Capítulo 1: El viaje a París.

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El olor de la tienda era entre agradable y molesto. Los perfumes de hombre y de mujer se mezclaban en el aire, creando una atmósfera algo saturada. Yo estaba detrás de un mostrador, ofreciendo pruebas de un nuevo perfume para mujer. El olor no estaba mal, pero no era de mi predilección. Aquel era frutal, mientras que a mí se me daban los florales. Una mujer se acercó al mostrador, viendo con interés las botellas de perfume que estaban en la vitrina. Acerqué el tester a su muñeca y pregunté:

-¿Le gustaría probar la nueva fragancia? Le está yendo bastante bien y además... Usted tiene una chispa que combina con el perfume.

-¿En serio? Bueno, creo que le daré una oportunidad, linda.

La señora sonrió y rocié suavemente el perfume sobre su piel. Ella agitó su brazo un poco y luego olfateó. Me miró, volvió a oler su brazo y dijo:

-Creo que me llevaré una botella. Tenías razón.

Sonreí complacida y le di una caja sellada.

-Tome, puede pagarlo en la caja cerca de los perfumes de Dior.

La mujer se despidió, se alejó y yo me apoyé en la vitrina. Luego recordé que no debería hacerlo y me incorporé. De pronto divisé a mi mejor amiga Yancy a lo lejos, buscando mi puesto. Deseé esconderme y evitar su presencia.

No me malinterpreten, amaba a Yancy más que a mi madre, pero durante esos últimos meses ella había estado... Insoportable. Todo había empezado en julio, cuando nos hallábamos limpiando su habitación y encontré un CD en un cajón. La portada era sencilla: Una foto de muchas personas con efecto azul y en el centro se leía con letra enorme: «MUSE - UNO».

-¿Qué es esto? -pregunté mientras abría el CD.

-Ah, es de Mike -su excéntrico ex novio-. Se lo devolveré luego.

¿Se lo devolvió? No, jamás. Lo escuchó después que me fuera de su casa y luego, un cuarto a las doce de la mañana, me llamó diciendo que había encontrado a su banda favorita. Le pregunté qué rayos le pasaba y ella me explicó con lujo de detalles que había escuchado el CD de Mike y que ahora iba a fingir demencia si un día él llegaba y le preguntaba por el CD. Declaró amor completo e incondicional por una canción llamada Jimmy Kane y juró que algún día iba a conocerlos.

Y fue el inicio de la tortura.

A los días salió Cave y Yancy fue de las primeras en conseguirlo. Fue ahí cuando entregó toda su devoción a esa banda.

En fin, ella me distinguió (Aunque yo estaba de espaldas) y gritó mi nombre, que se escuchó en toda la tienda. Escuché el sonido de sus bailarinas corriendo hacia mí y me preparé para cualquier noticia. Las posibilidades iban desde un nuevo novio hasta otro testamento escondido dejándole todo a ella. Giré y miré a Yancy frente a mí. Ella estaba exaltada, emocionada... Seguro eran noticias increíbles. ¡Tal vez había encontrado un nuevo departamento para las dos!

-Bev, a que no adivinas las buenas nuevas -mencionó y se apoyó en la vitrina.

-¿Nuevo departamento?

-No.

-Entonces, ¿Qué?

-Iremos a París.

-¿Qué?

Y ambas, cómo si fuéramos niñas pequeñas, nos tomamos de las manos y saltamos al mismo tiempo. ¡París! ¡Oh por Morello!

-¿Y por qué? -pregunté mientras me acomodaba el cabello luego de los saltitos.

-Porque sí. Neil consiguió los boletos y todo.

-Ese tu novio Neil vale un millón de dólares.

-Lo sé.

Le di un abrazo y nos pusimos a hablar de varias cosas, y cuando mi jefa hacía su aparición Yancy fingía ser un cliente muy difícil. Amaba a esa chica extremadamente femenina con nombre de chico.

Cuando ella era niña le hacía alusión a su nombre: Siempre estaba sucia, con el cabello recogido en una coleta alta y jugando fútbol rudo. Sus dientes de leche los había perdido todos debido a peleas con chicos. Luego llegó la pubertad y... De «Yancy ruda» no quedó más que el nombre. Conoció el maquillaje, los vestidos, las bandas de cera fría para depilarse... Se había convertido en una auténtica chica, en resumen.

Cuando mi turno terminó, ambas nos fuimos a nuestro departamento. Mientras hablábamos, Yancy empezó a cantar algo como «Please close your ears and try to look away, so you'll never hear a single word I say...». Yancy cantaba bastante mal, pero me llamó la atención la línea que recién había cantado.

-¿Qué cantas?

-Es de Muse. Se llama Cave.

-Ah.

-Bev, deberías darles una oportunidad.

-Ni aunque Tom Morello bajara del mismísimo cielo y me lo impusiera.

Yancy paró en seco. Suspiré pesadamente y me volví para verla.

-A ver, ¿Por qué quieres que los escuche? ¿Para ser una fanática cómo tú? -le pregunté. A ver si su argumento era válido.

-No. Es que... Mira, hay una canción, Escape, que es buenísima. Y no sólo en cuestiones de ritmo. La letra es tan... Asombrosa. Y llena de significado. El chico sentía un auténtico dolor cuando la escribió y cantó. No sé, Bev, yo siempre he pensado que te gusta la música con significado.

-Sí. Pero, Yancy, son de Teignmouth.

-¿Y eso qué?

No supe qué responder. Yancy suspiró y continuamos con el trayecto sin cruzar palabra. Genial, se había molestado, y todo por una banda. Aunque, de cierto modo, mi contrapunto era bastante estúpido.

***

Unos días después, Yancy me llamó al trabajo. Layla, mi única amiga en la tienda de perfumes, me tendió el teléfono con cara de molestia y movió los labios como diciendo: «Es Yancy». Tomé el teléfono, recé para que no fuera algo estúpido y me llevé el auricular al oído:

-Yanc... -empecé a decir.

-¡Bev, buenas noticias! -me interrumpió ella de inmediato- ¡Conseguí dos entradas para ver a Muse en el MCM Cafe!

MCM Cafe... París, Francia. Y de pronto supe por qué viajaríamos allá.

-Yancy, déjame ver... ¿¡Vamos a ir a París sólo para ver a tu ridícula banda en vivo!? Me estás jodiendo, ¿Verdad?

Y Yancy me explicó que, en realidad, iríamos a París en busca de una vida mejor. Dos jóvenes sin nada que hacer, buscando el sueño dorado en Francia. Incluso dijo que tal vez podríamos ir a la universidad allá. Bueno, verdad o mentira, no me perdería del viaje. Así que, para librarme del suplicio de ver a Yancy enloquecer por tres chicos raros, dije:

-Excelente. ¿Cuándo es el concierto?

-10 de noviembre.

-¡Magnífico! Espero que Neil y tú se diviertan mucho, que el baterista te haga caso y...

-Bev, no entiendes nada. Neil no irá con nosotras. ¡Iremos tú y yo a París y al concierto!

Hice respiraciones por dos minutos, pero no ayudó, y Layla corrió a otro lado para reírse de mí. Me acerqué el teléfono, lo consideré y luego grité a todo pulmón:

-¡Yancy Saint Lauren, te juro por Tom Morello que no voy a ir contigo a ese concierto!

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Hola :)

Aún no aparecen mis amores, lo sé, pero no falta mucho :3

Vota y comenta, me haría feliz *-*

Tay.


Bev & BellamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora