Creo que Matt y yo teníamos una suerte increíble. Porque ninguno de los integrantes de Muse, ni siquiera las novias de éstos, repararon en que él y yo nos habíamos besado. O que ambos habíamos confesado la atracción que sentíamos por el otro. El único que tal vez sospechaba de algo era Kirk, puesto que él no había saludado a alguien tan efusivamente como Matt, Dom y Chris y, además, nos estuvo mirando con algo de curiosidad después que todos abandonáramos el aeropuerto.
Luego de eso, todos celebramos el reencuentro cenando en un restaurante bastante elegante. Los chicos fueron reconocidos en varias ocasiones, pero eso era de esperarse. Estaban creciendo, volviéndose más conocidos. La comida, obviamente, había estado buenísima y, afortunadamente, Matt y yo no cruzamos palabra en toda la noche.
Quería hablar con él, sí, y todo eso; pero luego de haber confesado algo tan grande (O al menos para mí) como eso...
No, no podía ni siquiera verlo sin recordar la cursi escena en el aeropuerto.Los días siguientes fueron relativamente normales. Todos nos actualizamos con lo que había sucedido en esos meses, y los chicos nos revelaron que estaban considerando seriamente un segundo disco. Todos gritamos, aplaudimos y nos emocionamos al escuchar eso. ¡Un nuevo álbum! ¡Nuevas canciones, nuevos videos, nuevos conciertos...!
Matt y yo, luego de haber aceptado que nos gustábamos, pasábamos mucho tiempo juntos. Incluso me había pedido su opinión respecto a si incluir o no un cover de una canción llamada 'Feeling Good'. Recordaba ese cover, lo había escuchado aquella vez en noviembre y me había gustado muchísimo. Así que, como una opinión al aire, le dije que la incluyera en el supuesto nuevo disco. A lo que Matt respondió que lo discutiría con el grupo, aunque si dependiera completamente de él la incluiría sin pedir más opiniones. A veces Matt era muy obvio con el tema de la atracción, lo que me hacía sentirme aliviada, porque era cierto. Además porque él me gustaba muchísimo y me sentiría muy avergonzada si sólo yo actuara como una enamorada.
Yancy y yo asistimos a todos los conciertos de Muse desde nuestro reencuentro. También Matt, Dom y Tom se consiguieron un departamento en Londres, que estaba a algunas calles de mi departamento con Yancy. Eso era fantástico, porque podíamos vernos más seguido. Los conciertos, como siempre, eran increíbles, y habían incluido de a poco nuevas canciones para interpretar en vivo.
Semanas después del reencuentro, mientras Yancy y Dom estaban de paseo por algún lugar a media mañana, Matt apareció en la puerta de mi departamento, con su guitarra Gibson en las manos. Su cabello desordenado se veía perfecto y se había vestido bastante bien. Me dijo que quería practicar pero que no quería hacerlo solo. Muy extraño, pero de igual forma accedí a dejarlo entrar y practicar en el departamento. De todas formas, había un concierto esa noche.
Seguro debió asustarse cuando abrí la puerta. Yo llevaba un pantalón de pijama viejo, rosa y con motivos, una camiseta blanca muy arrugada, y un par de pantuflas moradas y viejas. Pero, ¿No era obvio? ¡Eran como las nueve de la mañana!En fin, Matt se sentó en el sofá de tres plazas, seguro admiró el desastre de sala de estar que Yancy y yo teníamos, y procedió a hablar conmigo antes de tocar. Luego tocó, Minimum, principalmente. Luego me preguntó si tenía una guitarra acústica. Claro que sí tenía. Yancy había tomado clases por tres meses, pero decidió dejarlo de pronto; como muchos de sus pasatiempos. Al inicio tocó una canción llamada Natural Disaster y luego... Unintended. Mierda, incluso la cantó. Y yo estaba ahí, en el sofá de al lado, en fachas totales, con el cabello enredado y con una sonrisa de idiota que jamás había puesto en mi vida hasta ese momento.
Mierda, mierda, mierda... ¿Por qué tenía que gustarme tanto? Su voz me hacía estremecer, a veces me veía fijamente mientras cantaba y tocaba la canción, y lo único que yo podía hacer era sonreír más y parpadear. Sentía escalofríos, jamás en mi vida me había pasado algo así.
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Bev & Bellamy
FanfictionAquel día, Yancy me llamó y me rogó con todas sus fuerzas que fuéramos al MCM Cafe. Tenía dos entradas y Neil no iba a acompañarla. Su única opción era yo, y, para ser completamente sinceros, no me interesaba en lo más mínimo escuchar a una nueva ba...