Beverly.
Si tenía que definir los días en los que Muse estuvo lejos con una sola palabra, creo que lo haría con la palabra «horror». O «tortura», cualquiera servía.
Sin conciertos, sin salidas, sin conversaciones extrañas, sin Matthew... Estaba más aburrida y desesperada que un caracol en una pecera. Además, Yancy y Kelly no dejaban de hablar de sus respectivos novios, y eso me ponía aún más molesta.
¿A quiénes recibirían con un meloso beso y palabras cursis? Obviamente a las chicas que sí eran lo suficientemente valientes como para salir con el chico que querían. En cuanto a mí... No sé, tal vez Tom y Matt iban a saludarme con un amistoso apretón de manos, mientras que las adorables y felices parejas protagonizaban románticas escenas.
Estaba feliz por ellas, obvio, pero yo... Quería algo igual. Un reencuentro tan hermoso que hiciera que todos los reencuentros hermosos del mundo se vieran como entrevistas de trabajo. Porque, en esos horribles días de trabajo y aburrida rutina, me había dado cuenta que el asuntillo con Matt no era una simple atracción bonita.
Estaba más que atraída hacia él. Me gustaba de una manera que sólo creí que podría pasar con música. Bueno, él hacía música, pero además de eso me gustaba él. El vocalista, guitarrista y pianista de Muse, la banda que jamás pensé que llegaría a gustarme.
Los chicos estaban frecuentemente en contacto. A través de llamadas internacionales o usando AIM. No importaba la vía de comunicación, al menos podíamos hablarnos, y eso era bueno. La mayoría de veces eran o Dom o Chris, y cuando yo contestaba el teléfono me saludaban, hablaban un poco conmigo y procedían a preguntarme por las chicas.
Pero, cuando Matt era el que llamaba... Era otro asunto. Él y yo podíamos hablar por horas, de cualquier cosa. Como siempre, pero con la pequeña cuestión que él estaba a kilómetros de distancia de Londres... Y de mí.
En una de esas conversaciones me comunicó que tocarían en Nueva York. Obviamente estaba más que feliz por ellos, pero quería tanto que regresaran. Los extrañaba muchísimo y ya quería hablar con ellos de frente otra vez.
Como sea, luego de colgar el teléfono me miré una última vez al espejo. Tenía que ir a trabajar, como todos los días anteriores. Mi trabajo siempre me había parecido tedioso, pero nunca tanto como cuando los chicos estuvieron lejos. Cuando ellos estaban, tenía la certeza que podía verlos después. Pero en ese momento, sabía que no había nada más que hacer. Podía salir con Yancy y Kelly, pero no me apetecía para nada hablar sobre sus hermosos noviazgos.
Salí del departamento, esperando que ese fuera un buen día.
Matthew.
—Esta es nuestra última canción. Somos Muse, de Inglaterra, y, ah, esta es nuestra última canción. Es de... Es del album que hicimos. Se llama, ah, ésta se llama Showbiz. Gracias, adiós.
Y procedimos a tocar Showbiz, la última canción del concierto de ese día. El concierto, en mi opinión, había estado bien. Hubo un poco de retraso, pero nada que no fuese perdonable. Me sentía algo cansado, sólo quería llegar al hotel y descansar. A pesar de todo, la canción resultó genial y el concierto terminó. Los chicos y yo fuimos tras bambalinas para arreglar nuestras cosas y, finalmente, largarnos al hotel y descansar.
—¿Y cómo te pareció el concierto, Bells? —preguntó Chris, guardando su bajo.
—Creo que lo describiría como «Perfectamente soportable».
—¿Cómo? ¿No te gustó? —dijo Dom entrando.
—Estoy bromeando, idiota. Estuvo genial.
Creo que no se daban cuenta que había citado a Beverly la vez que nos conocimos. Guardé mi Gibson y los tres entramos en el auto de Tom, quien nos condujo al merecido descanso. En el camino me puse a pensar en varias cosas. Quería terminar una canción; pero no tenía inspiración, me estaba cayendo del cansancio, sólo quería dormir; y el auto de Tom olía a comida y eso me daba hambre.
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Bev & Bellamy
Fiksi PenggemarAquel día, Yancy me llamó y me rogó con todas sus fuerzas que fuéramos al MCM Cafe. Tenía dos entradas y Neil no iba a acompañarla. Su única opción era yo, y, para ser completamente sinceros, no me interesaba en lo más mínimo escuchar a una nueva ba...