Capítulo 5: Norwich Arts Centre.

161 13 5
                                    

Yancy Saint Lauren, la menor y última hija de Maverick y Emily Saint Lauren, estaba tan obsesionada con el baterista de Muse, Dominic Howard, que literalmente habíamos asistido al noventa por ciento de los conicertos después del London Astoria.

Matt y yo nos habíamos acostumbrado a salir a comer algo o a caminar luego de los conciertos. Pero era de esperarse. Cuando tu mejor amiga te tira en el olvido por contemplar y arreglar a su gran amor y el bajista tiene novia y disfrutan estar juntos, la única opción que tienes es unir fuerzas con el único soltero que queda. Bueno, Yancy y Dom no eran pareja aún, pero a veces lo parecían más que Kelly y Chris.

En fin, dado que Matt y yo no estábamos con nadie y, aparentemente, no estábamos interesados en alguien; cuando terminaba un concierto y la adoración por parte de los fans, cada «pareja» se iba por su lado, acordando encontrarse en el hotel o donde sea que estuviesen. Chris y Kelly, Dom y Yancy, Matt y yo.

La primera vez que escuché Unintended, no lo hice poniendo Showbiz en nuestro equipo de sonido. La escuché desde el CD que Matt me había dado. Y, debo admitir, que esa era mi canción favorita, junto a Falling Down. Dios mío, esa canción era perfecta en todos los ámbitos. La voz, la guitarra, el ritmo, la letra...

***

Muse iba a dar un concierto en el Arts Centre de Norwich el día de San Valentín. Muy, muy bonito. Sobra decir que Kelly y Chris ya habían hecho planes. En cuanto a Yancy, me había revelado que iba a invitar a Dom a tomar algo luego del concierto. Eso fue un total plot twist, puesto que últimamente Dom invitaba a Yancy luego de tocar.

Así que, ahí estábamos. Yancy arreglaba a Dom de nuevo, porque le había dado por ser la estilista personal del rubio. Dominic, además de quedarse quieto mientras Yancy peinaba su cabello, charlaba animadamente con ella. Kelly y Chris hablaban, se reían y, ocasionalmente, se daban pequeños besos.

Yo, por otra parte, hablaba con Matt acerca de cualquier cosa. Hablábamos de tantos temas, que podían ir desde por qué el piso del local era de tal color hasta teorías sobre múltiples universos. En ese momento, el nombre de Yancy.

-¿Entonces sus padres intentaron tener una chica cuatro veces? -me preguntó. Estábamos sentados en un sofá, comiendo muffins y tomando agua a temperatura ambiente.

-Sí, Y se decidieron por un nombre de chico que sonara como de chica. Estamparon el nombre «Yancy» en su ropa, sus cosas, su habitación... No puedo ni imaginarme la cara de sus padres cuando les dijeron que el bebé era niña. Tuvo suerte.

Yancy miró en nuestra dirección y dijo:

-¿Podrías dejar de hablar de eso, Bev?

-Oh, por favor. Los nombres de sus hermanos, en orden de llegada -me dirigí a Matt. Yancy puso los ojos en blanco y siguió con Dom-. Taylor, Cameron, Morgan y Kendall. ¿Ves? Todos nombres unisex. Pero la pobre Yancy no corrió con la misma suerte. Para ella hubiese sido mejor un nombre unisex -sentencié y ambos reímos.

-Cambiaré mi nombre a Alex en cuanto obtenga mi parte de la herencia -dijo ella.

-A mi me gusta tu nombre. Es original -mencionó Dom. Yo miré a Yancy, se había ruborizado.

-Pues... Gracias -dijo la chica en voz baja, seguramente muerta de vergüenza.

Cuando faltaban pocos minutos para el concierto, Yancy acabó con el cabello de Dom, Kelly y Chris se despidieron de una forma tan tierna que casi me hace llorar y yo volví a desearles suerte a aquellos chicos extraños y talentosos.

-Hey, no me decepciones allá -le dije a Matt.

-Lo dice la chica que me proclama como un dios del rock.

Bev & BellamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora