Capítulo 8: On Air West.

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Llegamos a Londres como a las dos y media de la mañana. Todo el mundo dormía, a excepción de mí. Yo no había podido dormir, tantos pensamientos simplemente me alejaban del descanso. Tom y yo despertamos a todos y los guiamos a sus respectivas camas. Kelly y Chris se acostaron en la cama del alto y se quedaron dormidos al instante. Dominic se tiró en su cama diagonalmente y Matt cayó dormido sobre su cama tan pronto la tocó. Yancy se recostó en el sofá mientras yo convencía a Tom para llevarnos a nuestro departamento.

—Tom, sólo quería decirte que...

—¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo los conocieron? ¿Por qué se los llevaron a celebrar un día antes de nuestro importante viaje? —preguntó él con un tono tan severo que me recordó a mi madre.

—Oye, primero que nada cambia tu tono conmigo, porque no nos conocemos. Me llamo Beverly y ella es Yancy. Conocimos a Muse al final del concierto en el MCM Cafe de París, hace unos meses. Kelly sugirió celebrar el triunfo de los chicos, y decidimos ir a Exeter. No queríamos que regresaran a Londres tan cansados como lo están ahora. Pero te aseguro que irán allá y darán un concierto genial.

Tom me miró como si estuviera escaneándome y luego dijo:

—Y... ¿Es cierto que Dom está saliendo con tu amiga?

—Sí, desde el cursi y meloso día de San Valentín. Llevan poco tiempo, pero se ven adorables.

—Ah. ¿Y tú?

—¿Yo qué?

—¿Desde cuándo sales con Matt?

—¿Qué? —Casi grité—. No, Matt y yo no salimos. Sólo somos amigos —respondí, bastante incómoda.

—¿En serio? Guau, de verdad creí que eras su novia. Lo he notado más feliz, más centrado en su música... No lo sé, está diferente, y creí que era porque por fin había encontrado una chica.

—Pues no soy yo, te lo aseguro. Se encontró con una chica llamada Jenna hace unos días, tal vez ella sea la...

—No, cállate —me interrumpió—. Hasta una piedra se da cuenta que Jenna siente algo por Matt. Sin embargo, él no siente nada potencialmente amoroso hacia ella. Tan sólo una profunda amistad y un gran sentimiento de agradecimiento por el apoyo. Eso es todo.

Así que a Matt no le gustaba Jenna. «¿Lo ves, Bev? ¡Estás ganando! Tú y tu estatura de gnomo». Muy bien, ¿Cómo podía apagar a mi subconsciente?

—¿En serio? Vaya, eso es nuevo. Creí que a él también le gustaba.

—Estabas equivocada. La verdad, es muy difícil saber cuando ese Bells está enamorado. Sabe controlar muy bien sus sentimientos. Pero ciertas cosas lo delatan. Por ejemplo, en su vida había bailado con una chica, ¿Sabes?

«No puedo creer que al chico le gusten los duendes. Pero, así es».

«Cállate, por el divino amor de Nirvana».

«Oye, no metas a la religión en esto».

—¿Estás bien? —La voz Tom terminó abruptamente la pelea entre mi subconsciente y yo—. Estabas viendo al vacío y me asustaste.

—Oh, lo siento. Estaba pensando. Oye, lo que iba a decirte antes de ser vilmente interrumpida, era que en serio te agradezco por habernos traído a Yancy y a mí a Londres. Pero, tenemos que regresar a nuestro departamento, y me parece que caminar hacia él, a las tres de la mañana, es tentar a la suerte. Así que...

—Claro, Beverly, yo las llevo. Me agradan, pese a que descontrolaron a mis chicos.

—Eres el mejor. Por cierto, puedes decirme Bev.

Bev & BellamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora