Luego de que me anunciara que haríamos una nueva locura, nos despedimos... aunque la despedida vino por parte de él.
Bloqueé el celular y me tendí sobre el colchón empezando a recordar las cosas que habían sucedido tan sólo unas horas atrás. Definitivamente jamás me había imaginado haciendo algo como lo que había hecho, pero el simple repaso de aquello traía consigo una sonrisa inmediata en mi rostro... Eso me aseguraba que iba a ser una vivencia que permanecería en mi mente por varios años y que me haría sonreír, y hasta reír, cuando la recordase en el futuro.
—¿Qué hora es? —me preguntó Tatiana sorprendiéndome y trayéndome de nuevo a la realidad.
—Cinco y veinte —respondí luego de alcanzar mi celular.
—Prepará los mates que ya me levanto —me pidió mientras se incorporaba. Estaba por acotar algo, pero preferí guardar silencio y me levanté.
Fui a la concina mientras desataba mi cabello para volver a atarlo en un rodete. En el living estaba Martina mirando un programa en Disney Channel. Ver aquellas imágenes me devolvió a mi niñez por unos segundos. Continué mi camino y me dispuse a preparar unos mates tererés. Cuando finalicé me senté al lado de ella en el sofá mientras esperaba a que Tatiana se levantara.
—Hoy se estrena esa película —me dijo señalando la pantalla, donde estaban pasando lo que parecía ser el tráiler de la misma—. Pero mi mamá no puede llevarme.
—¿Por qué no puede?
Se encogió de hombros.
—Me dijo que va a poder la semana que viene, pero seguro tampoco puede.
—¿Y tus amigas no van? —le pregunté tratando de encontrar alguna solución para ella.
—Romi está de vacaciones y si voy con Laura van a ir sus hermanitos con la mama... y sus primas, amigas... y no me gusta.
Estaba por preguntarle por qué, pero supuse que se debía a esa incomodidad que tenemos cuando somos chiquitos y tenemos que estar con gente que no conocemos... Incomodidad que yo seguía sintiendo con dieciocho años, salvo que lograba dominarla en cierto sentido.
—Bueno, hagamos una cosa —anuncié feliz con la idea que se me había ocurrido—. Si llega el lunes y tu mamá todavía no puede, voy con vos —Una sonrisa se dibujó en su rostro—. Podemos decirle a Tati que vaya.
Negó rápidamente.
—Tati nunca quiere ir conmigo y yo quiero ir con vos sola —me pidió casi suplicante lo que me hizo soltar una risita. Me ponía muy feliz saber que ya me estaba ganando su confianza, la cual ya había ganado el año pasado pero que parecía diluirse con el tiempo que pasábamos lejos.
—Está bien, el lunes vamos.
—¡Si! —exclamó dando pequeños aplausos, lo que me recordó a las reacciones de Tatiana. No cabían dudas de que eran hermanas; aquello parecía venir de familia.
—¿Tu mamá salió? —le pregunté luego de unos minutos, tratando de buscar un tema del que hablar mientras mi prima se dignaba a aparecer.
—No, está limpiando y ordenando la pieza esa —me dijo señalando la que se encontraba al lado de la de Tatiana.
—Voy a ver si necesita algo.
—¡No! —me detuvo en seco—. No entres ahí, está prohibido para las visitas —me advirtió sin despegar los ojos del televisor—. Es un gran despelote. ¡Un enorme despelote! —rió cuando volví a sentarme a su lado.
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Locuras enlistadas
General FictionRegina ha estado esperando las vacaciones de verano todo el año. Y cuando al fin llegan, emprende su viaje... un viaje que le deparará muchas sorpresas. Yago sólo tiene un objetivo en su rutina: Buscar siempre la diversión y hacer de cada locura un...