Beverly.
—Yancy, por el amor de Dios, abre la puerta. ¡Vamos! —Llamé a la puerta de la habitación de Yancy, dando fuertes golpes. Era el día. Muse por fin regresaba a Londres.
Había pasado tanto tiempo sin verlos que casi no me acordaba de ellos. Okay, es broma, ¿Cómo no podría acordarme de ellos? Pero, en serio, habían pasado casi dos meses. Dominic me había dicho que habían cancelado un concierto en Alemania debido a dificultades técnicas, por lo que regresarían directamente a Londres.
—Bev, ellos vienen en la tarde. ¿Me dejarás dormir? —dijo Yancy cuando abrió la puerta, y sus ojos me miraban entre molestos y adormilados.
—Oh, vamos, ¿No quieres estar fresca para tu épico reencuentro con tu novio? —pregunté, mirándola y sorprendiéndome de cómo alguien que odiaba estar desarreglado podía estar como ella en ese momento. Su cabello pelirrojo estaba enmarañado y sucio, se había puesto una pijama viejo y descolorido y su rostro expresaba el más profundo cansancio. Dios me guarde.
Por toda respuesta, Yancy cerró la puerta frente a mí. Vaya, que buen humor. Me encogí de hombros y decidí tratar con Kelly. Ella seguro mostraba más emoción que Yancy por el regreso de Muse. Aunque, siendo realmente sinceros, nadie podía estar más exaltado que yo. Me moría por verlos otra vez, por abrazar a cada uno de ellos y comprobar si en realidad no estaba soñando con que habían regresado.
Además... Me moría por ver a Matt otra vez.
Había tenido dos largos meses para reflexionar el asunto con Matt, y había llegado a la conclusión que sí, me gustaba demasiado como para negármelo a mí misma. Sólo esperaba que él sintiera lo mismo. Cosa completamente cuestionable; puesto que, por un lado, Matt había bailado conmigo aquella vez en Exeter, y según Tom, él jamás lo había hecho. Pero, por otro lado, no le creía del todo a Kirk, porque seguramente Matt había bailado con alguna chica en su baile de graduación. Además, «él sabe controlar muy bien sus sentimientos». Pero también estaba aquella incómoda escena en el departamento. O todas las incómodas escenas, en resumen.
—Kelly Wolstenholme, deberías levantarte ahora mismo. ¿No sabes que día es hoy? ¡Hoy...!
—Hoy regresan los chicos —me interrumpió ella, frotándose los ojos—. Lo sé, Bev, lo sé. Pero ellos regresarán en la tarde.
—Sí... Pero, ¿No quieres...?
—Bev, lo único que quiero ahora es dormir. Mira, creo que es muy temprano para todo esto. ¿Ya viste la hora?
—Seis treinta y cuatro. No considero que sea muy temprano.
—Pues lo es —sentenció ella y se acomodó en el sofá de nuevo. Genial. Ninguna de las afortunadas novias de los chicos que querían se emocionaba por el hecho que al fin los veríamos de nuevo.
Entré en mi habitación, me tiré en mi cama y suspiré. ¿Cómo no podían emocionarse? ¡Estábamos a punto de reencontrarnos todos al fin y ellas actuaban como si fuera una cosa completamente normal! Me asustaban. Su actitud ante ese tipo de situaciones era sencillamente desesperante.
Saqué de mi mesilla de noche Showbiz. Se lo había quitado a Yancy y ahora era... Algo así como mío. Fantástico, ahora yo era la loca fan de Muse. Incluso tenía los singles de "UNO" y "Cave" junto con los que Matt me había dado. Lo admiré con un amor tan intenso, que sólo creí que pasaba cuando miraba uno de los CD's de Rage. Le di la vuelta. La gloriosa contra portada, con Muse en ella.
Abracé el CD y empecé a cantar Showbiz. Me quedé ahí casi por media hora, cantando todo el CD. En serio, ¿En qué estaba pensando cuando dije que jamás me gustarían? ¡Eran mi banda preferida! Después de Rage, obvio. Además, eran mis amigos.
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Bev & Bellamy
Fiksi PenggemarAquel día, Yancy me llamó y me rogó con todas sus fuerzas que fuéramos al MCM Cafe. Tenía dos entradas y Neil no iba a acompañarla. Su única opción era yo, y, para ser completamente sinceros, no me interesaba en lo más mínimo escuchar a una nueva ba...