Capítulo 6: Días libres.

159 14 4
                                    

Por fin, en la ajetreada agenda de Muse, existían unos días libres. Sin conciertos, sin entrevistas, sin nada. Sólo Matt, Dom y Chris siendo personas normales. Los chicos estaban en Londres, así que Yancy y yo podíamos pasar con ellos todo el tiempo. Bueno, al menos Yancy, quien estaba más que feliz con Dominic.

Si Yancy me había dejado en el olvido cuando le gustaba Dom... Siendo novia del rubio era peor. De camino a los conciertos, el único tema de conversación era el chico Howard. Que le había escrito en AIM¹, que era el chico más perfecto, que su cabello rubio era el cabello más perfecto... Y cuando llegábamos, Yancy me dejaba en la puerta y corría hacia él. Lo típico, hasta que se besaban. Eso era nuevo. Oficialmente, Matt y yo éramos los únicos solteros en el grupo, aunque eso era cuestionable. Respecto a él.

Jenna sí había cumplido su promesa de verlos en otra ocasión. Esa «Otra ocasión» resultó ser el día siguiente a su aparición. Y Matt y ella hablaron todo el rato. Entre Chris y Kelly, Dom y Yancy y Matt y Jenna... Mierda, yo era la que sobraba. Así que se me había hecho costumbre llevar libros de bolsillo. Así, cuando todo el mundo se ponía a hablar, dejándome a mí más sola que un nabo, tenía algo que hacer. Por suerte, las veces en las que Jenna no estaba, él no hablaba sobre Jenna o sobre cómo ellos fueron muy amigos. Hablábamos de las mismas cosas aleatorias de siempre.

Terminé aceptando la explicación de Yancy acerca del extraño sentimiento; al menos una parte. Eran celos, sí, pero no porque Matt me gustara. Eran celos porque en realidad yo no tenía a nadie con quien hablar aparte de él, así que me molestaba que ella llegara y lo alejara de mí. ¿Ven? Celos, pero no por atracción.

En fin, luego de esos días de descanso, ellos debían viajar a Tokio, Japón, para un concierto en marzo. Era genial. Yancy y Dom nunca se habrían separado tanto. Kelly se quedaría con nosotras, y le habíamos prometido a Chris cuidarla tan bien cómo se lo merecía. Porque, siendo muy sincera... Kelly era la mejor chica en el mundo. En definitiva, esos días de relativo descanso eran como el cielo para la banda.

Desgraciadamente, días de descanso para la banda significaban días de trabajo para mí, puesto que había dejado en el olvido al trabajo en la tienda de perfumes por ir al noventa y cinco por ciento de los conciertos de Muse luego que los conocí. Mi empleo pendía de un hilo y tenía que ganar dinero para poder ir a la universidad. Layla se alegró cuando me vio regresar a mi aburrido puesto: La vitrina. Con un gesto de resignación, saludé al tester.

Yancy, la heredera del veinte por ciento de la fortuna de los Saint Lauren, no debía preocuparse por un empleo. Ella estaba muy feliz, pasando con los chicos los días libres. Bueno, seguramente sólo con Dominic. Chris y Kelly podían salir y hacer sus cosas. Y Matt... Ni idea de lo que hacía. Aunque no descartaba la posibilidad que estuviese con Jenna. En fin...

Un día, mientras yo me aburría en espera de clientes, divisé a Matt entrar. ¿Cómo rayos sabía dónde trabajaba? Mi primer pensamiento fue Yancy, Dom o ambos. Inspeccionó el establecimiento detenidamente hasta que sus ojos se encontraron con los míos. Sonrió y empezó a acercarse a mi puesto, sin dejar de verme y sonreír. Me parecía que yo también sonreía, mirando fijamente sus ojos azules. Cuando llegó a mi puesto, me saludó:

-Hola, Bev.

-Hola, Matt.

-¿Cómo estás? -preguntó y se apoyó en la vitrina. Suspiré: ¿Por qué todo el mundo se apoyaba en la vitrina?

-Muy bien. Bueno... Algo cansada. Odio trabajar -mencioné-. ¿Y tú qué has hecho?

-Absolutamente nada. Chris y Dom tienen novia, así que me han dejado a mi suerte estos días.

-Qué triste. Y... ¿Jenna? -La sensación volvió. «Son celos, pero no porque él te gusta», me dije a mí misma.

-No la he visto muy seguido. La mayoría del tiempo he estado solo, escribiendo.

Bev & BellamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora