Capítulo 5:

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Por fin era viernes!! Esta tarde también habían quedado mi hermano y Dylan para acabar el trabajo de matemáticas. Yo hoy me sentía poco animada y triste, no sé porque... ¿Podría ser por la llamada de Dylan ayer? No, seguro que solo era cansancio.
Cuando acabamos las clases, nos fuimos a nuestra casa. No había visto a Dylan desde ayer. Cogí el autobús por los pelos; vi a mi hermano y a Dylan sentados atrás, yo me senté al lado de la puerta para salir la primera. Cuando llegamos a nuestro destino, me adelanté y me dirigí al portal de mi casa, busque las llaves y... no me lo podía creer no las encontraba, ¡me puse histérica buscándolas!
-Buscabas esto- dijo mi hermano con una mirada pícara.
Yo me limité a dejar los ojos en blanco y resoplar. Dylan me buscaba la mirada, yo, la intentaba evitar, pero no surgió efecto.
-Hola Alice- dijo amablemente.
¿Alicie? ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Qué? ¡Oh Dios mío! Espera, ¿porque me emociono? Bueno, mejor centrémonos en otras cosas. Yo le contesté con una sonrisa poco iluminada; aunque intenté que no se notara mucho.
-Joder Izan, cuanto tardas en abrir una simple puerta- dije nerviosa y un poco borde.
-Ya voy, tranquila- dijo asombrado.
Cuando consiguió abrir la puerta yo fui la primera en entrar, salí lanzada, necesitaba huir, me sentía avergonzada pero no sabía porque. Ellos se quedaron en la amplia mesa del comedor, mientras yo estaba en las demás estancias de la casa. Algunas veces intentaba cotillear lo que decían, pero no conseguía entender ni media palabra con sus cuchicheos; enserio, luego dicen que las chicas somos charlatanas.
La tarde transcurrió lenta, ¿cuánto tiempo se tarda en hacer un simple trabajo de matemáticas? Había una parte de mí que quería que Dylan se marchara, pero otra parte estaba emocionada de que estuviera en la casa.
Dieron las 7 y los chicos se despidieron.
Antes de que Dylan se fuera dijo:
-Despídete de mi parte a tu hermana.
-Vale, no te preocupes, lo haré.
A continuación, se marchó...
Subí a mi habitación pensando en aquello que dijo Dylan, ¿se había acordado de mí y por eso le dijo a mi hermano que se quería despedir? o ¿solo era simple educación? No lo tenía claro, ni tampoco porque seguía pensado en él.
Fui a mi habitación, me pide los cascos, cerré los ojos y me tumbé en mi cama con los brazos alrededor de mi nuca, intentaba dejar mi mente en blanco, pero no podía.
De repente; sonó mi móvil, me incorporé en la cama con las piernas cruzadas para ver quién me puso un mensaje. Pensé que sería alguna de mis amigas para preguntarme si quedábamos esta tarde, pero no fue así.
Era un número desconocido, me quedé insólita pensando en quien podría ser.
-Hola- decía el mensaje.
-Hola, ¿quién eres?- contesté.
Al instante comenzó a sonar mi teléfono, ese número me estaba llamando. Descolgué a aquel número y me llevé una sorpresa al escuchar aquella voz.

~Recuérdame~ (Dylan O'brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora