerte, no pude realizarlo, porque Neru se cruzó en mi camino.

-¡Hola, Len!- me dio la sonrisa más falsa de todas para luego aferrarse a mi brazo-acompáñame al patio.

-No, estoy ocupado-trate de sacármela de encima, pero se afirmaba tan fuerte, que me estaba enterrando sus uñas en mi brazo.

-Lo que sea que estés asiendo, puede esperar, vamos.-tire mi brazo, pero no hubo caso, me termino arrastrando hasta el patio, donde terminamos bajo un árbol llorón.

-¿Qué hacemos aquí?-mire el lugar y luego a ella, confundido.

Ella dio una mirada detrás de mi hombro y luego la volvió a mi- Esto.-se acercó rápidamente a mi y me plantó un beso apretado, trataba de separarla, pero no podía, me estaba afirmando muy fuerte, ella tenía sus ojos cerrados, ¿disfrutando el beso?, no lo sé, yo los tenía abiertos tratando de encontrar la forma de alejarla de mi, hasta que pude, la empujé fuerte, tanto que casi pierde el equilibrio.

-¡¿Qué haces?!, ¡¿Cómo se te ocurre besarme?!

-Porque necesitaba que ella lo viera.-volvió a dirigir su mirada detrás de mi hombro. Me di la vuelta rápidamente, solo logré ver la silueta de _____ adentrarse rápidamente al edificio y a un chico de cabellos blancos reírse en mi cara.

-¡Eres una idiota!-me dirigí a Neru, se que no debería tratarla así, pero estaba enojado y no debió hacer esta estupidez.

Corrí detrás de _____, necesitaba explicarle, yo nunca le haría esto.

No la encontraba por ningún lado, hasta que escuché sollozos provenir de un salón que nadie usaba. Me adentre y la busqué con la mirada; estaba tirada en el suelo, aferrándose de sus piernas y escondiendo su rostro entre sus rodillas. Me acerqué a ella y me senté a su lado.

-_____ dejame explicarte...-intenté abrazarla, pero me alejo.

Sus ojos llenos de lagrimas se posaron en mi, intentaba decir algo, pero no lograba formar las palabras, nos estuvimos mirando unos segundos hasta que finalmente algo salió de sus labios-¿Ella?-fue casi inaudible, su voz salió entrecortada y rota, luego volvió a guardar silencio y mirarme esperando una respuesta.

-_____...ella me besó a mi, te lo prometo. Te jure que te demostraría mi amor y que no volvería a romperte el corazón, nunca te engañaría de esta manera, nunca volvería a arruinar esto que tenemos.-Toque suavemente su mejilla, limpiando una lagrima que iba cayendo, ella sorbió su nariz para luego limpiar con su hombro un lado de su rostro.

-Entonces, ¿que fue lo que vi?, estaban besándose bajo el árbol, no creo que fuera un efecto de la luz- eso quiso sacarme una risa, pero me la guarde, no era el momento.

-Ella me obligó, supongo que lo estuvo planeando para que tú lo vieras y terminarás conmigo, pero te prometo que los únicos labios que quiero besar-me acerque más a ella y arreglé su cabello, acomodándolo detrás de su oreja-Son los tuyos.

-Len...-nos íbamos acercando lentamente, sus ojos ya no estaban fijos en los míos, sino que se enfocaron en mis labios, y no mentiré, yo hice lo mismo. Con calma termine con esos centímetros que nos separaban y la besé con suavidad.

Al separarnos me puse de pie y estiré mi mano en su dirección-Vámonos de aquí, creo que ambos merecemos un helado, preciosa-le di una sonrisa y ella tomó firme mi mano para poder levantarse y alejarnos en el pasillo.

Amaba tomar su mano, era suave y cálida, por unos segundos me permití apreciar sus facciones, su nariz era fina y puntiaguda, sus mejillas estaban rojas y sus ojos un poco hinchados por llorar.

Es una chica sensible, guarda mucho amor en su corazón y soy afortunado por ser el que lo recibe, nunca haría nada para lastimarla, podría dejar que ella me destruya en mil pedazos, pero jamás podría yo destruirla, no otra vez.

El chico popular y la chica emo (Len y Tu) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora