Matthew.
—... Y hay chicas —mencionó Dominic al mismo tiempo que se lanzaba sobre su cama. Finalmente había terminado de llenar sus dos grandes maletas. Yo aún no había llenado por completo la mía.
—Sí, pero... Dom, tú tienes novia.
—No estoy diciendo que voy a dejarla. Pero... Tú tal vez podrías conseguirte una bonita chica francesa.
Suspiré mientras rodaba los ojos. Dom se encogió de hombros y se acercó hacia la mesilla de noche frente a su cama. El asunto del concierto en Belfort se había convertido en un pretexto para bromear con Bev y conmigo, como antes lo fue el nombre de la banda.
Pero, en esta ocasión, la broma no me molestaba. Me divertía.
¿Querían que me consiguiera una bonita chica francesa? Ya lo había hecho, sin siquiera ir a Belfort. La había conocido en Francia, pero por suerte ella ya no residía ahí, sino en Londres. Sólo que los idiotas aún no lo sabían. O fingían no saberlo, porque a veces Bev y yo éramos muy obvios.
Cómo sea, Dom sacó algo de un cajón y salió de la habitación. Dirigí una mirada a mi equipaje. Casi no llevaba nada, pero no iba a ocupar mucho. Luego del Solidays Festival regresaríamos al país, por lo que podría recoger más ropa o algo. Después a Grecia y volveríamos a Francia otra vez.
Mierda, ¿Por qué tenía que ser tan tedioso?
Me tiré en mi cama y cerré los ojos por un momento. Todo era genial. Promocionaba el primer disco de Muse por toda Europa, mi novia cumplía veinte años en unos días y todos lo celebraríamos en grande, para luego, el día siguiente, tocar mi banda y yo en un festival francés. Excelente.
—¡Buenas noticias, Matthew! —La escandalosa voz de Tom me hizo saltar—. Guau. No interrumpo nada, ¿o sí?
—No, Tom, absolutamente nada. ¿Qué sucede? —pregunté, incorporándome.
—Hmm, ¿sabes qué? Lo diré en cuanto Chris llegue y los cuatro estemos en la sala de estar —respondió con una sonrisa burlona.
¡Rayos! Kirk y su talento innegable para molestar a todo el mundo. En otro momento, tal vez sería divertido, pero ahora...
—¿Es con respecto al Eurocks? —pregunté.
—Exactamente, Mr. Bellamy.
—¡Entonces, dime!
—Hasta que todo Muse esté aquí.
Me pasé una mano por el cabello y me senté junto a mi maleta. Mierda, seguro Chris se tardaría años en llegar. Con lo mucho que odiaba despedirse de Kelly, aunque fuese por un momento.
Kirk y yo bajamos a la cocina. Ahí, Dom preparaba sándwiches mientras golpeaba la cuchara contra la encimera, creando un ritmo bastante genial. Lo primero que recordé al escucharlo fueron unos acordes que había estado tocando hacía poco. Lo miré fijamente, imaginando cómo sería una canción con ese ritmo, pensando en un tema para las letras...
—¿Qué acaso te gusto, Bells? —preguntó Dom, de pronto. Me estaba mirando y tenía una sonrisa burlona en los labios. Me dirigí al sofá de tres plazas.
—Estaba distraído por el ritmo que hacías. Pensaba en... Una canción, con ese ritmo.
—¿Una canción? ¿Para el segundo álbum? —Dom tomó su sándwich y se sentó en el sofá junto a mí.
—No, idiota, para el sexto.
—¿Tú crees que lanzaremos seis álbumes? —Sus ojos se iluminaron.
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Bev & Bellamy
FanficAquel día, Yancy me llamó y me rogó con todas sus fuerzas que fuéramos al MCM Cafe. Tenía dos entradas y Neil no iba a acompañarla. Su única opción era yo, y, para ser completamente sinceros, no me interesaba en lo más mínimo escuchar a una nueva ba...