Vi como el coche se alejaba. Así que me di la vuelta y vi a Dylan sentado en las escaleras de mi casa. Me quedé paralizada.
Dylan se levantó y se acercó hacia mí, yo seguía tiritando. Cuando estábamos uno en frente del otro, Dylan empezó a ponerse nervioso...
-No es lo que parece...-dijo angustiado- ni siquiera sabía que me iba a besar, fue todo por su culpa- siguió diciéndome algo alterado.
No sabía qué decirle, no podía ni mirarle a los ojos; me dolía volver a imaginar esa imagen en mi cabeza.
-Alice... ¿Estás bien? Lo siento mucho de verdad, ¿qué te ha pasado?- continuó Dylan.
-Dylan... No me apetece hablar ahora, me encuentro mal y tengo mucho frío - dije con lágrimas en los ojos.
-Entiéndeme...
Me di la vuelta en dirección a la puerta de mi casa, la abrí y antes de entrar volví a mirar a Dylan, dentro de mi sabía que no me mentía, pero no podía olvidar aquella escena.
Al entrar lo que hice fue darme una ducha para relajarme, me puse ropa limpia y me curé las heridas que me había hecho en las rodillas al caerme.
También noté como en mi muñeca tenía una marca roja de cuando Paul me agarró. ¿Cómo pude haber confiado en él? No me esperaba que Paul fuese así.
Me senté en el sofá y cogí una manta para entrar en calor, pasado un rato volvió mi hermano, vino al salón, se sentó a mi lado y me abrazó.
Al sentir sus brazos rodeándome no lo pude evitar y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas de nuevo.
-Alice... ¿me vas a contar por fín que te ha pasado?- dijo preocupado
Me sequé mis lágrimas y cogí fuerzas para poder hablar.
-Y tú, ¿me vas a contar que hacías en el coche con Rousse?- dije respondiéndole a su anterior pregunta con otra.
Al principio no dijo nada, pero comenzó seguidamente a hablar.
-Rousse y yo... estamos saliendo- dijo sontojado.
-¿Cómo? ¿Desde cuándo?
-Llevamos unas semanas juntos, de momento nadie lo sabe, bueno ya lo sabes tú, pero queríamos mantenerlo un tiempo en secreto-
Me quedé mirándole sorprendida de que estuviese saliendo con una de mis mejores amigas y al tiempo solté una carcajada.
-Pobrecilla, lo que la espera, ya la puedes tratar bien, como me entere de que la haces daño- le dije con una mirada amenazante.
-Jajjajaja no te preocupes no la haré daño es muy buena chica, la trataré bien.
-Lo es.
-Bueno y ahora tú, ¿vas a contarme que te ha pasado? No tenías muy buena cara y te notaba nerviosa.
-Te lo cuento, pero por favor prométeme que no se lo contarás a nadie- le dije recalcando la palabra nadie.
-Vale, va cuenta.
-Buuff a ver como te digo yo esto... esta mañana perdí el autobús y pasó Paul por la parada, yo no quería que él me llevase, pero ya sabes como es, se puso muy pesado y al final acabé cediendo.
-¿Sólo eso? Sigue contando
-Al llegar al instituto vi a Dylan besándose con otra chica- en ese momento empecé a llorar de nuevo al recordarlo todo.
-¿En serio que Dylan te hizo eso?
-Si bueno eso es lo de menos.
Izan me rodeó con sus brazos de nuevo intentando calmarme.
-Tranquila, sigue contándome.
-Al ver esa escena se me quitaron las ganas de todo, no quería ir a clase, entonces le dije a Paul que me llevase de allí, y así lo hizo, me llevó al descampado que está detrás del instituto y...
-¿Y?... ¿Qué te hizo ese gilipollas? Dijo elevando el tono de voz y apretando sus puños.
-Primero me puso la mano sobre mi rodilla, esta empezó a subir poco a poco sobre mí, yo intenté salir pero no me dejaba, intentó besarme y le golpeé- mis lágrimas no me dejaban ver bien del todo pero miré el gesto de la cara de mi hermano, estaba paralizado, mirando al suelo, todo su cuerpo estaba en tensión, apretaba cada vez más sus manos dejando ver sus venas.
-Que hijo de puta, Alice no te preocupes ¿todo está bien vale? Ya lo arreglaré- dijo con una mueca de ira mezclada con tristeza a la vez que caían lágrimas por sus mejillas.
-Gracias por escucharme Izan, acuérdate que esto se queda entre nosotros.
-No te preocupes, te quiero
Izan se marchó del salón y me tumbé en el sofá intentando despejar mi mente con algún programa absurdo de televisión.